Luminosa intimidad
Para el buen aficionado espa?ol, que tuvo la oportunidad de contemplar su maravillosa exposici¨®n en el Palacio de Cristal del Retiro madrile?o, all¨¢ por 1989, la convocatoria de una muestra individual de Ulrich R¨¹ckriem (D¨¹sseldorf, 1938) ha de ser recibida con un gozoso sobresalto. En realidad, el prestigio de R¨¹ckriem ha sido siempre un secreto a voces entre colegas artistas, cr¨ªticos muy particulares o aficionados an¨®nimos, que, una vez vista, no olvidan su obra. Entre las peculiaridades de este tallador de piedras no s¨®lo est¨¢ la de serlo hoy contra la marea, sino su refinamiento f¨ªsico y conceptual, que se puede parecer, aunque est¨¦ en los ant¨ªpodas, al del minimalismo.
Ahora presenta en Madrid una muestra de obra gr¨¢fica, cuya evidente falta de rimbombancia en absoluto cabe despreciar. En primer lugar, si la relaci¨®n del escultor con el dibujo siempre es de suyo important¨ªsima -m¨¢s si, como es el caso, se trata de un tallista que trabaja, como dir¨ªa Alberti, detrahens o per forza di levare-, en R¨¹ckriem revela el meollo m¨¢s ¨ªntimo de su trabajo. En este sentido, con una secuencia de tramas cuadrangulares, las anotaciones r¨ªtmicas enseguida nos sugieren una suerte de escanci¨®n o medida de la luz. En efecto, desde la tonalidad gris¨¢cea m¨¢s leve hasta la del grafito y negro, vemos las palpitaciones luminosas de este conjunto serial, en la que la hondura y la extrema delicadeza caminan armoniosamente con un asombroso paso concertante. Es un regalo de madurez, que nos remite a ese sentido ¨ªntimo punzante del mejor Klee.
ULRICH R?CKRIEM
Galer¨ªa Heinrich Ehrhardt
San Lorenzo, 11. Madrid
Hasta el 13 de enero de 2007
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