Una estela de represi¨®n y tortura
La justicia argentina sigue procesando a responsables de la Triple A 34 a?os despu¨¦s de su macabra creaci¨®n
A la misma hora en que el Ej¨¦rcito argentino perpetraba el golpe de Estado que en marzo de 1976 depuso a Mar¨ªa Estela Mart¨ªnez de Per¨®n, varios polic¨ªas y militares irrump¨ªan en un edificio del barrio de Recoleta, en Buenos Aires, y arrojaban por el balc¨®n a su propietario, que falleci¨® al estrellarse contra el patio. La v¨ªctima era Bernardo Alberte, ex ayudante militar del presidente Juan Domingo Per¨®n. Aquel fue el primer crimen cometido por la dictadura militar o el ¨²ltimo de la Alianza Anticomunista Argentina, conocida como Triple A.
"Pocos d¨ªas antes ya hab¨ªan tratado de secuestrarlo", explica su hijo Bernardo, que ten¨ªa entonces 27 a?os y ahora observa con satisfacci¨®n la aceleraci¨®n de los procesos judiciales contra la Triple A, que han desembocado con la orden de detenci¨®n de la ex presidenta Mar¨ªa Estela Mart¨ªnez, la segunda esposa de Per¨®n, el hombre al que su padre sirvi¨® con total lealtad toda su vida.
Parad¨®jicamente, el padre de la Triple A fue otro hombre que hab¨ªa sido estrecho colaborador de Per¨®n: Jos¨¦ L¨®pez Rega, conocido como El Brujo, secretario personal y ministro del hist¨®rico l¨ªder argentino -fallecido en 1974-. La viuda de Per¨®n, Mar¨ªa Estela Mart¨ªnez, le sucedi¨® como presidenta y El Brujo hizo sentir una influencia casi total hasta el punto de que Isabelita le nombr¨® director de todas las secretar¨ªas, una especie de primer ministro en un pa¨ªs donde esta figura no existe como tal.
A L¨®pez Rega y a Isabelita les un¨ªa la devoci¨®n por el ocultismo, pero, a la hora de tratar con quienes consideraba como rivales, El Brujo no se andaba con espiritualidades.
Dos horas antes de ser asesinado, Alberte, quien en 1967 fue designado por Per¨®n como secretario general del movimiento peronista, hab¨ªa dirigido una carta al jefe del Ej¨¦rcito, Jorge Videla, en la que denunciaba la mano del Ej¨¦rcito en los asesinatos de varios de sus colaboradores. "Adem¨¢s, le advert¨ªa del error hist¨®rico que cometer¨ªan las Fuerzas Armadas en caso de dar un golpe de Estado", apunta su hijo. Alberte no tuvo tiempo de entregar la carta, pero su familia s¨ª lo hizo y adem¨¢s se querell¨® contra Videla. "Imag¨ªnese lo que nos cost¨® encontrar un abogado en aquellas circunstancias", recuerda el hijo del asesinado.
Cuando los militares se hicieron con el poder en Argentina, la Triple A ya llevaba tiempo matando a pol¨ªticos, jueces o polic¨ªas a los que se consideraba simpatizantes o permisivos con la izquierda. Su primera acci¨®n reconocida se sit¨²a el 21 de noviembre de 1973, cuando una bomba estall¨® bajo el coche del senador Hip¨®lito Solari Yrigoyen, que result¨® mutilado. Los terroristas de extrema derecha no se dieron por vencidos y finalmente lograron asesinarle dos a?os despu¨¦s.
Corr¨ªa 1973 cuando el ministro de Bienestar Social, a la saz¨®n L¨®pez Rega, y el comisario general de la Polic¨ªa Federal argentina, Alberto Villar, acordaron exterminar a los elementos de izquierda del movimiento peronista mediante una organizaci¨®n clandestina de car¨¢cter parapolicial. L¨®pez Rega desvi¨® fondos de su ministerio para comprar armas. Un juez federal de Buenos Aires, Norberto Oyarbide, investiga ahora si Mar¨ªa Estela Mart¨ªnez orden¨® y autoriz¨® esas compras desde que el 1 de julio de 1974 sucedi¨® al fallecido Per¨®n al frente de la jefatura del Estado.
El magistrado tiene testimonios sobre su mesa -entre otros el de un ex jefe de la Guardia Presidencial-, que relatan c¨®mo L¨®pez Rega llegaba a la finca presidencial de Olivos acompa?ado de decenas de hombres, literalmente armados hasta los dientes, a los que hab¨ªa que franquear el paso. O de c¨®mo en diversas dependencias oficiales se almacenaban cantidades disparatadas de armas cuya presencia no era justificable.
"Hay un dato fundamental que involucra a Mar¨ªa Estela Mart¨ªnez", subraya Bernardo Alberte hijo. "El 8 de agosto de 1974, en la primera reuni¨®n del Gobierno de la nueva presidenta, se pasan diapositivas de personas a los que los reunidos consideran peligrosas. L¨®pez Rega las va se?alando con un puntero. La primera es la de Julio Troxler, la segunda es la de mi padre", se?ala. Por esta reuni¨®n el juez Oyarbide tambi¨¦n ha pedido la detenci¨®n de Isabelita.
"Lo importante es que se sancionen los cr¨ªmenes de lesa humanidad. La metodolog¨ªa y organizaci¨®n de este tipo de cr¨ªmenes fue la g¨¦nesis del genocidio de Estado que cristaliz¨® en la dictadura de 1976", apunta Gast¨®n Chiller, director del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), el organismo que llev¨® hasta la Corte Suprema argentina un recurso que supuso en 2005 la anulaci¨®n de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final firmadas durante el Gobierno del radical Ra¨²l Alfons¨ªn (1983-1990).
Alfons¨ªn ha sido llamado a declarar en calidad de testigo por un juez de Mendoza que investiga a Mar¨ªa Estela Mart¨ªnez por tres decretos de su Gobierno en los que se ordenaba "exterminar el accionar de los elementos subversivos".
La victoria del golpe militar supuso el fin de la Triple A. Ya no era necesario actuar encubiertamente cuando se pod¨ªa actuar de la misma manera a la luz del d¨ªa, tal y como sucedi¨® durante los siguientes a?os. Seg¨²n las cifras que maneja la Comisi¨®n Nacional sobre la Desaparici¨®n de Personas (Conadep), el organismo oficial que investig¨® las violaciones de los derechos humanos durante la dictadura, m¨¢s de 1.100 personas desaparecieron a manos de la organizaci¨®n, aunque otras organizaciones doblan la cifra.
El pasado diciembre, el presidente N¨¦stor Kirchner firm¨® un decreto para que se reconociera el ascenso a t¨ªtulo p¨®stumo del edec¨¢n de Per¨®n. A los 30 a?os de su asesinato a manos de militares, Alberte fue ascendido a coronel con fecha de 24 de marzo de 1976, el d¨ªa de su asesinato. Para su hijo se trata de "un merecido aunque tard¨ªo homenaje a un peronista que fue silenciado por los bur¨®cratas del peronismo".
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