?Por qu¨¦ es necesaria la anticoncepci¨®n?
La aparici¨®n de un embarazo no deseado puede resultar en la vida de una mujer, sea cual sea su edad, un complejo y poco gratificante punto de inflexi¨®n. La situaci¨®n puede ser especialmente dif¨ªcil en mujeres adolescentes o muy j¨®venes. La opci¨®n de continuar el embarazo puede en estos casos suponer un quebranto de su biograf¨ªa y el recurso al aborto, con la hip¨®crita discrepancia entre ley y realidad que todos conocemos, no resulta, en la mayor¨ªa de los casos, f¨¢cil para quienes la tienen que asumir.
Cuando un profesional se enfrenta a esta situaci¨®n, con una mujer delante viviendo un complicado momento, se le puede plantear todas las etapas del camino previo que podr¨ªan haber funcionado para evitar llegar a este complejo punto.
La anticoncepci¨®n de emergencia ante un coito no protegido fue la ¨²ltima de las ocasiones perdidas. Sabemos que el n¨²mero de p¨ªldoras poscoitales que se venden en Espa?a ha crecido de forma notable desde su comercializaci¨®n, l¨®gica consecuencia de la difusi¨®n del medio por los sistemas sanitarios y de su conocimiento por la poblaci¨®n espa?ola. Pero siguen, sin duda, quedando situaciones en las que su disponibilidad, que podr¨ªa salvar situaciones no deseadas, sigue siendo insuficiente. Y el logro de la receta que permita su obtenci¨®n r¨¢pida, de acuerdo a la necesidad de administraci¨®n precoz para una mayor eficacia, puede convertirse en una carrera de obst¨¢culos para la pareja, muchas veces muy joven, que acude, en ocasiones con temor y verg¨¹enza, a enfrentarse con el demasiadas veces insensible sistema sanitario. La facilitaci¨®n de este paso podr¨ªa venir de la mano de la libre dispensaci¨®n de la p¨ªldora poscoital en las farmacias. Otros pa¨ªses lo han hecho con buenos resultados.
Otra ocasi¨®n perdida se encuentra en la instauraci¨®n previa de un m¨¦todo anticonceptivo regular de los m¨²ltiples disponibles en nuestro medio, que garantice eficacia, seguridad y comodidad de acuerdo con el perfil del usuario o usuaria. Tras una amplia informaci¨®n, un consejo anticonceptivo pertinente y una libre y aut¨®noma decisi¨®n informada. Las desigualdades constatadas en la prestaci¨®n de sexualidad y anticoncepci¨®n en nuestro pa¨ªs son una asignatura pendiente de nuestro sistema sanitario p¨²blico, que tendr¨¢ que solucionar si pretendemos poder decir que es justo e igualitario, como pretende el ordenamiento legal.
Pero hay m¨¢s ocasiones perdidas en este an¨¢lisis retrospectivo: una buena educaci¨®n sexual y de anticoncepci¨®n, programada y sistematizada e incluida dentro del sistema formativo de nuestros adolescentes, aparece como b¨¢sica para afrontar bien la sexualidad que todos nos tenemos que plantear alguna vez, sea cual sea nuestra decisi¨®n final.
La educaci¨®n en el sistema de ense?anza ha de venir potenciada y completada por la preparaci¨®n en los afectos y las actitudes y el clima receptivo que desarrollar en el ¨¢mbito familiar. Los padres y los educadores tienen en este decorado un protagonismo esencial. Los j¨®venes tambi¨¦n nos lo piden as¨ª.
La retrospectiva es amplia pero la podemos asumir. Cada una de estas situaciones de embarazo no deseado evitada, con su cortejo consecuente de falta de salud ps¨ªquica o social, merece el esfuerzo. Hay precedentes de ¨¦xito que estamos obligados a no ignorar. No valdr¨¢ tampoco el argumento de que la poblaci¨®n inmigrante ha supuesto un incremento en estos problemas. Forman parte de nuestra realidad social y el argumento no resta ni un ¨¢pice de gravedad al tema. El problema es el mismo sea cual sea su protagonista. Estamos obligados por el futuro y bienestar, y por ende por la salud, de nuestros j¨®venes y adolescentes. Bajar las cifras de embarazos no deseados, de abortos y de infecciones de transmisi¨®n sexual es posible y es necesario.
Ezequiel F. P¨¦rez Campos es presidente de la Sociedad Espa?ola de Contracepci¨®n.
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