S¨®lo el 3% de los 'honoris causa' de las universidades espa?olas son mujeres
El m¨¢ximo reconocimiento acad¨¦mico lo detentaron algunos dictadores de varios pa¨ªses
Las mujeres con un doctorado honoris causa en la Universidad espa?ola no llegan al 3% de los concedidos. Esta prestigiosa lista en la que ha metido sus botazas m¨¢s de un dictador apenas cuenta con un pu?ado de mujeres como Montserrat Caball¨¦, Rigoberta Mench¨², N¨¦lida Pi?on o Teresa Berganza. Hubo otras ¨¦pocas, s¨ª, pero la que ahora toca vivir no es mucho m¨¢s justa con los m¨¦ritos de las mujeres en el terreno acad¨¦mico o social. La hist¨®rica universidad salmantina, por ejemplo, s¨®lo tiene dos mujeres entre sus 114 galardones: la cient¨ªfica Kirsten Kjelsberg y santa Teresa de Jes¨²s.
El doctorado honoris causa no lleva aparejado cargo ni sueldo. Reconoce el prestigio y la labor desempe?ada en cualquiera de los campos acad¨¦micos, financieros o en el ¨¢mbito social. Por eso, en la lista de los honoris de las m¨¢s grandes y antiguas universidades espa?olas hay prestigiosos cient¨ªficos, literatos, economistas, pol¨ªticos, artistas, monarcas. Tambi¨¦n hay dictadores, cuya aportaci¨®n intelectual -no digamos la social- debi¨® de poner en un aprieto al que glosara sus m¨¦ritos en tan pomposa ceremonia. Pero pocas veces se les ha ocurrido a los que propon¨ªan a los candidatos pensar que la cabeza de una mujer tambi¨¦n puede soportar el birrete m¨¢s se?alado de la universidad espa?ola. Este peri¨®dico ha seleccionado una decena de universidades entre las que est¨¢n las m¨¢s grandes y antiguas, una muestra que deja ver que apenas un 3% de mujeres han conseguido este doctorado desde los a?os veinte hasta nuestros d¨ªas.
M¨¦ritos no les faltan, pero muy pocas han tenido el honor: las cient¨ªficas Lynn Margulis y Margarita Salas, la soprano Montserrat Caball¨¦, la activista Rigoberta Mench¨², la pedagoga Marta Mata o la editora Carmen Balcells son algunas de ellas.
Pero hay muchas m¨¢s que siguen invisibles. ?Qu¨¦ opinan los rectores de todo esto? "Me meto debajo de la mesa", dice de una forma bien gr¨¢fica el de Salamanca, Enrique Battaner. "Somos terriblemente conscientes de este asunto. El Centro de Estudios de la Mujer de nuestra universidad ya nos ha llamado la atenci¨®n". Battaner cita los 230 catedr¨¢ticos de su universidad, donde las mujeres no llegan a 40. Quiz¨¢ ah¨ª pueda encontrarse una de las causas por las cuales las mujeres no acaban de salir a la luz. Los departamentos son los que proponen a los candidatos, y los gobiernos universitarios o el conjunto de los doctores deciden, seg¨²n los estatutos de cada universidad.
Una espina clavada
"Es una l¨¢stima, en mi mandato no llevo ninguna [mujer honoris causa] y he pedido que me hagan propuestas, pero no quiero interferir. Yo s¨®lo hice una, la de Joan Manuel Serrat, pero es verdad que hay muchas mujeres valiosas por todo el mundo. Es una espina que tengo clavada", dice el rector de la Complutense, Carlos Berzosa.
"No hay novedad, esto es lo mismo que ocurre con los premios Nobel, en los que hay un 4% de mujeres, con el n¨²mero de rectoras, cinco de 71, o con las reales academias. Son cifras demasiado repetidas. Y el tiempo s¨®lo no las va a cambiar", avisa con insistencia Flora de Pablo, la presidenta de la Asociaci¨®n de Mujeres Investigadoras y Tecn¨®logas, AMIT. "Se necesitan acciones positivas intensas y esp¨ªritu de cambio. Sin eso no habr¨¢ un avance significativo. Es lo que han hecho en otros pa¨ªses y a¨²n as¨ª el avance es lento. La universidad es muy resistente a los cambios, hay muchos intereses en juego. En lo que respecta a los premios, las mujeres lo tenemos peor porque no nos damos tanto autobombo. El mismo trabajo en las mujeres se infravalora y en los hombres se supravalora. Lo masculino tiene un plus de credibilidad y la universidad no est¨¢ sujeta a un sistema meritocr¨¢tico justo. La cooptaci¨®n no siempre es leg¨ªtima", explica De Pablo.
La directora de la Unidad de Mujeres y Ciencia del Ministerio de Educaci¨®n, Capitolina D¨ªaz, recita unos datos bien recientes: "En la universidad se licencian m¨¢s mujeres que varones (60,5%) pero cuando leen la tesis, ya ganan ellos. Hay un 62% de profesores contratados y un 37% de mujeres y, cuando se llega a catedr¨¢ticos las mujeres ya s¨®lo son el 13,7%. As¨ª va excluyendo la universidad a las mujeres. Y encima cuando premian a las mujeres, en lugar de singularizarlas las pluralizan, siempre son premios compartidos", resume. "O dan las gracias con insistencia a sus jefes", a?ade De Pablo.
La secretaria general de Pol¨ªticas de Igualdad del Gobierno, Soledad Murillo, opina que "la universidad tiene que democratizar sus procesos". Cree que las mujeres que han trabajado por estas causas no han "negociado bien los reconocimientos que tambi¨¦n tienen que recibir. Hay que pasar de la excepci¨®n a la regla", afirma.
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