"Su vida pasaba por Europa"
"Las cosas han sido as¨ª", gime Arfang Kebe Drame mientras toquetea las cuentas marrones de un tasbih, objeto de uso tradicional entre los fieles isl¨¢micos, que inspir¨® al rosario cat¨®lico. La familia de Abdurahmame Drame ha quedado deshecha. Nacido en la isla de Simband¨ª Brassou, de 20.000 habitantes cruzada de costa a costa por una carretera asfaltada, Abdurahmame, el segundo de 11 hermanos, destac¨® en la escuela como estudiante.
En la isla curs¨® los primeros a?os. A los 14 dej¨® de estudiar, pero su padre Arfang Kebe le oblig¨® a regresar a los libros. Fue al instituto de Ziguinchor, el gran embarcadero de cayucos del sur de Senegal, la tierra del cacahuete y el arroz. Y termin¨® la secundaria.
Su determinaci¨®n lo llev¨® a marcharse a Dakar, donde consigui¨® un empleo fijo en una empresa de pescado y, m¨¢s adelante, en la gasolinera de la multinacional Shell y, como complemento, de vigilante nocturno en obras de la ciudad. Con el dinero que enviaba, su familia construy¨® un pozo que les abastece de agua potable, trajo la luz el¨¦ctrica e instal¨® un enorme tejado de uralita que los guarece del fr¨ªo y la lluvia.
Preguntados por qu¨¦ le dejaron marchar, el viejo Drame dice: "Todo sue?o de un padre es que sus hijos aporten tambi¨¦n a la econom¨ªa familiar". Su madre, Mariama Tour¨¦, quien a pesar de su visible deterioro f¨ªsico a¨²n emite destellos de lo bella que fue antes de esta tragedia, a?ade: "En diciembre nos llam¨® para decirnos que hab¨ªa encontrado un vuelo de promoci¨®n a Cabo Verde y que quer¨ªa salir a buscar su destino, pero siempre le dije que no lo hiciera en las piraguas". "Su plan de vida pasaba por Europa", reconoce su hermano Boyan Sisi Drame, que arrastra su pierna derecha paralizada por una poliomielitis.
Cuando pasaron semanas sin saber de ¨¦l, a trav¨¦s de llamadas cruzadas creyeron que se trataba de uno de los j¨®venes atendidos por la Cruz Roja en Canarias, tambi¨¦n apellidado Drame. Cinco d¨ªas despu¨¦s, un amigo con el que hab¨ªa compartido piso junto a otros 40 j¨®venes telefone¨® desde Praia y les confirm¨® que su hijo era uno de los ocupantes del yate de la muerte. "Voy a decirles la verdad, aqu¨ª corre el rumor de que esa gente ha desaparecido, que el barco ha tenido un problema y que el chico que lo pilotaba ya no est¨¢ a bordo".
Abdurahmame Drame ten¨ªa 35 a?os, mujer y dos hijos que tambi¨¦n viven ahora en su casa natal, sin apenas recursos. Al funeral llegaron "m¨¢s de mil personas de Senegal y Guinea-Bissau", pero ninguna autoridad local ni nacional.
Cuando se les pregunta qui¨¦n se ha interesado por ellos, el viejo Arfang Kebe, levanta una ceja, sonr¨ªe y machaca: "Nadie tiene medios para investigar algo que no es la primera vez que ocurre en este pa¨ªs; no nos queda m¨¢s remedio que callar y aguantar".
Mariama Tour¨¦ a?ade: "Si alguien te da dinero por un viaje es porque cree que va a ser seguro. Si este espa?ol sab¨ªa que no iban a llegar ?por qu¨¦ los dej¨® marchar?".
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