La Guardia Civil traslad¨® de pueblo en pueblo a una familia de Villaconejos para evitar su linchamiento
Agust¨ªn Vilches, una de las cuatro personas rescatadas: "Ven¨ªan con la intenci¨®n de achicharrarnos vivos"
"Nos segu¨ªan al menos tres coches cuando nos trasladaron al cuartelillo de Ciempozuelos. Luego tuvieron que llevarnos a Pinto y de ah¨ª, al cuartel de Valdemoro, porque nos segu¨ªan". As¨ª relata su angustiosa huida Agust¨ªn Vilches, de 69 a?os y una de las cuatro personas que el domingo fueron rescatadas por la Guardia Civil de la casa en llamas que hab¨ªa sido incendiada por los vecinos de Villaconejos. El motivo fue dar un escarmiento a su yerno, ya que, seg¨²n el alcalde de la localidad, Lope Benavente de Blas, este individuo atemorizaba al pueblo desde hac¨ªa siete a?os. En el momento del asalto, Vilches se encontraba en la casa con su esposa, de 73 a?os; su cu?ada, de 78, y su hija embarazada, de 35 a?os. "Ven¨ªan con gasolina y no respetaron nada", sentencia.
"Mi yerno hace dos semanas que sali¨® en libertad condicional de la c¨¢rcel"
"Si no es por la Guardia Civil que nos rescat¨® y nos condujo por el campo..."
Agust¨ªn Vilches es un jubilado enjuto al que le cuesta hablar. "Es que tengo problemas respiratorios y necesito ox¨ªgeno", se disculpa. Vilches es una de las cuatro personas que el pasado domingo fue rescatada de una casa en llamas en Villaconejos. El fuego lo provoc¨® la ira de un pueblo harto de aguantar los abusos de su yerno, Javier Bernuy. M¨¢s tranquilo, afirma sin mucha convicci¨®n que se encuentra bien. "No hemos podido rescatar nada de la casa. Est¨¢ todo calcinado. Despu¨¦s de irnos de aqu¨ª ayer [el lunes], robaron lo poco que nos qued¨® en los cajones del armario: las cuatro tonter¨ªas que ten¨ªa mi hija", asegura indignado.
Seg¨²n relata, su esposa de 73 a?os, su cu?ada de 78 y su hija, embarazada de cuatro meses, ve¨ªan la televisi¨®n despu¨¦s de comer. "En esos momentos se produjo el asalto. Sobre las cuatro y media o cinco se lio del todo. Comenzaron a tirar cohetes, a lanzar piedras y a destrozarlo todo. Si no es por la Guardia Civil que nos rescat¨® y nos condujo por el campo...", dice dejando la frase inconclusa, trasluciendo un final fatal.
"Desde ah¨ª nos llevaron en nuestro coche a Ciempozuelos. Un guardia lo conduc¨ªa. Pero nos segu¨ªan, al menos, tres coches de vecinos del pueblo. Por eso, la Guardia Civil nos traslad¨® a Pinto, y como continuaban persigui¨¦ndonos, nos metieron en el cuartel grande de Valdemoro", relata.
All¨ª, seg¨²n su testimonio, los agentes tomaron declaraci¨®n a su hija. "Pasadas las once de la noche, nos dijeron que nos pod¨ªamos ir. Fuimos a casa de otra hija en Madrid". Ayer decidieron dormir en casa de su nieta.
Vilches posee otra casa junto a la que calcinaron los vecinos de Villaconejos. "En los 11 a?os que llevo viviendo aqu¨ª, no he tenido problemas con nadie, ni le debo nada a nadie. Como no me gustan los bares, ya que estoy enfermo, voy por la ma?ana a comprar mi pan y lo que me hace falta y me vengo para casa. Con la gente: 'hola, hola y ya est¨¢'. Una cosa es que tengan algo contra El Javi -su yerno, Javier Bernuy- y otra que hicieran lo que hicieron. Ven¨ªan con gasolina preparados. Sab¨ªan que El Javi no estaba y ven¨ªan con intenciones de achicharrarnos vivos", asegura.
Seg¨²n su relato, los vecinos quemaron la casa, dos coches, dos quads, dos motos y destrozaron una furgoneta. "No hemos podido recoger nada". El d¨ªa de A?o Nuevo, volvi¨® a las tres de la tarde, lleg¨® al lugar junto con su nieta, en un coche que no era el suyo. "La Guardia Civil nos dijo que estuvi¨¦ramos uno o dos d¨ªas fuera del pueblo para que se calmasen los ¨¢nimos". La nieta no pudo reprimir ayer las l¨¢grimas cuando vio a uno de los perros de la casa muerto. El otro sali¨® de debajo de la cama y mostraba su alegr¨ªa.
Vilches no oculta que no se llevaba muy bien con su yerno. "Ten¨ªa noticias de que causaba problemas en el pueblo". El marido de su hija ten¨ªa antecedentes. "Hace dos semanas que hab¨ªa salido en libertad condicional de la c¨¢rcel. Primero, estuvo en Soto de El Real, y de ah¨ª le mandaron a Navalcarnero. Ha estado en la c¨¢rcel dos a?os y medio". Preguntado por el motivo del encarcelamiento, el jubilado deja la locuacidad a un lado y envuelve sus palabras de prudencia: "Eso no lo s¨¦. Dicen que secuestr¨® a una se?ora. Yo en eso no me meto", contesta.
Por lo pronto, Vilches no piensa abandonar el pueblo, pero lo que no sabe es qu¨¦ va a ser de su hija. Ella compr¨® la casa ahora quemada con la indemnizaci¨®n que recibi¨® hace unos a?os, ya que, seg¨²n su padre, es una de las afectadas de la colza. "Todo lo que se ha quemado estaba a su nombre. No hab¨ªa nada de El Javi. Tiene papeles y todo. La compr¨® hace seis a?os", aclara, aunque el regidor dice que todas las viviendas de la zona son ilegales.
?l no cree que su yerno vaya a regresar al pueblo debido al ambiente de hostilidad que reina en la localidad. "Yo le aconsejo que no lo haga. Ya saben c¨®mo son las rencillas. Se buscar¨¢ un alquiler. No s¨¦ si le soltar¨¢n o lo meter¨¢n en la c¨¢rcel otra vez. Yo, en su vida, no me meto", contesta lac¨®nicamente.
Sobre si su yerno puede tomarse la justicia por su mano, responde con un ambiguo: "P¨®ngase en su lugar". Luego, reflexiona y sentencia: "Ir¨ªa a armarla, a buscarles casa por casa, como har¨ªa yo".
A lo largo del d¨ªa de ayer, este peri¨®dico se puso en contacto en reiteradas ocasiones con la Delegaci¨®n del Gobierno y con la Comandancia de la Guardia Civil de Tres Cantos para confirmar las afirmaciones de Vilches. Desde la Delegaci¨®n del Gobierno, ni confirmaron ni desmintieron nada. S¨®lo afirmaron que "las investigaciones permanecen abiertas". Entretanto, el pueblo descansa en una tensa calma, a la espera de que algo ocurra y con la esperanza de que no suceda nada.
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