"Queremos trabajar para vivir"

"No somos delincuentes. No tenemos problemas aqu¨ª ni con la polic¨ªa ni con la gente. Queremos trabajar para vivir y no sobrevivir todos los d¨ªas". Oussmane Diouff, senegal¨¦s de 41 a?os y afectado por la estafa cometida por una de las abogadas implicadas, compareci¨® ayer para ofrecer su testimonio directo.

Explic¨® que, junto a otros inmigrantes, conoci¨® a una letrada que se comprometi¨® a ayudarles para formalizar un contrato, pero que deb¨ªan pagar "unas tasas por 800 euros". "Confiamos en ella. Nos contact¨® con un tal Emili, que nos hizo un contrato, pero nos lo denegaron porque la empresa no exist¨ªa". Diouff relat¨® que interpusieron un recurso administrativo, pero la respuesta fue escueta: "Que no lo mirar¨ªan porque la empresa era ficticia". Luego tramit¨® la denuncia judicial, de la que no ha recibido contestaci¨®n.

Este inmigrante s¨®lo reclam¨® "papeles" para trabajar en Euskadi "y poder volver de vacaciones" a su pa¨ªs "y ver a la familia". Asegur¨® que es creyente. "Pensamos que estamos aqu¨ª porque Dios as¨ª lo quiere y es nuestro destino", apunt¨®.

Oussmane Diouff destac¨® que la irregular situaci¨®n en que se encuentran les impide acceder a trabajos para los que han sido reclamados. "Y hay una persona que vive bien con nuestro dinero". En su relato no dej¨® de criticar a las instancias judiciales que "miran a otro lado" y reclam¨® a las instituciones que act¨²an "para que esto no se repita".

La pasividad en este caso se refleja en las propias diligencias. Una subinspectora de Trabajo declara que se le orden¨® acudir a la sede de una de las empresas implicadas. Toc¨® el timbre del portero autom¨¢tico y fue recibida por una persona que asegur¨® no conocer la empresa. Llam¨® por tel¨¦fono a otra persona y le cit¨® para una entrevista "y no compareci¨®". La subinspectora no realiz¨® entonces m¨¢s actuaciones.