La reforma del Estado
?sta es la ¨²ltima tribuna que Alfonso Perales, secretario de Relaciones Institucionales y Pol¨ªtica Auton¨®mica del PSOE, escribi¨® para el PA?S sobre
la reforma del Estado y que estaba pendiente de publicarse.El PP ha anunciado que quiere promover cambios constitucionales con el objeto de clarificar y delimitar competencias entre el Estado y las comunidades aut¨®nomas y, como proclaman sus dirigentes, garantizar un Estado eficaz. Hace poco tiempo, algunos nos congratul¨¢bamos porque el PP estuviera dispuesto a hablar de reformas despu¨¦s de intentar demonizarlas al grito de "Espa?a se rompe" con el ¨²nico objetivo de socavar la imagen del Gobierno socialista. Lamentablemente, despu¨¦s de escuchar y leer a los portavoces del PP durante los ¨²ltimos d¨ªas mucho me temo que el PP vuelve a las andadas, tratando de promover debates artificiales, generando sospechas infundadas y, sobre todo, intentando manipular las palabras y los conceptos con el objeto de confundir a la opini¨®n p¨²blica.
S¨®lo as¨ª puede comprenderse que el PP pretenda hacernos creer que el Estado auton¨®mico est¨¢ en crisis y que necesitamos dar marcha atr¨¢s en el proceso de descentralizaci¨®n de nuestras instituciones. Anunciar que el Estado debe mantener para garantizar su eficacia las competencias en pol¨ªtica exterior, seguridad y la coordinaci¨®n de situaciones de emergencia no s¨®lo resulta una obviedad, sino la demostraci¨®n m¨¢s visible de la obsesi¨®n de Rajoy y sus compa?eros de partido por invocar el fantasma de la desmembraci¨®n del Estado.
La tesis del PP es la siguiente: las comunidades con las reformas estatutarias impulsadas por el PSOE han asumido demasiadas competencias y el Gobierno tiene que recuperarlas en parte, tal y como ha hecho Alemania en su ¨²ltima reforma constitucional. La realidad dista mucho de semejante enso?aci¨®n. No es la primera vez que el PP intenta jugar con la reforma alemana como se?uelo buscando paralelismos inexistentes entre dos realidades diferentes.
Hay que tener cuidado al comparar reformas de dos pa¨ªses que tienen or¨ªgenes distintos: Alemania, una rep¨²blica federal, y Espa?a, un Estado unitario. Pero lo que s¨ª se puede hacer es ser riguroso en el an¨¢lisis. Para empezar, Alemania ha reformado m¨¢s de 50 veces su Constituci¨®n. Tome nota se?or Rajoy: ?50 veces y Alemania no se ha roto! Cualquier experto en Derecho Constitucional le podr¨¢ decir al se?or Rajoy que, a¨²n despu¨¦s de la reforma, Alemania sigue teniendo un nivel de descentralizaci¨®n muy superior al espa?ol, lo que no deber¨ªa ser del agrado del l¨ªder de la oposici¨®n y de la regresi¨®n al centralismo pol¨ªtico que propugna el PP. Alemania no ha acometido cambios sustantivos del modelo, sino meramente funcionales. No ha procedido a una recentralizaci¨®n competencial. El Estado alem¨¢n no ha recuperado competencias que antes ten¨ªan los l?nder porque est¨¦n asumiendo que han cometido un error en la descentralizaci¨®n, tal y como dice Rajoy. Cuando en Alemania se hacen debates sobre distribuci¨®n de competencias la oposici¨®n no habla de fractura ni de ruptura constitucional, ni de balcanizaci¨®n como el PP lleva haciendo toda la legislatura.
?Por qu¨¦ el PP esconde en su discurso que competencias de enorme importancia como la Educaci¨®n pasan a ser casi exclusivas de los l?nder? o ?por qu¨¦ no cita Rajoy aquellas competencias en las que los l?nder pueden elegir entre ejercerlas libremente haciendo caso omiso de las bases dictadas por la Federaci¨®n, o ajustarse a ellas? ?Estar¨ªa usted se?or Rajoy de acuerdo con estas propuestas?
En el PP dicen que Alemania ha hecho disminuir el n¨²mero de leyes que el Bundesrat puede vetar. En Espa?a, lamentablemente esto es imposible, pues el PSOE lleva mucho tiempo intentando que el PP se siente a hablar de la reforma del Senado para que en dicha C¨¢mara tengan lugar los debates sobre las leyes que vertebran territorialmente el pa¨ªs, y el PP nunca ha querido avanzar en esta direcci¨®n.
Desde mi punto de vista, esta puesta en escena responde m¨¢s bien a la necesidad que tiene el PP de, por un lado, disfrazar lo que realmente piensan del Estado auton¨®mico, y por otro, amainar las presiones que reciben de sus l¨ªderes regionales (s¨ª, los campeones del centralismo y el autoritarismo tambi¨¦n reciben presiones perif¨¦ricas). No hay que olvidar que el a?o que viene hay elecciones auton¨®micas y, al igual que el PP se ha mostrado m¨¢s proclive a acordar estatutos (Andaluc¨ªa, Baleares) conforme nos hemos ido acercando al periodo electoral, entre otras cosas por el temor de sus l¨ªderes regionales que ve¨ªan peligrar sus votos ante la ola antiauton¨®mica procedente de G¨¦nova, tampoco ser¨ªa osado pensar que ahora tienen que disimular sus preferencias recentralizadoras para no perjudicar sus expectativas electorales en 2007.
Parece evidente que las propuestas del PP intentan extender una cortina de humo sobre un hecho real: su radical negativa a buscar el consenso en el Estatuto de Catalu?a con el objeto de socavar la imagen del Gobierno choca con los propios intereses regionales del PP. S¨®lo as¨ª puede entenderse que el PP haya aceptado negociar y acordar el resto de Estatutos que han pasado por las Cortes Generales, excepto el catal¨¢n.
El problema que tiene el PP es que siempre ha ido aceptando a rega?adientes la evoluci¨®n del modelo de Estado resultante de la Constituci¨®n de 1978. Ha sido la propia din¨¢mica inherente al Estado auton¨®mico la que ha ido venciendo la resistencia de la derecha espa?ola, forz¨¢ndola a ir aceptando una realidad de la que renegaban. La derecha tiene una especie de alergia a la descentralizaci¨®n, y todav¨ªa piensa en el Estado auton¨®mico como un mal menor.
Cuando el PSOE habla de autonom¨ªas est¨¢ pensando tambi¨¦n en el Estado, porque las comunidades aut¨®nomas, al igual que los Ayuntamientos tambi¨¦n son Estado. Entonces ?a qu¨¦ viene esa aversi¨®n a acercar el poder y la gesti¨®n a los ciudadanos? Todo el mundo est¨¢ de acuerdo en que estos 25 a?os de Estado auton¨®mico han supuesto un ¨¦xito hist¨®rico espa?ol, pues han permitido canalizar las ambiciones de autogobierno de los pueblos de Espa?a, garantizando la solidaridad y la cohesi¨®n, y, al mismo tiempo, ha supuesto la mejor ¨¦poca de desarrollo econ¨®mico y social que ha tenido nuestro pa¨ªs en toda su Historia. Nadie duda a estas alturas que la descentralizaci¨®n administrativa y la aplicaci¨®n del principio de subsidiariedad son las claves que explican el dinamismo y el progreso econ¨®mico y social de Espa?a en los ¨²ltimos a?os. Por tanto, a pesar de lo que dice el PP, Espa?a est¨¢ m¨¢s cohesionada y es m¨¢s fuerte como Estado que antes de la descentralizaci¨®n.
Si el PP no tuviera esa obsesi¨®n antiautonomista y una visi¨®n del Estado tan anticuada, podr¨ªamos llevar ya tiempo hablando de c¨®mo reformar nuestras instituciones para que sirvan mejor al inter¨¦s general, para garantizar una mayor cohesi¨®n, y para mejorar la colaboraci¨®n, la coordinaci¨®n y la cooperaci¨®n entre Administraciones que es lo que necesita nuestro Estado auton¨®mico.
Ahora se observa c¨®mo el PP, despu¨¦s de proferir todo tipo de descalificaciones, mentiras y falacias sobre las reformas territoriales impulsadas por Zapatero, se ha topado con la realidad din¨¢mica de nuestro Estado auton¨®mico.
Alfonso Perales Pizarro, secretario de Relaciones Institucionales y Pol¨ªtica Auton¨®mica del PSOE.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.