Plegarias desatendidas

Dios se hab¨ªa convertido en un vecino muy molesto para los habitantes de un bloque de viviendas del distrito de Fuencarral. Nada que objetar a los ruidos rituales del culto; aunque en la moderna liturgia intervengan guitarras y, a veces, percusiones y voces amplificadas, los horarios de las misas cantadas y de las ceremonias amenizadas con m¨²sicas, m¨¢s profanas que sacras, no perturbaban el descanso de los residentes.

Las quejas vecinales, surgidas desde la edificaci¨®n del templo en 1988, se concentraban en la excesiva proximidad de la casa de Dios con sus viviendas, los muros de la iglesia les privaban de luz y les cortaban el aire y las vistas invadiendo su propiedad.

Hombres de poca fe, algunos vecinos no apreciaban tanto los presuntos beneficios espirituales de tal cercan¨ªa como los perjuicios materiales que les causaba la abusiva edificaci¨®n, confirmada en repetidas ocasiones por los tribunales humanos enfrentados a la justicia divina y al piadoso alcalde Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano que negar¨ªa, por lo menos tres veces, la aplicaci¨®n de la imp¨ªa sentencia de demolici¨®n parcial que data de 1993 y cuya ejecuci¨®n se est¨¢ llevando a cabo en los primeros d¨ªas de 2007.

Al colaboracionismo eclesial se contrapon¨ªa la acci¨®n de alg¨²n obispo

La Iglesia cat¨®lica fue uno de los m¨¢s firmes pilares del franquismo

El incumplimiento acarrear¨ªa una ejemplar multa gubernativa para el entonces gerente de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, tal vez compensada por las indulgencias pontificias.

Para salvar la integridad del templo, hace unos a?os, el arzobispo de Madrid, Antonio Mar¨ªa Rouco Varela, solicit¨® un "milagro" de la Divina Providencia, petici¨®n que, pese a las excelentes recomendaciones del cl¨¦rigo, fue rechazada. No est¨¢ el Esp¨ªritu Santo, sumo gestor del departamento, para semejantes minucias en estas fechas.

El mismo d¨ªa, 8 de enero de 2007, en el que se iniciaba el derribo, "un atropello enorme" para el p¨¢rroco titular, otra noticia eclesi¨¢stica usurpaba las primeras p¨¢ginas de los diarios, laicos y cat¨®licos, la forzada y reticente dimisi¨®n del flamante arzobispo de Varsovia, capital de la naci¨®n m¨¢s cat¨®lica del mundo despu¨¦s del Vaticano, convicto y confeso de colaboracionismo con los Gobiernos comunistas de su pa¨ªs hasta la mism¨ªsima ca¨ªda del Tel¨®n de Acero.

Aunque el padre Federico Lombardi, portavoz de la sede romana, trate de capear el temporal aduciendo el car¨¢cter "opresivo y chantajista" del antiguo r¨¦gimen, lo cierto es que el arzobispo dimisionario, Stanislaw Wielgus, hizo una espl¨¦ndida carrera en el escalaf¨®n eclesi¨¢stico gracias al apoyo de sus mentores materialistas y ateos que le promocionaron y becaron en el extranjero.

La "caza de brujos", emprendida por el ultraderechista, ultracat¨®lico y bifronte r¨¦gimen de los gemelos, Lech y Jaroslaw Kaszyinski, amenaza las eminent¨ªsimas relaciones existentes entre Roma y Varsovia, consolidadas por el papa Juan Pablo II, libre, hasta el momento, de cualquier sospecha colaboracionista con el r¨¦gimen.

El que est¨¦ libre de pecado que tire la primera piedra. La Iglesia cat¨®lica espa?ola que fue uno de los m¨¢s firmes pilares del franquismo, a cuyo excelent¨ªsimo d¨¦spota pase¨® bajo palio, a¨²n no ha hecho examen de conciencia, sali¨® sin romperse ni mancharse de la delicada transici¨®n.

A la descarada actitud colaboracionista de gran parte de la c¨²pula eclesial se contrapon¨ªa, en los ¨²ltimos a?os de la dictadura, la acci¨®n y la predicaci¨®n de algunos obispos como monse?or Taranc¨®n y sobre todo la actividad pastoral y pol¨ªtica de los despectivamente llamados curas "progres" y "rojos", cercanos a la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, movimiento ayer activo, aunque siempre minoritario, y hoy perseguido, silenciado y desactivado.

Cuentan que "crucificado" por la postura combativa y cr¨ªtica de ese sector del clero, el general Franco lleg¨® a amenazar con la suspensi¨®n de bulas, privilegios, subvenciones y prebendas a la Iglesia Cat¨®lica espa?ola que, entonces, no formaba, como hoy, un bloque casi monol¨ªtico y muy activo en la lucha contra las libertades.

El Gobierno actual no llega a tanto, prefiere, al parecer, pactar la no beligerancia del catolicismo militante de la COPE y medios afines poniendo en contrapartida los dineros del C¨¦sar que son los nuestros.

Leo en un peri¨®dico muy cr¨ªtico con la demolici¨®n parcial de la iglesia de Fuencarral que la operaci¨®n le costar¨¢ al Ayuntamiento de Madrid "unos 70 millones" -espero que fieles a la tradici¨®n sigan contando en pesetas- pero lo que est¨¢ claro es que esa cantidad la pagaremos todos, cristianos y paganos. Am¨¦n.