Goles en propia puerta
Asistimos estos d¨ªas a una nueva fase de un encuentro singular en el que parece que resultar¨¢ vencedor aquel equipo que marque menos goles en propia puerta. El socialista Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero result¨® ganador de las elecciones del 14 de marzo de 2004 gracias a los errores de sus antecesores del PP en el Gobierno. La masacre del 11-M habr¨ªa derivado efectos de adhesi¨®n al Gobierno del momento de no ser por la acumulaci¨®n de mentiras interesadas y desaciertos en la gesti¨®n subsiguiente al atentado islamista. S¨®lo la terquedad en sostener una autor¨ªa que todos los indicios descartaban produjo la exasperaci¨®n del electorado y llev¨® a las urnas suficiente n¨²mero de papeletas como para desahuciar al preconizado sucesor de Aznar.
Zapatero llegaba a la presidencia del Gobierno tras cuatro a?os como l¨ªder de la oposici¨®n. Su ejercicio se caracteriz¨® por un talante ser¨¢fico, a base de proponer acuerdos para todos los problemas de alguna gravedad. Ya fuera el de ETA mediante el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo o el de la Justicia para emprender las reformas necesarias que segu¨ªan aplazadas. Pactos recibidos por sus antagonistas con actitudes refractarias pero utilizados despu¨¦s de forma unilateral por el Gobierno de Aznar. En esas circunstancias no era f¨¢cil presentar como un l¨ªder radical a Zapatero, que se resist¨ªa a dar ca?a y prefer¨ªa dar ejemplo. Pero los peperos lo intentaron todo para edificar esa imagen extremista del que muchos en sus propias filas perfilaban como Bambi.
Los perdedores del PP se abstuvieron de cualquier reflexi¨®n que les permitiera aprender de su derrota y se aferraron a la idea de que les hab¨ªan robado el partido. Se afanaron en la siembra de sospechas sobre el atentado. Olvidaron que se hab¨ªa producido mientras ellos gobernaban y que siguieron al mando dos meses m¨¢s, en los que se produjeron las detenciones de los implicados y se analizaron o dejaron de analizar los explosivos utilizados en los trenes. Hubo que o¨ªrles aquella cadena de desprop¨®sitos en la comisi¨®n parlamentaria de investigaci¨®n. Tambi¨¦n vimos el espect¨¢culo que dieron refocil¨¢ndose con Trashorras, la mafia asturiana de la dinamita, la Kangoo, los suicidas de Legan¨¦s, Zouhier y el ¨¢cido b¨®rico. Todo ten¨ªa que conducir a que la mochila de los terroristas hab¨ªa sido preparada en Ferraz porque a su entender el atentado hab¨ªa sido clave para desalojarles del poder.
En todas estas vicisitudes la orquesta medi¨¢tica de los afines acompa?aba o preced¨ªa a los peperos, como las bandas de m¨²sica a la chiquiller¨ªa en los pasacalles de las fiestas patronales. Para los asesores del Gobierno de ZP todo este bullicio eran m¨²sicas celestiales. Porque part¨ªan del convencimiento de que la exasperaci¨®n del PP, su abandono del centro donde habitan las mayor¨ªas, era garant¨ªa de victoria electoral en el 2008. Por eso ped¨ªan con discreci¨®n apoyo publicitario para la Cope y convert¨ªan en periodista predilecto de La Moncloa al director del diario campe¨®n de las insidias. Y en la misma medida en que el PP se extremaba ZP iba considerando que esa formaci¨®n pasaba a ser prescindible en las grandes cuestiones de Estado como la del final de ETA.
As¨ª, imbuido de su optimismo antropol¨®gico y aturdido por el estruendo de los nuevos palmeros que le confirman estar en posesi¨®n de la baraka, Zapatero sin atender a los antecedentes pens¨® que se daban condiciones ambientales nunca vistas para el fin de ETA. Olvid¨® que los etarras no son suscriptores del Foreign Affairs. ZP err¨® con su pron¨®stico para 2007 como se vio con la voladura de la T-4. Pero ni siquiera bajo las bombas Rajoy y los suyos han interrumpido la fiesta del desprop¨®sito. Se ausentaron de la manifestaci¨®n de Madrid y buscaron la bronca en el Pleno del Congreso del lunes 15. No era f¨¢cil, pero as¨ª han invertido la tendencia de las encuestas para ponerlas en su contra. Atentos.
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