Diez instant¨¢neas portuguesas

El mejor consejo para aquel que decide recorrer el norte de Portugal

es el de llevarse una c¨¢mara fotogr¨¢fica. De esta manera se pueden inmortalizar las esencias y atm¨®sferas de zonas poco frecuentadas del pa¨ªs, alternadas con otras m¨¢s tur¨ªsticas, sus relajantes espacios y sus pintorescos rincones.

1 BRAGAN?A

Es la primera villa ilustre que nos topamos si entramos a Portugal por carretera, v¨ªa Zamora. Los jueves conviene esquivar un gran mercado que se arremolina en una de sus colinas (la moderna e industrial) y huir hacia la opuesta, donde, tras cruzar las murallas, se erige el castillo levantado por el rey Jo?o I. All¨ª, las almenas cobijan casas con huertos, ¨¢rboles frutales y un bar de terraza acristalada donde disfrutar de la panor¨¢mica. Cualquier rinc¨®n intramuros sirve para obtener la primera bella foto. ?Clic!

2 TR?S OS MONTES

Para atravesar Portugal de Este a Oeste se puede optar por un recorrido aventurero que permita conocer sus escondidos rincones y villas. ?ste lo aporta la carretera de Vinhais, a trav¨¦s de los agrestes Tr¨¢s os Montes, en paralelo al l¨ªmite territorial con Galicia, siempre que las interminables curvas de la carretera no sean un mareante contratiempo para el conductor. Pero el esfuerzo compensa: bosques de colores mutantes, aldeas intactas (Vinhais, Rebordelo o Chaves, con sus termas) y valles inabarcables. Estamos en el Portugal m¨¢s profundo y menos tur¨ªstico, con mucho azulejo en la fachada y mujeres de negro riguroso que acarrean le?a o ropa lavada. Segunda foto. ?Clic!

3 BRAGA

Llegar, entrar y sentirse c¨®modo en la medieval, barroca y a la par modernista Braga es algo instant¨¢neo. Seg¨²n algunas gu¨ªas, ¨¦sta es la localidad, situada en la regi¨®n de Minho, de todo el pa¨ªs m¨¢s valorada por los portugueses: un simple paseo por su centro peatonal nos confirma dicha aseveraci¨®n. Calles limpias, gente guapa, tiendas trendy, caf¨¦s antiguos, animados estudiantes, elegantes librer¨ªas y un buen ramillete de fuentes, iglesias (esta ciudad es una de las m¨¢s religiosas de Portugal, como atestiguan tambi¨¦n las hornacinas con santos que aparecen por doquier) y cuidados jardines, como el de Santa B¨¢rbara, que deslumbra por su espl¨¦ndido colorido en la plaza que preside el palacio arzobispal. ?Clic! Si se puede, hay que pasarse del 26 al 29 de octubre, cuando se celebra el Festival del Bacalao de la ciudad.

4 PENEDA-GER?S

Hacia el norte, tras media hora de autopista entre bosques brumosos, se llega al parque nacional de Peneda-Ger¨ºs, de 72.000 hect¨¢reas, lim¨ªtrofe con la provincia de Pontevedra. De nuevo lo rural se impone, sin dejar resquicios para la modernidad. Por la carretera tendr¨¢ que esquivar caballos salvajes, vacas de amenazante cornamenta y muchos perros. Siga hasta el pueblito de Lindoso, visite su castelo (va a ver muchos castillos en ruinas en este periplo) y su mar de espigueiros (h¨®rreos) adyacente, busque un ¨¢ngulo art¨ªstico y apriete el disparador.

5 NOSSA SENHORA DA PENEDA

Dejando atr¨¢s Lindoso hay que seguir serpenteando por el parque nacional hasta el santuario de Nossa Senhora da Peneda, levantado a principios del XIX en un enclave tan m¨ªstico como espectacular. Rocas gigantescas coronan el lugar mientras una escalinata interminable, flanqueada por capillitas con las estaciones del v¨ªa crucis reproducidas a tama?o humano, nos conduce a un templo armoniosamente musicado con la cascada de cola de caballo que, entre los ¨¢rboles a la izquierda, no cesa de reclamar nuestra atenci¨®n. ?Clic!

6 VIANA DO CASTELO

Alrededor de Viana do Castelo, ya fuera del parque nacional, encontrar¨¢ playas de todo tipo: desde la pedregosa (al norte) hasta la solitaria (al sur, como Amorosa) invadida de perezosas gaviotas. Por la noche hallar¨¢ animaci¨®n entre las calles peatonales de Viana, con sus mansiones barrocas y renacentistas. Para la foto puede elegir entre el puente Eiffel, el puerto junto al r¨ªo Lima o la bas¨ªlica de Santa Luzia

. 7 VILA DO CONDE

Hacia el sur en direcci¨®n a Oporto se llega a Vila do Conde, una coqueta poblaci¨®n, capital del encaje de bolillos, con puerto pesquero, castillo a orillas del mar, reserva de aves y con kil¨®metros de playa semivac¨ªa en esta ¨¦poca del a?o, como la de Mindelo. Atraviese las dunas y desenfunde la c¨¢mara. ?Clic!

8 OPORTO

A pocos kil¨®metros al sur se encuentra Oporto. Su magnificencia monumental recuerda a Praga; su lado oscuro y ca¨®tico, a N¨¢poles, pero desde lo alto de su parte antigua, con el Duero debajo, cruzado de puentes y salpicado de piraguas, no tiene parang¨®n. Si le gustan las grandes ciudades, con su mezcla de elegancia y peligro (alguien advierte de que no pisemos sus callejones oscuros), cultura y lumpen tan propio de un transitado puerto, ¨¦ste es su destino. No se pierda un paseo por la orilla del gran r¨ªo, con las bodegas al otro lado, los barcos amarrados y las terrazas al aire libre.

9 BUSSACO

A tres kil¨®metros de Luso est¨¢ el bosque de Bussaco, un recinto de 105 hect¨¢reas aislado del resto del mundo por cinco kil¨®metros de muralla, un recinto m¨¢gico donde se podr¨ªa haber rodado El laberinto del fauno, con una fabulosa variedad de ¨¢rboles y plantas de los cinco continentes tra¨ªdos por exploradores lusos que har¨¢ las delicias de todo bot¨¢nico en potencia. Pi¨¦rdase por sus senderos y encontrar¨¢ fuentes, merenderos, ermitas, miradores (en la cima, la Cruz Alta, de 549 metros, desde donde en d¨ªas claros se llega a ver el lejano mar) y el antiguo convento carmelita, hoy hotel de amanerado estilo seudomanuelino. Si¨¦ntese en un banco, bajo una p¨¦rgola y junto al estanque, espere a que el cisne se ponga al alcance de su objetivo.

10 COIMBRA

Cerca se encuentra la empinada Coimbra, la que fuera capital lusa y sede de una de las universidades con m¨¢s renombre de Europa. Pi¨¦rdase entre las antiguas facultades (del siglo XVI) que presiden la urbe, desconecte en su inmenso jard¨ªn bot¨¢nico y as¨®mese al r¨ªo Mondego. Desde ah¨ª, al atardecer, la panor¨¢mica de la empinada ciudad se ofrece bell¨ªsima. Ya sabe, encuadre y dispare. ?Clic!