Ronaldo ya vende camisetas en San Siro
El Madrid y el Milan no terminan de cerrar el traspaso del jugador, pero las tiendas italianas explotan su imagen
Los tenderetes de San Siro ya vend¨ªan las camisetas y las zapatillas con el nombre de Ronaldo sobre un fondo rossonero, ayer al mediod¨ªa, cuando la calva p¨¢lida del administrador delegado del Milan, Adriano Galliani, penetr¨® en el restaurante Puerta 57 del Bernab¨¦u. All¨ª se cit¨® para almorzar con los encargados de negociar el traspaso por parte del Madrid, Pedja Mijatovic y Franco Baldini. Los comensales discreparon en torno a un mill¨®n de euros. La jerga futbol¨ªstica lo llama flecos. El Milan quer¨ªa pagar siete millones y el Madrid ped¨ªa ocho. Galliani ofrec¨ªa un ingreso a plazos y Mijatovic lo reclamaba inmediatamente, adem¨¢s de exigirle que corriera con ciertos gastos. As¨ª se prolongaron las conversaciones durante toda la tarde. Y toda la tarde no fue suficiente. A las 20.30, Galliani sali¨® m¨¢s p¨¢lido y ojeroso. "No hay acuerdo", proclam¨®; "o lo resolvemos ma?ana [por hoy] antes de las 12.00 o no habr¨¢ traspaso". El mercado se cerrar¨¢ en la medianoche del mi¨¦rcoles al jueves.
Galliani es el brazo derecho de Silvio Berlusconi en el Milan. Lleg¨® a un acuerdo verbal con el Madrid el jueves de la semana pasada. Seg¨²n aquel pacto de caballeros, el Milan pagar¨ªa siete millones de euros al Madrid a cambio del traspaso de Ronaldo. Los ¨²ltimos flecos se cortar¨ªan en el Bernab¨¦u tres d¨ªas despu¨¦s. El Madrid ensay¨® parte de su estrategia en funci¨®n de los flecos. Los ayudantes de Mijatovic se propusieron recibir a Galliani para, una vez en territorio madridista, pedirle un mill¨®n m¨¢s.
La inteligencia del Madrid cree tener suficiente informaci¨®n de su interlocutor. Baldini, el experto de Mijatovic para asuntos de f¨²tbol internacional, fue director general del Roma. El cargo le permiti¨® conocer a todos los dirigentes del f¨²tbol italiano, incluido Galliani.
Al cabo de la jornada, Galliani no respondi¨® seg¨²n lo esperado. No se dej¨® avasallar: "Hay cuatro puntos que impiden el acuerdo: el precio, las condiciones de pago, los intereses y el mecanismo de solidaridad". Galliani cuenta con que el tiempo correr¨¢ a su favor, puesto que Ronaldo es para Capello un peso muerto. El jugador, calcula Galliani, ha sido devaluado por el Madrid, que ha dejado caer injurias en su contra sin desmentirlas. Est¨¢ harto. As¨ª es dif¨ªcil que rinda.
Los encargados de la negociaci¨®n por parte del Madrid estimaron que el efecto medi¨¢tico de la llegada de Ronaldo a Italia, la semana pasada, generar¨ªa una corriente de expectativas que jugaba en contra de la intransigencia de Galliani. Los hinchas del Milan encadenan decepciones desde que perdieron la final de la Liga de Campeones en 2005 ante el Liverpool. El inminente fichaje de Ronaldo, que pas¨® la revisi¨®n m¨¦dica el viernes, desencaden¨® una ola de ilusi¨®n. Galliani hab¨ªa asegurado, tras una conversaci¨®n con el brasile?o, la semana pasada, que el jugador, de 30 a?os, ten¨ªa "unas ganas feroces" de jugar en el Milan. El peri¨®dico deportivo italiano La Gazzetta dello Sport abri¨® su edici¨®n con la frase de Galliani. Ayer las camisetas de San Siro rezaban "Ferocemente Ronaldo".
El golpe de optimismo alcanz¨® a Carlo Ancelotti, el t¨¦cnico milanista, que ayer declar¨®: "Ronaldo no est¨¢ gordo, sino robusto. Tiene una masa corporal imponente, pero exenta de grasa".
En Italia, la voracidad de Ronaldo se da por un hecho tan cierto como su deseo de huir de Madrid. El jugador no quiere saber nada de su entrenador en el Madrid, Fabio Capello. Est¨¢ harto de las exigencias del italiano, que le ped¨ªa que corriera varios kil¨®metros por partido para presionar a los rivales. "Yo nunca podr¨¦ hacer lo que quiere Capello", repet¨ªa desde el verano a sus amigos.
Ronaldo se consideraba incapaz de adaptar su organismo explosivo a las exigencias del fondo. Crey¨® que Capello lo comprender¨ªa. Se llev¨® una decepci¨®n cuando comprob¨® que el italiano no estaba dispuesto a darle muchas posibilidades de demostrar su valor. Ronaldo es, seg¨²n quienes le conocen en el Madrid, "como un ni?o". Como tal, esperaba un poco de afecto. A cambio, Capello lo humill¨® en p¨²blico. Lo utiliz¨® para exhibir su poder ante el resto de la plantilla. Sus compa?eros no le defendieron.
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