Valencia desborda sus l¨ªmites
El agotamiento del plan general de 1988 recupera el horizonte metropolitano
Valencia se encuentra en una encrucijada de destinos, seg¨²n Javier Obart¨ª, profesor en la Escuela de Arquitectura de Alcal¨¢ de Henares en Territorio, Sostenibilidad y Paisaje. Su entorno constituye "el espacio urbano europeo m¨¢s meridional de mayor calidad ambiental y de mayor potencial de calidad de vida", pero a condici¨®n de que preserve "sus se?as de identidad territorial principales: la huerta, L'Albufera y el frente mar¨ªtimo".
En el diagn¨®stico de este directivo de la empresa de evaluaci¨®n ambiental Evren, la ciudad est¨¢ sumida en "una crisis de crecimiento imposible" al estar limitada por su recurso natural m¨¢s escaso: el suelo. Desborda sus l¨ªmites municipales y, a su vez, se ve desbordada por el puerto en incesante crecimiento. Al norte y al sur el crecimiento est¨¢ limitado, respectivamente, por la huerta y L'Albufera, y esta situaci¨®n tiene una consecuencia inmediata en su opini¨®n: "Las infraestructuras de circunvalaci¨®n y acceso est¨¢n al borde del colapso".
El Parque Central y el PAI del Grau son las dos ¨²ltimas operaciones del planeamiento de 1988
Obart¨ª defiende que Valencia tiene un modelo de ciudad perfectamente definido. Es el resultado de sus planes urban¨ªsticos y, en particular, del modelo radioc¨¦ntrico dise?ado en el de 1946, de Valencia y su cintura, que dio lugar a la creaci¨®n del ente Gran Valencia en 1949. "Es el que define lo que hoy es Valencia", subraya.
Este plan, que integraba a 28 municipios del entorno y estaba dise?ado para 6.000 hect¨¢reas y un mill¨®n de habitantes en 1990, ya planteaba la avenida de Arag¨®n sobre la estaci¨®n del mismo nombre. Tambi¨¦n el Parque Central se vislumbra en el plan de 1966. Este plan, que fundamentaba la revisi¨®n del de 1946 en la incorporaci¨®n del Plan Sur tras la riada de 1957, supuso la consolidaci¨®n del modelo metropolitano actual y "la consagraci¨®n de la supeditaci¨®n de toda la planificaci¨®n al tr¨¢fico rodado".
El resultado es "la materializaci¨®n de gran parte de las previsiones dise?adas en estos planes, que han llevado a la Valencia actual de 800.000 habitantes en un espacio de algo m¨¢s de 6.100 hect¨¢reas, con un ¨¢mbito metropolitano de influencia que aglutina otros 700.000". Obart¨ª considera que el plan de 1988, pr¨¢cticamente agotado, supuso la recuperaci¨®n de importantes espacios libres y equipamientos p¨²blicos: la Devesa, el parque del Turia, el paseo mar¨ªtimo, la recuperaci¨®n para usos residenciales y terciarios de las industrias de la avenida de Francia y el freno del desarrollismo exacerbado, "aunque la aprobaci¨®n de la LRAU favoreci¨® el repunte de la actividad urban¨ªstica a trav¨¦s de los nuevos PAI". "Valencia se abri¨® definitivamente al mar y gan¨® en calidad urbana", juzga.
Este plan condujo a Valencia a un estado casi estable, seg¨²n su propio redactor, el urbanista Alejandro Escribano. ?l ya era consciente de que "quien viniera detr¨¢s iba a tener un margen escaso". Ahora el plan est¨¢ pr¨¢cticamente desarrollado y la ciudad se ha terminado. Quedan dos operaciones por cerrar: la conexi¨®n del Turia con la d¨¢rsena del puerto y las playas del norte (con la dovela del sector del Grau) y el Parque Central. M¨¢s all¨¢, s¨®lo hay "un ¨¢rea natural de expansi¨®n potencial futura", la que va del bulevar sur al nuevo cauce del Turia, sin que afecte a espacios naturales de valor ni produzca riesgo de conurbaci¨®n ("ensamblaje salvaje de cascos urbanos"): "Es una huerta cada vez m¨¢s degradada, con las estaciones de ferrocarril, la depuradora, Mercavalencia, la ZAL...". Luego, Escribano se?ala una zona que hay al oeste de la ciudad, entre el parque de Cabecera y la prolongaci¨®n de Maestro Rodrigo, que es otra bolsa de huerta protegida, aunque considera que Valencia tiene que reservarse unas ¨¢reas de futuro para grandes equipamientos.
El propio Escribano mantiene que crecer hacia el norte "es muy dif¨ªcil" porque significar¨ªa perder zonas de valiosa huerta. "Es un paisaje que es bueno que conserve la ciudad, y adem¨¢s el crecimiento hacia el norte significar¨ªa englobar a otros municipios en una mancha urbana de dif¨ªcil manejo".
El asesor inmobiliario Ignacio Jim¨¦nez de Laiglesia critica la falta visi¨®n de conjunto y perspectiva temporal que ha habido en Valencia a la hora de proyectar su crecimiento. "?Crecer? Absolutamente s¨ª, pero absolutamente no a cualquier precio o a costa de perder la huerta", advierte. Su impresi¨®n es que perder el paisaje de la huerta ser¨ªa perder la idiosincrasia de la ciudad. "Valencia ser¨ªa como cualquier otra ciudad, ya que lo que le da singularidad es el paisaje de la huerta", sustantiva.
Desde su punto de vista hay muchos sitios en la ciudad que pueden ser repensados. Pol¨ªgonos industriales como el de Vara de Quart, las instalaciones fabriles junto a la V-30, "incluso habr¨ªa que repensar la ZAL, que no tiene ning¨²n sentido que sea utilizada para almacenar contenedores". ?l reivindica un "crecimiento sociol¨®gico", que dependiendo de que el modelo de ciudad sea atractivo y tenga calidad, pod¨ªa ser muy importante para Valencia. Asimismo, reclama una ciudad "m¨¢s densa", puesto que est¨¢ convencido de que "la densidad es el criterio m¨¢s justo y progresista que puede existir en el urbanismo, en contra de lo que se ha estado diciendo en los ¨²ltimos tiempos". Concept¨²a la baja densidad "un c¨¢ncer para la econom¨ªa municipal" por los servicios p¨²blicos y la calidad de vida. "Si haces residencias suburbiales y la gente trabaja en el centro de Valencia, pues ir¨¢ b¨¢sicamente en coche", relaciona.
El arquitecto Fabi¨¢n Llisterri ser¨ªa flexible en ese aspecto. Asegura que no se puede impedir un crecimiento en altura, porque cualquier soluci¨®n "puede ser buena o mala". "Lo que est¨¢ claro es que no es una buena gu¨ªa que el negocio sea el que marque las alturas del crecimiento", afirma. Llisterri es partidario de respetar la personalidad de las zonas que est¨¢n consolidadas "porque densificarlas m¨¢s tampoco es bueno".
Escribano sostiene que no es f¨¢cil densificar, puesto que los incrementos de densidad est¨¢n muy tasados en la ley. "Los cambios de uso se pueden hacer, pero en las zonas consolidadas por la edificaci¨®n es imposible porque estamos por encima de las 75 viviendas por hect¨¢rea". "Para meter m¨¢s viviendas habr¨ªa que vaciar dotaciones p¨²blicas, y la cuenta no sale".La ciudad no puede crecer hacia arriba, seg¨²n Escribano, y como no es previsible pensar en que se pare, no le queda otra salida que 'un crecimiento metropolitano'. Valencia necesita ser el cerebro pensante del ¨¢rea metropolitana, de acuerdo con el planteamiento del autor del plan de 1988, aunque no cree en organismos metropolitanos intermunicipales, porque 'entre municipios se colabora mal, es una relaci¨®n llena de recelos y, adem¨¢s, con una politizaci¨®n extrema y absurda'. El urbanista apuesta por que ese proceso lo lidere la Generalitat. 'En la Generalitat tiene que haber una unidad, que da lo mismo que sea una fundaci¨®n, una direcci¨®n general o una empresa p¨²blica, que piense s¨®lo en Valencia de forma global. Y habr¨ªa que crear otra para Castell¨®n y otra para Alicante'. Tambi¨¦n el Ayuntamiento de Valencia deber¨ªa impulsar la creaci¨®n de 'un observatorio o una entidad metropolitana que con car¨¢cter de lobby intente sumar a los municipios y se dedique a pensar en metropolitano, a redactar proyectos metropolitanos y a producir ideas metropolitanas'. El territorio se puede gobernar con decisiones o con leyes, seg¨²n Escribano, pero ¨¦l cree m¨¢s en las decisiones 'porque muestran mejor que una ley qu¨¦ quieres hacer'. 'No creo en una gran ley del ¨¢rea metropolitana; lo que hay que hacer es tomar decisiones: proteger, impedir ciertos proyectos, autorizar otros...'. Fabi¨¢n Llisterri tambi¨¦n considera que hay que dar el salto metropolitano y pasar 'a conceptos m¨¢s amplios con infraestructuras que contemplen un ¨¢rea m¨¢s all¨¢ de la huerta': 'Hay que pasar por encima de esa autonom¨ªa absoluta de los peque?os ayuntamientos y buscar un ¨¢rea metropolitana donde se pueda planificar un crecimiento que tenga sentido, en el que haya vida y centros urbanos y no d¨¦ lugar a suburbios como los de Par¨ªs'. El ex presidente del Colegio de Arquitectos de la Comunidad Valenciana reconoce que el proceso es complejo porque los ayuntamientos tienen que ceder poder urban¨ªsticamente a favor de un ¨¢rea metropolitana, pero insiste en que 'si se quieren hacer las cosas con l¨®gica y que vayan a buen t¨¦rmino no hay m¨¢s remedio que pasar por ah¨ª'. 'Eso no quiere decir que los pueblos vayan a perder personalidad. Lo que se trata es de coordinar un crecimiento global metropolitano preservando la personalidad de cada municipio, que es una riqueza para todos', incide. Y previene sobre la necesidad de hacer un plan metropolitano de desarrollo urbano con las necesidades de comunicaci¨®n, industriales, de equipamiento,... 'Si tuvi¨¦ramos un crecimiento planificado en un ¨¢rea metropolitana amplia y bien comunicada', apunta, 'estoy convencido que esto influir¨ªa en el precio de las viviendas, que ser¨ªan m¨¢s accesibles para los j¨®venes. Si tuvieras a 20 o 30 kil¨®metros de Valencia zonas residenciales bien comunicadas, con servicios y centro urbano, eso facilitar¨ªa los precios de la vivienda'. En el horizonte apremian algunos cruciales asuntos que dependen de ese necesario planteamiento. Escribano enumera entre ellos el aeropuerto de Valencia, que 'es un problema para el futuro del ¨¢rea metropolitana'. Para ¨¦l, ordenar el entorno aeroportuario, que implica a cinco municipios, es un claro ejemplo metropolitano que 'si no se hace, se llega a lo que tenemos: un aeropuerto al que se accede por una carretera de tercer orden con una imagen penosa con f¨¢bricas de distribuci¨®n de productos chinos, sin capacidad de tener un centro de servicios y con el absurdo de que se va la base a¨¦rea y en vez de poner el aeropuerto en el frente de la N-3, en una v¨ªa principal, se hace una terminal nueva en el mismo sitio, que es un callej¨®n sin salida'. Tambi¨¦n, desde su punto de vista, la avenida de las Cortes Valencianas habr¨ªa que cogerla desde Valencia a Ll¨ªria y, 500 metros a cada lado, analizarla globalmente como un proyecto ¨²nico. Del mismo modo que ser¨ªa urgente abordar la relaci¨®n de la ciudad con las playas del sur, en la que no hay continuidad. 'Deber¨ªas poder coger una bicicleta en el parque de Cabecera y poder ir hasta El Saler sin tropezarte con un coche. Eso es elemental. ?C¨®mo se pudo autorizar la ZAL sin prever un corredor verde de paso?', se pregunta. Pero sobre todo, alerta acerca del transporte metropolitano, en el que habr¨ªa que estudiar la correspondencia entre inversiones y el desarrollo de cada una de las paradas de la red. 'No puede ser que cada municipio decida qu¨¦ va al lado de un suburbano', critica. El autor del plan de 1988 se duele de que ahora mismo nadie piense 'en metropolitano', ni siquiera en Valencia, que 'es el ¨²nico sitio donde hay conciencia de que se debe hacer', lo que considera 'muy grave'. Escribano se?ala que la ciudad tiene un parque de viviendas del orden de las 440.000 y que el ritmo de renovaci¨®n est¨¢ en el 1%, es decir en 4.500. As¨ª, la expansi¨®n prevista por el Ayuntamiento en las revisiones del plan 'se la comer¨¢ la ciudad en cuatro o cinco a?os'. 'En ese momento o tenemos un sistema de transporte p¨²blico eficaz o la ciudad no podr¨¢ funcionar como una unidad y sus distancias se expandir¨¢n. Y si Valencia deja de funcionar como una unidad funcional, ser¨¢ una ciudad rota', avisa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.