El comunicado
Los profetas de Batasuna pidieron a ETA que hiciera lo que sin duda ETA ya hab¨ªa decidido hacer, y consiguieron que les hiciera caso. El comunicado difundido ayer es un monumento a la incoherencia pero refleja con bastante precisi¨®n las contradicciones de ese mundo. La banda asume el atentado que cost¨® la vida a dos personas, considera que ello no rompe el alto el fuego permanente y amenaza con m¨¢s atentados si no se satisfacen sus exigencias. La respuesta la adelant¨® el ministro del Interior en declaraciones a The New York Times: ETA ha perdido toda credibilidad y ya no bastar¨¢ que declare treguas indefinidas, permanentes o persistentes. Hasta Ibarretxe dijo ayer que en adelante s¨®lo se podr¨¢ dialogar con ETA si hay una "voluntad inequ¨ªvoca de acabar de una vez y para siempre con la violencia".
ETA reconoce que hizo estallar una bomba con cientos de kilos de explosivos en un lugar p¨²blico, pero alega (como hizo tras la matanza de Hipercor) que la responsabilidad de los muertos no es suya sino de los encargados de desalojar el aparcamiento. Es un argumento que no convencer¨ªa ni al m¨¢s fan¨¢tico patriota, pero le sirve a ETA para decir que, puesto que no quer¨ªa matar, el alto el fuego no ha sido roto y la negociaci¨®n puede empezar. Aceptar esa posibilidad ser¨ªa admitir que puede haber negociaciones con atentados. Y para confirmarlo, el propio comunicado a?ade que si no se cumplen sus exigencias (incluyendo la de impunidad para los delitos que han seguido produci¨¦ndose) habr¨¢ m¨¢s atentados.
Queda claro por tanto que el di¨¢logo que propone ETA es uno en el que las bombas no s¨®lo no est¨¢n excluidas sino que forman parte de los argumentos de una de las partes: podr¨¢n recurrir a ellas cada vez que consideren que las negociaciones no avanzan en el sentido que desean. No puede haber, por tanto, otra respuesta que la adelantada por Rubalcaba, y asumida estos d¨ªas incluso por sectores del nacionalismo vasco radical: que el proceso est¨¢ roto sin posible sutura; y que lo que ahora corresponde es aplicar el principio recogido en el Pacto antiterrorista y reafirmado hace dos d¨ªas por la vicepresidenta Fern¨¢ndez de la Vega: la firme voluntad de derrotar a ETA "utilizando para ello todos los medios del Estado de derecho". La detenci¨®n ayer en Francia de dos miembros significados de ETA, un liberado que iba armado y el activista que huy¨® al ser descubierto el zulo de Amorebieta, avala esa voluntad compartida.
La banda tambi¨¦n se reafirma en que el proceso iniciado en marzo no tiene como finalidad acabar con la violencia sino cambiar el marco pol¨ªtico, y reprocha al Gobierno que haya establecido "como tope del proceso los l¨ªmites de la Constituci¨®n espa?ola y de la legalidad". Tras los meses transcurridos desde el alto el fuego, y a la vista de la forma en que lo han roto, no puede considerarse que los objetivos pol¨ªticos exigidos fueran mera ret¨®rica destinada a vender su derrota como conquista: realmente pensaban que el abandono de las armas les dar¨ªa derecho a que los espa?oles se plegaran a reconocer su programa pol¨ªtico. El momento es oportuno, por ello, para que todos los partidos democr¨¢ticos se ratifiquen a su vez en el compromiso de que no aceptar¨¢n cambios del marco pol¨ªtico a cambio del cese del terrorismo. El l¨ªmite de cualquier negociaci¨®n futura, si un d¨ªa volviera a haber condiciones para iniciarla, ser¨ªa la reinserci¨®n de sus miembros presos o clandestinos. La identificaci¨®n con esos principios, sin duda compartidos por la mayor¨ªa de los espa?oles, deber¨ªa ser el eje de la recuperaci¨®n de la unidad democr¨¢tica contra ETA.
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