"La vida es un mal novelista"
'The Paris Review' abre las puertas a Javier Mar¨ªas en el gran c¨ªrculo literario anglosaj¨®n
"Quiz¨¢s escribo porque escribir es una forma de pensar que no tiene rival, una forma muy activa de pensar", dice Javier Mar¨ªas en una de sus respuestas a la larga entrevista de la serie Writers at Work que acaba de publicar, en su n¨²mero de invierno de 2007, la revista The Paris Review. Para cualquier escritor, y m¨¢s si no es anglosaj¨®n, sumarse a la lista de autores que han sido entrevistados por esta prestigiosa revista literaria significa entrar a formar parte del parnaso. Es dif¨ªcil escapar a la importancia de este acontecimiento, porque supone para el novelista espa?ol formar parte de una lista en la que se encuentran William Faulkner y T. S. Eliot, Jack Kerouac y Saul Bellow, Truman Capote, Raymond Carver y Richard Ford, Martin Amis y Julian Barnes, as¨ª como Boris Pasternak, Vladimir Nabokov, Italo Calvino, Milan Kundera y Marguerite Yourcenar, entre otros autores de otras nacionalidades y culturas.
Camilo Jos¨¦ Cela era el ¨²nico escritor espa?ol entrevistado por esa revista
No le gusta Dostoievski y prefiere autores como Henry James o Marcel Proust
"Las entrevistas de la serie son un g¨¦nero en s¨ª mismas", dijo de ellas el poeta John Ashbery, "y nos acercan a la comprensi¨®n del genio". Mientras que Salman Rushdie ha afirmado: "Estoy fascinado por ellas desde que tengo memoria, tratan singularmente del c¨®mo de la literatura". Tambi¨¦n Dave Eggers las ha elogiado recientemente. Las primeras se publicaron en los a?os cincuenta. Agrupadas en vol¨²menes, constituyen materia prima de estudio por parte de las facultades de filolog¨ªa y talleres de escritura creativa, especialmente en la ¨®rbita del mundo anglosaj¨®n.
Aparte del premio Nobel Camilo Jos¨¦ Cela, es la primera vez que un escritor nacido en Espa?a obtiene semejante honor, aunque The Paris Review ya hab¨ªa entrevistado a un amplio grupo de autores latinoamericanos, desde Jorge Luis Borges y Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez o Mario Vargas Llosa, hasta Julio Cort¨¢zar, Guillermo Cabrera Infante y Manuel Puig. Se trata en todos los casos, al igual que en el de Javier Mar¨ªas, de textos largu¨ªsimos, que ocupan treinta y tantas p¨¢ginas de la revista.
El tono es de conversaci¨®n, y los temas pasan cerca de lo personal para, inmediatamente, centrarse en la cocina literaria y abundar en asuntos relativos a las t¨¦cnicas de composici¨®n, preferencias y visi¨®n que de la literatura tiene cada autor entrevistado.
En las cuatro charlas sostenidas por Sarah Fay con Javier Mar¨ªas en su estudio de Madrid, la entrevistadora le recuerda al novelista espa?ol que en sus textos sobre escritores se ha centrado a menudo en muchos cuyas vidas personales eran desastrosas, con grandes fracasos en el amor y las relaciones amistosas, y le pregunta si tambi¨¦n ¨¦l se considera "un individuo desastroso". Mar¨ªas responde con caracter¨ªstico gusto por la iron¨ªa: "S¨ª, pero de forma menos tosca que ellos. No he intentado matar a mi esposa como hizo Malcolm Lowry. Pero supongo que he llevado una vida modestamente calamitosa".
M¨¢s adelante, entrando ya en materia literaria, Mar¨ªas admite que para ¨¦l hay autores "que no existen", e incluye entre ellos a Fi¨®dor Dostoievski, Virginia Woolf (de la que dice sin embargo apreciar los ensayos) y James Joyce. Prefiere autores de libros poco cerrados, que dejan en el lector una intensa "resonancia", y enumera la obra de Shakespeare, Henry James, Marcel Proust y William Faulkner.
Acerca de su forma de escribir, pr¨¢cticamente sin planificaci¨®n previa ("apenas una hoja"), admite que "trabajo sin mapa" y a rengl¨®n seguido subraya: "Trato de averiguar de qu¨¦ escribo al tiempo que escribo". Al referirse a la significaci¨®n que para ¨¦l tiene la escritura, Javier Mar¨ªas dice: "Quiz¨¢s escribo porque escribir es una forma de pensar sin rival, una forma muy activa de pensar. No digo que sea mejor que otras, pero s¨ª que te permite pensar de una forma diferente". Y a?ade a continuaci¨®n, citando a Proust, que "escribir no es conocer, sino reconocer".
Habla tambi¨¦n en la entrevista de sus narradores en primera persona, que demasiado a menudo se confunden con el autor. Una apreciaci¨®n muy inexacta por mucho que alguno de sus narradores tenga experiencias que coinciden con las suyas, por ejemplo el hecho de que uno de ellos diera clases, como ¨¦l, en un college de Oxford.
"La vida es un mal novelista, es ca¨®tica y rid¨ªcula", dice Mar¨ªas. Y en novela lo que importa es sobre todo "el filtro", es decir la literatura, aquello que da forma y sentido a ese rid¨ªculo caos que es la experiencia. Sin embargo, defiende la importancia que para la buena literatura tiene "el coraje de ver lo que uno ve" en lugar de negarlo.
De sus narradores, afirma que comparten algunas de las cualidades de los fantasmas, que regresan pero son "pasivos, curiosos y muy observadores". Y admite que no es capaz de redondear sus personajes femeninos, que "quedan siempre un poco en la sombra. No me atrevo a retratarlos a plena luz".
Con la publicaci¨®n de esta entrevista, la obra de Mar¨ªas da un paso gigantesco en el mundo literario anglosaj¨®n, donde hasta ahora hab¨ªa encontrado m¨¢s resistencias que, por ejemplo, en el alem¨¢n o el franc¨¦s, aunque siempre hab¨ªa obtenido cr¨ªticas extraordinariamente serias y elogiosas. Sus editores actuales en lengua inglesa son New Directions en los Estados Unidos y Chatto & Windus en Gran Breta?a. Su traductora actual, Margaret Jull Costa, hace unas versiones brillantes en las que muestra una gran capacidad para trasladar al ingl¨¦s los ritmos de la sinuosa prosa de Mar¨ªas.
De Plimpton a Gurevitch
George Plimpton cre¨® The Paris Review en Par¨ªs el a?o 1953 junto con un grupo de periodistas literarios y escritores, y tuvo tiempo de dirigir el n¨²mero del cincuentenario, que se public¨® justo el d¨ªa de su fallecimiento, a los 76 a?os, en 2003. En aquella misma ¨¦poca inici¨® la serie de largas entrevistas con autores: los grandes de la generaci¨®n perdida como Faulkner y Hemingway, y tambi¨¦n los nuevos escritores como Capote. Adem¨¢s, ha publicado siempre relatos, cr¨®nicas y mucha poes¨ªa, adem¨¢s de art¨ªculos y ensayos literarios. El actual director de la publicaci¨®n es un ex cronista de The New Yorker, Philip Gurevitch (de quien Destino public¨® una estremecedora cr¨®nica de las matanzas en Ruanda, Queremos informarles de que ma?ana nosotros y nuestras familias seremos asesinados). Plimpton, que toc¨® casi todos los g¨¦neros period¨ªsticos, incluido el deportivo, en el que se hizo famoso por sus reportajes verit¨¦, regres¨® a Estados Unidos antes del final de la d¨¦cada fundacional, y se llev¨® consigo la revista a Nueva York.
"Plimpton era un genio consiguiendo dinero de sus amigos ricos, pero su revista sobrevivi¨® sobre todo porque siempre apetec¨ªa leerla. Publicaba cosas de gente oscura y joven como Kerouac o Philip Roth, y sobre todo destac¨® siempre por las largas entrevistas con escritores acerca de su escritura", escribi¨® el pasado octubre Peter Carlson en The Washington Post.
La nueva direcci¨®n de la revista ha conseguido, seg¨²n el mismo diario, "mejorar incluso" su contenido. Gurevitch incluye ahora, junto con las grandes entrevistas y relatos, secciones innovadoras como las entrevistas con personas an¨®nimas, los Encounters o encuentros con personas como un administrador de unos lavabos p¨²blicos en China, o un serbio convicto y confeso de asesinato que suelta perlas como ¨¦sta: "No es importante saber a cu¨¢ntos mat¨¦. Cuento hasta 17 y luego dejo de contar".
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