El ciego que conduc¨ªa a 154 por hora
Absuelto un invidente de enga?ar a un juez para lograr una cuantiosa indemnizaci¨®n
?Se puede conducir un veh¨ªculo a 154 kil¨®metros y firmar el bolet¨ªn de la denuncia siendo ciego? La Secci¨®n Segunda de la Audiencia de Barcelona entiende que s¨ª y por ese motivo ha absuelto del delito de estafa a Domingo Merino Arjona, de 57 a?os. B¨¢sicamente, porque se cree casi a pies juntillas la declaraci¨®n del acusado.
Una sentencia le declar¨® ciego total y le otorg¨® 546.780 euros por las secuelas de un accidente
El motivo que le llev¨® al banquillo es el supuesto enga?o que cometi¨® durante un juicio celebrado en 1998 por un accidente de tr¨¢fico que sufri¨® y en el que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucci¨®n n¨²mero 7 de Matar¨® declar¨® que padec¨ªa una "ceguera total". Por ese motivo se le otorg¨® una indemnizaci¨®n de 90.976.637 pesetas de entonces, que al cambio son 546.780 euros.
La compa?¨ªa aseguradora Mapfre siempre ha sostenido que el hombre fingi¨® la ceguera absoluta, pues el 16 de febrero de 1998, tres meses antes del juicio, hab¨ªa sido sorprendido por una dotaci¨®n de tr¨¢fico de la Guardia Civil al volante de un BMW a 154 kil¨®metros por hora en la carretera Nacional-430, en el tramo de Albacete a Valencia.
Cuando los agentes le instaron a detenerse, el conductor les hizo caso y firm¨® de su pu?o y letra la denuncia. Por ese motivo, la aseguradora insisti¨® en el juicio que la indemnizaci¨®n deb¨ªa ser menor porque la ceguera total no exist¨ªa y s¨®lo era una artima?a para lograr una indemnizaci¨®n m¨¢s elevada. El fiscal tambi¨¦n sostuvo que conservaba un peque?o resto de visi¨®n, pero el juez lo crey¨® de otra manera y la compa?¨ªa hubo de consignar el dinero, que a¨²n sigue en el juzgado.
Aquella sentencia cerr¨® la v¨ªa civil, pero abri¨® la penal, que es la que ahora ha resuelto la Audiencia de Barcelona. En este caso, Merino no acudi¨® al juicio como v¨ªctima, sino como acusado. El fiscal solicit¨® para ¨¦l tres a?os de c¨¢rcel, mientras que la aseguradora elevaba su petici¨®n hasta los seis a?os por un delito de estafa procesal. Todo hace pensar que tanto la aseguradora como la fiscal¨ªa recurrir¨¢n ante el Tribunal Supremo. Y mientras tanto, el dinero seguir¨¢ embargado.
En s¨ªntesis, la tesis del tribunal es que Merino Arjona padece una ceguera cortical, que le priva de la visi¨®n en el ojo izquierdo y le permite una cierta visi¨®n en el derecho. Los jueces reconocen sin reparos que despu¨¦s de escuchar a todos los peritos m¨¦dicos no pueden concretar qu¨¦ grado de visi¨®n tiene el acusado. S¨ª aseguran que es una visi¨®n "muy inferior a la normal" e incluso "muy severa", pero no la precisan.
El tribunal abunda en sus argumentos y destaca el t¨¦rmino usado por uno de los peritos cuando habl¨® de que Merino es "ciego legal", una calificaci¨®n que se otorga cuando la agudeza visual desciende por debajo de 0,1 grados en ambos ojos o se padece una retracci¨®n del campo visual de hasta los cinco grados centrales.
En otro momento de la sentencia, los magistrados de la Secci¨®n Segunda rechazan por completo que el acusado haya actuado con enga?o durante todo este tiempo con el ¨²nico fin de sacar provecho personal. "Se hace dif¨ªcilmente comprensible que una persona que sufre un accidente de tr¨¢fico del que se derivan para ¨¦l mismo tan graves secuelas como las que padeci¨® Merino Arjona pueda en ese momento poner en marcha toda una actuaci¨®n dirigida a enga?ar a un juez invent¨¢ndose una ceguera en t¨¦rminos tales que no se correspondiera con la realidad", dice la sentencia. Y recuerda que, desde el principio, el acusado asegur¨® que ten¨ªa cierto grado de visi¨®n en un ojo.
Las acusaciones insistieron en que era incompatible la ceguera con la conducci¨®n a 154 kil¨®metros por hora y que incluso firmase el bolet¨ªn de denuncia. "Son actos que pugnan con la conducta que se supone ha de observar quien sufre ceguera", dice el tribunal, para a?adir a rengl¨®n seguido, sin citar la declaraci¨®n de ning¨²n perito, que "no es materialmente imposible la realizaci¨®n de ciertas imprudencias de trascendencia notoria pese a la disminuci¨®n de las facultades f¨ªsicas de quien las efect¨²a, y evidentemente contando con ciertas ayudas que suplan sus propias minusval¨ªas".
Y en este apartado, la Sala evidencia de manera clara que asume como cierta la declaraci¨®n del acusado, quien declar¨® en el juicio que cuando la Guardia Civil le detuvo hac¨ªa poco tiempo que se hab¨ªa puesto al volante. Seg¨²n la versi¨®n de Merino Arjona, quien conduc¨ªa en ese viaje era su esposa, pero como sab¨ªa que la carretera era recta en esa zona, le pidi¨® a que le dejara "un rato" ponerse a bordo del volante. Para reforzar la verosimilitud de esa declaraci¨®n, el tribunal recuerda que el Guardia Civil declar¨® que s¨ª, que aquel tramo en que se detuvo al ciego la carretera tiene una recta de cuatro kil¨®metros.
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