El dorado sue?o de Cenicienta

Joan Font estrena en la ?pera de Houston La Cenerentola, de Rossini, versi¨®n l¨ªrica del cuento de Perrault, en una coproducci¨®n con el Liceo de Barcelona, la ?pera Nacional de Gales y la ?pera de Ginebra. El director de Comediants devuelve a la obra la fantas¨ªa que el compositor y su libretista eliminaron al escribir la ¨®pera, pero convierte la historia en una invenci¨®n de la humilde joven que desea cambiar su vida cas¨¢ndose con un pr¨ªncipe.

G anar la loter¨ªa, alcanzar el reconocimiento y el ¨¦xito profesional, disponer de un clon que nos sustituya a conveniencia, enamorar a la persona de nuestros sue?os y que nunca deje de serlo o, por qu¨¦ no, conquistar a un pr¨ªncipe que nos convierta en reina. Desde tiempo inmemorial la Humanidad ha so?ado con cambiar su suerte para alcanzar su concepto de dicha o lograr m¨¢s dinero o poder. Esta constante ha convertido un cuento como La Cenicienta, creado por Charles Perrault en 1697, en una historia sin fronteras ni fecha de caducidad. La joven maltratada por su familia que gracias a la inestimable ayuda de una m¨¢gica hada conquista el coraz¨®n de un pr¨ªncipe que la rescata de la miseria y la corona reina es una historia posible, pero tan improbable que Joan Font (Olesa de Montserrat, Barcelona, 1949), director de Comediants, no considera "justo" hacerla realidad sobre un escenario. As¨ª, ha decidido convertir La Cenerentola, la versi¨®n oper¨ªstica del cuento compuesta por Rossini en 1817, que estrena el 27 de enero en la ?pera de Houston (Tejas, Estados Unidos) en una coproducci¨®n con el Liceo de Barcelona, la ?pera Nacional de Gales y la ?pera de Ginebra, en el sue?o dorado de Cenicienta.

"Todos anhelamos que nuestra suerte cambie, pero muy pocas veces sucede. El dorado sue?o de mi Cenicienta no es m¨¢s que eso, un sue?o; una fantas¨ªa que ha inventado y que mientras dura cree aut¨¦ntica, pero que finalmente topa con la realidad: la vida no ha cambiado para ella, sigue siendo la Cenicienta", explica Font. El director de Comediants no renuncia, sin embargo, a contar el cuento y por ello deja la cruda realidad para los ¨²ltimos 17 segundos de la partitura. "La base de la historia es el relato de Perrault al que Rossini y su libretista, Jacopo Ferretti, eliminan los elementos fant¨¢sticos. Mi puesta en escena devuelve a la obra la parte fant¨¢stica de una forma muy sutil, creando un espacio intemporal y m¨¢gico que se va transformando con la iluminaci¨®n. No hago La Cenerentola para huir de la realidad, sino para introducirme m¨¢s en ella. Para hurgar en las bondades y maldades del ser humano a trav¨¦s del comportamiento de los personajes", aclara.

El mundo del cuento estuvo ya presente en el debut oper¨ªstico de Comediants en 1999 con La flauta m¨¢gica, de Mozart, en el Liceo de Barcelona, y el del romance de ciego en la segunda incursi¨®n l¨ªrica de Font con el drama Orfeo y Eur¨ªdice, de Gluck, con el que en 2002 ilumin¨® el escenario del Festival de Peralada (Girona). "Que La Cenerentola sea tambi¨¦n un cuento no es algo buscado. Son los t¨ªtulos que me han ofrecido y ha ido as¨ª, pero qu¨¦ duda cabe que son id¨®neos a mi forma de ver la vida", afirma el director de Comediants. "Una mirada que para m¨ª es un placer, pero que frecuentemente se me critica por considerar que ofrece una visi¨®n na¨ªf, muy primaria y sensible de la vida. Y es cierto. Es algo querido. Ya hay suficiente carga de violencia, tanto f¨ªsica como mental, en nuestra existencia cotidiana. Prefiero aportar una mirada diferente, nueva, m¨¢s tierna, po¨¦tica. Ya s¨¦ que la ternura no est¨¢ de moda, que no vende, me dicen, pero yo continuar¨¦ ofreci¨¦ndola. Es mi mirada, mi mundo, al que no quiero ni puedo renunciar".

No renuncia Joan Font a que le ofrezcan dirigir dramas oper¨ªsticos duros y pone como ejemplo Macbeth, de Verdi, aunque afirma estar seguro de que a la hora de plasmar la violencia de la obra excluir¨ªa la sangre. "Lo cierto es que me cuesta", reconoce mientras rechaza para s¨ª mismo el adjetivo de bueno para calificarse como una persona atenta, muy amable, divertida y campeona en limar todo tipo de aristas, sean laborales, familiares, de amistad o simple relaci¨®n.

Sus 33 a?os al frente de la compa?¨ªa teatral Comediants, de la que fue uno de los fundadores en 1972 y principal impulsor, no han restado frescura, espontaneidad y capacidad de sorpresa a Joan Font, cuyos espect¨¢culos han recorrido los cinco continentes. "Siempre he pertenecido al mundo de la far¨¢ndula, de los artistas que cargan camiones, viajan por el mundo y act¨²an en la calle, un lugar delirante que no cambiar¨ªa por nada del mundo aunque resulta muy agotador y m¨¢s para alguien ya un poco mayor como yo. Que perteneciendo a este mundo el Liceo, una catedral de la ¨®pera, me ofreciera dirigir en 1999 La flauta m¨¢gica me emocion¨® y jam¨¢s llegu¨¦ a imaginar que la ?pera de Houston me invitara a trabajar en su teatro. Estoy muy ilusionado con esta producci¨®n de La Cenerentola por su aspecto internacional. He hecho muchas cosas fuera de Espa?a, pero nada que ver con la dimensi¨®n de esta coproducci¨®n", afirma quien se ha responsabilizado de multitudinarias ceremonias ol¨ªmpicas, Barcelona y Albertville (1992) y concurridos espect¨¢culos de las Exposiciones Universales de Sevilla (1992) y Lisboa (1998).

Para esta producci¨®n de La

Cenerentola, Joan Font cuenta con la colaboraci¨®n del dibujante Joan Guill¨¦n, con quien ya trabaj¨® en La flauta m¨¢gica, como autor de la escenograf¨ªa y el vestuario, el iluminador catal¨¢n Albert Faura y el core¨®grafo Xevi Dorca. Tras el estreno en la ?pera de Houston, que tendr¨¢ a la mezzosoprano estadounidense Joyce DiDonato y al tenor tambi¨¦n estadounidense Lawrence Brownlee como protagonistas, la producci¨®n recalar¨¢ en la sede de la ?pera Nacional de Gales, en Cardiff, en septiembre y octubre de 2007. A finales de diciembre se presentar¨¢ en el Liceo de Barcelona, tambi¨¦n con DiDonato interpretando a la Cenerentola y el tenor peruano Juan Diego Fl¨®rez como pr¨ªncipe. Y el periplo de estrenos en los teatros coproductores culminar¨¢ en febrero de 2008 en la ?pera de Ginebra.