La indisciplina en clase
Los docentes de secundaria apuntan a los conflictos con los alumnos como su mayor escollo laboral
Escena 1. Un chico saca el m¨®vil del bolsillo y empieza a charlar en medio de clase. El profesor se acerca y le dice que no puede interrumpir as¨ª las explicaciones. El muchacho se envalentona, arrincona al adulto y lo amenaza. Sus padres, d¨ªas m¨¢s tarde, justificar¨¢n la travesura, ya que la llamada era "urgente".
Escena 2. Un adolescente interrumpe constantemente la clase durante m¨¢s de media hora. Cuando el profesor, fuera de sus casillas, explota, los amigos del alumno graban con un tel¨¦fono m¨®vil su furia. Las risotadas se oyen en los pasillos.
Son dos casos reales. A petici¨®n de los consultados, no se mencionan ni los nombres ni los centros. Nadie dentro de la comunidad educativa duda de la veracidad de estas situaciones. Las discrepancias comienzan cuando llegan las valoraciones sobre su alcance.
Un estudio asegura que en los ¨²ltimos seis a?os el clima de convivencia ha mejorado
Los casos de violencia son m¨ªnimos, pero est¨¢n ah¨ª y preocupan a los profesores
El sindicato Comisiones Obreras, mayoritario en la educaci¨®n no universitaria, considera que se trata de casos "espor¨¢dicos". Y que la discusi¨®n sobre la violencia ejercida hacia los docentes hay que enmarcarla en el debate global sobre la convivencia en la escuela.
La Asociaci¨®n Nacional de Profesores de Ense?anza (ANPE), segundos en representaci¨®n,
perfila un panorama m¨¢s pesimista. Seg¨²n este sindicato, la ansiedad y la depresi¨®n que acompa?an al s¨ªndrome del profesor quemado se han hecho m¨¢s comunes por la p¨¦rdida progresiva de autoridad que ha sufrido su figura.
Y, por ¨²ltimo, la Consejer¨ªa de Educaci¨®n tercia en el debate asegurando que las relaciones en las aulas madrile?as son razonablemente buenas.
La profesora de Psicopedagog¨ªa de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares, Sol Andr¨¦s, califica de "irrelevantes estad¨ªsticamente" las situaciones de violencia. Anticipa que un informe del Defensor del Pueblo har¨¢ p¨²blica en los pr¨®ximos d¨ªas la tendencia a la disminuci¨®n en los conflictos entre alumnos y entre alumnos y profesores.
Este estudio, que compara la situaci¨®n actual con la de 2000, tambi¨¦n refleja una mayor implicaci¨®n de los educadores en la formaci¨®n espec¨ªfica para la mejora de la convivencia.
El servicio del Defensor del Profesor que ANPE puso en marcha en diciembre de 2006 ha recibido desde entonces 1.700 llamadas de maestros madrile?os desesperados. Un 3,6% de los 47.000 profesores que ense?an a escolares de entre 3 y 18 a?os en la regi¨®n. Entre las situaciones que en ese tel¨¦fono han narrado, las m¨¢s numerosas son en las que los menores impiden que la clase se desarrolle con normalidad por asuntos tan dispares como no llevar el material escolar, vocear en clase y eructar.
Las agresiones f¨ªsicas son menos frecuentes: en 14 meses, el Defensor del Profesor ha recibido poco m¨¢s de 150 denuncias. Lo mismo ocurre en las quejas recibidas en el servicio de asistencia jur¨ªdica de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n. De las 323 consultas realizadas, 99 se deb¨ªan a agresiones, injurias o calumnias. De estas reclamaciones, la Consejer¨ªa ha abierto 23 expedientes.
Todos los educadores consultados aseguran que la indisciplina de los alumnos es la barrera m¨¢s importante con la que chocan a la hora de desarrollar su trabajo, en mayor medida que los actos violentos. Los cursos m¨¢s problem¨¢ticos son 2?, 3? y, en menor medida, 4? de la Educaci¨®n Secundaria Obligatoria (ESO).
La extensi¨®n de la escolarizaci¨®n obligatoria hasta los 16 a?os ha provocado que en los institutos convivan chicos interesados en los estudios con otros que, en palabras de muchos profesores, han sido "aparcados en clase". "Indudablemente, esta extensi¨®n fue un avance social, pero tambi¨¦n ha contribuido a un deterioro en el clima de convivencia", asegura el secretario de Educaci¨®n de CC OO, Paco Garc¨ªa.
Los padres de la Federaci¨®n Giner de los R¨ªos llevan un mes y medio reuni¨¦ndose con sindicatos de profesores y de alumnos, directores de centros y especialistas de la Universidad para elaborar un documento en el que se contrasten los puntos de vista de todos los implicados. La presidenta de la Federaci¨®n de Padres de Alumnos, Mercedes D¨ªaz, espera hacer p¨²blicos los resultados el pr¨®ximo mes.
S¨®lo les falta verse con los representantes de ANPE, pero hasta ahora el diagn¨®stico de todos los consultados es un¨¢nime: "No hay problemas graves de violencia; el reto consiste en atender al alumnado tan diverso que tenemos en los centros madrile?os". D¨ªaz tambi¨¦n reclama la necesidad de incorporar a nuevos profesionales (orientadores, psic¨®logos, trabajadores sociales y logopedas) que apoyen al profesorado. "Cuando se habla de violencia, se est¨¢ acusando a nuestros hijos. Y queremos dejar claro que no estamos criando a peque?os delincuentes", a?ade.
La profesora Andr¨¦s menciona estudios en los que ¨²nicamente el 19% de los docentes denunciaban problemas de convivencia en general. Seg¨²n otro informe del Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid, el 80% de escolares y el 90% de profesores calificaban de satisfactorio el nivel de convivencia.
"Tenemos problemas que hay que afrontar, pero no conviene magnificarlos", a?ade. Como ejemplo de estas "exageraciones", cita el Estudio Cisneros VIII, encargado por ANPE. En ¨¦l se afirmaba que uno de cada cuatro profesores (el 24%) de ense?anza p¨²blica madrile?a era v¨ªctima directa de violencia por parte de alumnos y de padres.
El diagn¨®stico de Andr¨¦s es que, con los cambios experimentados en la escuela, los alumnos y su forma de relaci¨®n, ya no se puede aplicar el modelo de autoridad antiguo, "en el que el profesor es Dios". "Hay que controlar a la clase con modelos muy democr¨¢ticos. Los profesores que m¨¢s problemas tienen son los que no se han adaptado a este modelo. Bien porque se aferren a la autoridad antigua, bien porque se pasen al otro lado, que se quieran convertir en amigos de los alumnos y ponerse a su nivel", concluye.
Escena 3. Un alumno de primaria mete a una compa?era en un contenedor. El maestro se re¨²ne con el padre del agresor. En la entrevista, ¨¦ste le arrea una bofetada. Fue necesaria la intervenci¨®n de un juez de Menores. Ya en la ESO y con la ayuda de los servicios sociales, un programa piloto de aprendizaje de la convivencia logr¨® que este chico abandonara sus conductas violentas.
50.000 firmas para llegar hasta la Asamblea
Al menos, 50.000 firmas. Es lo que necesitan reunir los sindicatos UGT y CC OO para llevar a la Asamblea de Madrid una iniciativa legislativa popular que pretende prevenir los problemas de convivencia en las aulas. Seg¨²n el secretario de Educaci¨®n de CC OO, Paco Garc¨ªa, la extensi¨®n de la educaci¨®n obligatoria, la diversidad del alumnado y otros cambios sociales han propiciado un deterioro en el clima de convivencia.
Y dado que el problema tiene muchas causas, los sindicatos proponen una ley integral que lo aborde desde distintos ¨¢mbitos. "No queremos s¨®lo medidas paliativas, Las preventivas son necesarias", explica Garc¨ªa.
Entre otros puntos, reclama la implantaci¨®n de un Plan Regional de Convivencia, la asistencia letrada a los profesionales implicados en alg¨²n conflicto y un programa de formaci¨®n para todos los educadores.
El sindicalista afirma: "Educar es hoy una tarea m¨¢s compleja que nunca y todo el esfuerzo recae sobre las espaldas del profesor". Seg¨²n Garc¨ªa, hace un a?o que solicitaron un plan similar a la Consejer¨ªa de Educaci¨®n y el resultado ha sido igual a cero.
Obviamente, el consejero Luis Peral no comparte su opini¨®n. "En los centros de Madrid hay una buena convivencia, con situaciones problem¨¢ticas aisladas y minoritarias", asegura. Frente a la iniciativa de CC OO, replica: "Algunos se creen que han descubierto el Mediterr¨¢neo y proponen medidas que ya se han tomado aqu¨ª".
El consejero desgrana las medidas que su departamento ha puesto en pr¨¢ctica en los ¨²ltimos tiempos para mejorar el clima que respiran los chicos de 3 a 18 a?os: "34.000 alumnos y 1.365 profesores participan al a?o en el programa Convivir es vivir, en el que se realizan talleres para fomentar las actitudes de respeto y de formaci¨®n del profesorado".
Peral se ha comprometido a que a finales del curso 2007/2008 todos los centros madrile?os cuenten con un plan de convivencia. Y este asunto no se salva de la lucha partidista: "Todas las comunidades gobernadas por el PP y Navarra nos hemos puesto de acuerdo para adoptar esta medida", afirma. Cuando se le pregunta por qu¨¦ s¨®lo han tomado esa decisi¨®n las regiones populares, Peral responde que "ojal¨¢" tambi¨¦n lo hubieran hecho las socialistas.
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