El mercado negro ensuci¨® el pimiento
Los expertos advierten que el origen de la verdura en mal estado de Almer¨ªa est¨¢ en el uso de plaguicidas baratos sin control
No ha llegado a decretarse una situaci¨®n de alerta alimentaria sino una "petici¨®n de informaci¨®n" de pa¨ªses europeos que habitualmente importan productos hortofrut¨ªcolas de Espa?a. Sin embargo, la utilizaci¨®n del plaguicida no autorizado llamado isofenfus-metilo en varias partidas de pimiento exportado a Reino Unido, Alemania y Holanda ha puesto en jaque la credibilidad del sector de frutas y hortalizas en la provincia de Almer¨ªa. Los expertos coinciden: la culpa es del mercado negro y exigen mayor control.
La Junta de Andaluc¨ªa paraliz¨® 40 explotaciones, incluyendo las tres de ayer, y ha hallado restos de esta sustancia en 12 invernaderos. Quiz¨¢ una cifra infinitesimal en un campo en el que existen 16.000 explotaciones agr¨ªcolas que, s¨®lo en la ¨²ltima campa?a, obtuvieron un valor de producci¨®n de 1.300 millones de euros con 2,83 millones de toneladas de producci¨®n.
La Junta de Andaluc¨ªa ha paralizado 40 de las 16.000 explotaciones
El responsable del Laboratorio de Referencia Comunitario (CRL) de frutas y hortalizas para toda Europa y catedr¨¢tico de la Universidad de Almer¨ªa, Amadeo Rodr¨ªguez, explic¨® ayer que fue el CRL de Stuttgart (Alemania) el que hizo una llamada al departamento que ¨¦l coordina en Almer¨ªa. "Vimos que el isofenfus-metilo es un compuesto que si bien tiene toxicidad aguda, hay muchas dudas sobre sus efectos a largo plazo. Llam¨¦ a Bruselas y se envi¨® la alerta", explica el catedr¨¢tico.
Amadeo Rodr¨ªguez defiende el uso de fitosanitarios en la agricultura como una verdadera revoluci¨®n rural que ha permitido abastecer al continente de frutas y hortalizas los 12 meses del a?o de manera industrial y a un precio razonable, si bien alerta de la existencia de un mercado negro donde las formulaciones se obtienen a precios m¨¢s baratos. "Si hay un mercado negro, la Administraci¨®n tendr¨ªa que tomar cartas en el asunto. O lo quita o cada vez va a haber m¨¢s. En segundo lugar, hay que llevar a cabo un control. Esos controles van encareciendo el sistema, con lo cual empieza a haber otras alternativas al cultivo convencional, como la lucha integrada", razona el docente de la Universidad de Almer¨ªa. La lucha integrada consiste en la mezcla de productos qu¨ªmicos y naturales, como el extracto de algas o el spinosad (una sustancia obtenida por un fermento del suelo), para el cultivo de las plantas.
Juan Cuadrado, ingeniero t¨¦cnico agr¨ªcola, comparte las tesis del catedr¨¢tico en una sociedad que, al tener cubiertas sus necesidades alimentarias, se ha vuelto m¨¢s exigente y ha tomado conciencia de que existen productos que pueden perjudicar su salud. "?Qu¨¦ ha pasado? Que se ha restringido la cantidad de productos fitosanitarios que pueden usarse por exigencia del consumidor y por intereses econ¨®micos. En Almer¨ªa se ha reducido la gama y, a la vez, la presi¨®n de plagas se ha mantenido. Ahora toca reconvertirnos en la lucha integrada", defiende este ingeniero. En su despacho, Cuadrado tiene desplegado un folio con los L¨ªmites M¨¢ximos de Residuos (LMR) de pa¨ªses como Austria, Suiza, Suecia, el Reino Unido, Alemania, Francia, EE UU y Espa?a.
"Cada pa¨ªs tiene una exigencia distinta. Lo que ah¨ª influye es el poder de las multinacionales y no tanto la Ingesti¨®n Diaria Admitida (IDA), el baremo que utiliza cada pa¨ªs. Nosotros queremos un registro ¨²nico en Europa. Lo defiende el Colegio de Peritos Agr¨ªcolas, Coexphal y los empresarios. Si hemos unificado criterios con una moneda ¨²nica, ?por qu¨¦ no homologamos un registro de productos fitosanitarios? Eso ahorrar¨ªa un mont¨®n de dinero", denuncia Cuadrado. Muchos expertos advierten de que la l¨ªnea de qu¨ªmicos no ser¨¢ sostenible en Almer¨ªa a medio plazo, dada la creaci¨®n de resistencias de plagas en dos o tres a?os y el alto coste en plaguicidas (a veces mayor que el de abonos). La lucha integrada y el control biol¨®gico, que usa productos de origen vegetal y depredadores, se antojan como el reto del campo almeriense.
Se calcula que para 2007 el 10% de los invernaderos de la provincia tendr¨¢ sus cultivos bajo lucha integrada y que unas 6.000 hect¨¢reas estar¨¢n bajo el sistema de control biol¨®gico. Lola G¨®mez Ferr¨®n es una empresaria agr¨ªcola con 1,7 hect¨¢reas de cultivo hidrop¨®nico bajo el control biol¨®gico que, con el nombre de Clisol Agro, se ha convertido en referencia tur¨ªstica en la provincia.
G¨®mez Ferr¨®n lleva a?os mostrando sus invernaderos a p¨²blico infantil y adulto para defender que la agricultura almeriense a¨²na la incorporaci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas a las t¨¦cnicas y experiencias agr¨ªcolas tradicionales acumuladas durante m¨¢s de 35 a?os. "La base de un buen control fitosanitario en un cultivo, ya sea biol¨®gico o qu¨ªmico, son los conteos. Cada invernadero debe tener marcadas 20 plantas y hacerles un seguimiento semanal para poder controlar sus enfermedades y plagas", apunta la agricultora. G¨®mez Ferr¨®n sostiene que nunca como ahora ha existido un control alimentario como el actual. "Comer este tipo de hortalizas no acorta la vida, la alarga", remacha la empresaria agr¨ªcola.
Almer¨ªa, tras el milagro del cultivo intensivo bajo pl¨¢stico que transform¨® parte de su paisaje y dio el vuelco a una econom¨ªa de subsistencia hace tan s¨®lo tres d¨¦cadas, tiene a¨²n pendiente el que ser¨¢ su segundo portento para seguir abasteciendo a Europa.
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