Una v¨ªa para huir de los nazis
Siguiendo la red Com¨¨te, sendero vasco legendario para los aviadores aliados
En 1941, la dibujante belga Andr¨¦e de Jongh, alias Ded¨¦e, puso en pie, junto con su compatriota Arnold Depp¨¦, una red de evasi¨®n que denominaron Com¨¨te y que estaba destinada a poner a salvo a los aviadores aliados cuyos aparatos hab¨ªan sido abatidos por los alemanes en los territorios ocupados. El objetivo era ganar el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s a trav¨¦s de l¨ªneas ferroviarias o carreteras secundarias para cruzar clandestinamente la frontera franco-espa?ola. En grupos de 10 sal¨ªan de la localidad francesa de Urrugne, cercana a San Juan de Luz, en cuyo reloj de la iglesia figura la leyenda "Vulnerant omnes, ultima necat" ("Todas hieren, la ¨²ltima mata"), que P¨ªo Baroja puso como ejemplo de la caducidad de la vida en varios de sus trabajos. Es dif¨ªcil que los aviadores aliados tuvieran tiempo -y luz; se mov¨ªan de noche- para fijarse en una admonici¨®n semejante en tiempos de guerra y en un territorio hostil. Desde Urrugne, los fugitivos se dirig¨ªan a las monta?as fronterizas conducidos por gu¨ªas como Florentino Goicoechea, un antiguo contrabandista, y acompa?ados por la propia Ded¨¦e.
Los cuatro kil¨®metros que median entre ambos puntos pueden hacerse a pie o en coche. Se comienza en la gasolinera, sin entrar en el pueblo de Urrugne, y siguiendo una carretera comarcal, el Chemin de Biriatou. Al monte Calvaire se dirig¨ªan los aviadores en fuga. Nosotros estamos en el camino de Chinchirin. La carretera discurre por medio de hermosos campos donde pace melanc¨®lico el ganado. Bordeamos el c¨¢mping Aire Ona, zona de obligado paso para los aviadores en fuga, y seguimos hasta un lugar llamado Filtre, que todo el mundo conoce, lo que nos facilitar¨¢ las cosas si nos perdemos en este peque?o laberinto.
Aqu¨ª se inicia la excursi¨®n monta?era propiamente dicha. Subiremos en direcci¨®n oeste siguiendo unas rodadas evidentes que arrancan de una zona herbosa. La hierba se ve salpicada por diminutas notas de color silvestre. A nuestros pies se extiende el mosaico de caser¨ªos y chal¨¦s, y al borde, un Cant¨¢brico que se incrusta a p¨¦rdida de vista en las Landas. La cuesta se empina enseguida entre las llamas amarillas de las ¨¢rgomas.
Los pilotos ten¨ªan que moverse por esta interminable cuesta de noche, en alpargatas para no hacer ruido, lo que dificultaba la marcha, sobre todo con lluvia. Una vez ganado el lomo del cordal -al cabo de 25 minutos- hay que seguirlo por su trazado hacia el norte, donde se encuentra la cima del Xoldokogaina (488 metros). Hay unas vistas espl¨¦ndidas sobre la bah¨ªa de Txingudi y la ciudad de Ir¨²n, cuyas luces se les antojaban a los fugitivos tan tentadoras como peligrosas, pues era la zona m¨¢s vigilada por los alemanes.
Disparando a matar
Tras las huellas de la red Com¨¨te tomaremos el ramal del Xoldokogaina, que va hacia el sur, y descenderemos al Col de Osin u Osingo Lepoa, donde encontraremos un poste con indicaciones de la GR 10, el sendero que recorre los Pirineos. ?ste era el punto desde donde los aviadores bajaban hacia el r¨ªo Bidasoa, el tramo m¨¢s dif¨ªcil de su escapada, pues deb¨ªan vadear un cauce que a veces ven¨ªa crecido y siempre estaba muy vigilado por la Guardia Civil, que los deten¨ªa o alertaba a los alemanes, que no vacilaban en disparar a matar. Nosotros seguiremos las balizas de la GR en direcci¨®n a Olheta.
El prop¨®sito es ganar la cima del Mandale pasando por el Col des Poiriers, la ruta alternativa de los aviadores hacia la libertad. Una vez en las estribaciones del Mandale, dejaremos la GR para tomar una senda muy evidente que nos llevar¨¢ al extremo occidental de la cuerda -hay un moj¨®n fronterizo, el n¨²mero 8-, desde donde disfrutaremos de una vista magn¨ªfica de la regata del Bidasoa hacia donde se despe?a el Mandale en sucesivos saltos. Aqu¨ª es donde dejaremos los territorios de la red Com¨¨te, no sin guardar un recuerdo para sus muchos ca¨ªdos -160 de los 1.700 que la integraban- y para los 800 aviadores que fueron salvados. Nosotros seguimos el cordal hacia el este, hasta ganar la cumbre del Mandale.
GU?A PR?CTICA
Informaci¨®n
Bas¨¢ndose en varias entrevistas con los supervivientes y en un concienzudo trabajo documental, el periodista de The Washington Post Peter Eisner escribi¨® La l¨ªnea de la libertad, una novela que narra las vivencias del piloto norteamericano Robert Grimes y que documenta fielmente las actividades de la red Com¨¨te.- La l¨ªnea de la libertad. Peter Eisner.Editorial Taurus. 22,50 euros.- Oficina de turismo de Urrugne.Maison Posta. Place Ren¨¦ Soubelet. Urrugne. 0033 (0) 559 54 60 80; www.urrugne.com.- www.tourisme-pays-basque.fr.
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