Sobre una ola
Hac¨ªa m¨¢s de treinta a?os que la econom¨ªa mundial no encadenaba cuatro a?os consecutivos con tasas acumulativas de crecimiento anual cercano al 5%. Tampoco, y no s¨®lo las econom¨ªas desarrolladas, que registrase durante tanto tiempo seguido tasas de inflaci¨®n tan reducidas. Menos a¨²n que este periodo de bonanza se alcance sobreponi¨¦ndose a un episodio de crisis burs¨¢til y del cr¨¦dito no despreciable en los mercados (2000-2002) y sorteando otro (2003- 2006) de encarecimiento del precio de la energ¨ªa que ha representado una amenaza real para el mantenimiento del ciclo expansivo y la estabilidad de precios.
No parece haberse alcanzado todav¨ªa la cresta de la ola. El consenso de los analistas y de las principales instituciones internacionales augura, para este pr¨®ximo ejercicio, un quinto a?o creciendo a tasas cercanas a ese 5%, inflaci¨®n controlada y cotas elevadas de empleo. Al tiempo, las bolsas y los mercados de cr¨¦dito saludan tales expectativas con los principales ¨ªndices burs¨¢tiles y los spreads crediticios en zona de m¨¢ximos y m¨ªnimos hist¨®ricos, respectivamente. Y esto aun despu¨¦s de que la Reserva Federal estadounidense haya elevado su tipo de intervenci¨®n m¨¢s de cuatro puntos porcentuales en dos a?os (del 1% al 5,25%) o de que el BCE est¨¦ haciendo lo propio con el suyo en la UME, habi¨¦ndolo subido ya un punto y medio (del 2% al 3,5%) en el ¨²ltimo a?o y anticipando alg¨²n alza adicional. No obstante, nada m¨¢s expresivo del aparente buen hacer de los bancos centrales y del arraigo de expectativas de estabilidad que los tipos de inter¨¦s a largo plazo permanezcan anclados en niveles relativamente bajos.
Los analistas auguran, para 2007, un quinto a?o creciendo a tasas cercanas al 5%, inflaci¨®n controlada y cotas elevadas de empleo
Es cierto que la econom¨ªa estadounidense muestra alg¨²n s¨ªntoma de agotamiento en este final de a?o, muy perceptible en su mercado inmobiliario. No es menos cierto, sin embargo, que las principales econom¨ªas europeas parecen haber tomado parcialmente el relevo con el acompa?amiento de Jap¨®n, mientras que las econom¨ªas emergentes, con China y otros pa¨ªses asi¨¢ticos a la cabeza, mantienen su tono fuertemente expansivo. Que la ola romper¨¢ lo saben los economistas tanto como los surfistas, y el v¨¦rtigo est¨¢ justificado, pero las probabilidades de que lo haga pronto y de forma brusca siguen siendo reducidas cuando estamos a punto de iniciar 2007.
Daniel Manzano y Pablo Guijarro son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Grupo Analistas).
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