Sintel hace volver a Villalonga
El ex presidente de Telef¨®nica, dedicado a negocios en Rusia, tendr¨¢ que declarar el d¨ªa 15 por la venta de Sintel a Mas Canosa
Juan Villalonga vive desde hace un a?o y medio en un lujoso palacio en Kensignton, uno de los barrios m¨¢s exclusivos de Londres. Lo adquiri¨® por 20 millones de euros a Lord Conrad Black, el magnate editorial de publicaciones como Daily Telegraph, implicado un esc¨¢ndalo de desv¨ªo de fondos. El ex presidente de Telef¨®nica tampoco es ajeno a los esc¨¢ndalos. Su biograf¨ªa est¨¢ salpicada de ellos desde que saltara a la fama cuando accedi¨® en 1996 a la presidencia de la entonces mayor empresa p¨²blica del pa¨ªs. El m¨¢s sonado, y que finalmente le empujar¨ªa a abandonar la c¨²pula de la operadora en verano de 2000, fue el descubrimiento de un plan para el cobro de m¨¢s de 500 millones de euros en concepto de opciones sobre acciones (stock options) para todo el equipo directivo, y del que Villalonga era el principal beneficiario. La crisis de las stock options iba m¨¢s all¨¢ de un problema de ¨¦tica empresarial, puesto que afect¨® a la propia credibilidad del Gobierno, que le hab¨ªa nombrado.
En seis a?os s¨®lo ha visitado Espa?a para atender compromisos familiares
Y es que uno de los mayores m¨¦ritos curriculares de Villalonga para acceder a la presidencia de Telef¨®nica era su amistad desde la infancia con el presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, que acababa de ganar las elecciones generales.
Desde su salida precipitada de Telef¨®nica (y remunerada con una indemnizaci¨®n multimillonaria que nunca se revel¨®) de Telef¨®nica, Villalonga inici¨® un largo y dorado exilio que le llev¨® a M¨¦xico, Canad¨¢, Estados Unidos y finalmente a Londres, desde donde atiende sus negocios y alrededor de media docena de consejos de administraci¨®n de sociedades en los que participa.
Tras pasar como consejero por compa?¨ªas estadounidenses como Univisi¨®n o McLeodUSA, el antiguo amigo de Aznar ha centrado sus intereses en Rusia, inmersa en un proceso de privatizaciones de sus compa?¨ªas de telecomunicaciones. A trav¨¦s del fondo Emergent Telecom Ventures compr¨® en 2005 PeterStar la operadora de m¨®viles de San Petersburgo. Tambi¨¦n fue consejero de MegaFon, la tercera compa?¨ªa celular de Rusia. Adem¨¢s de sus actividades en Rusia preside Telnic, dedicada a la gesti¨®n de registros de Internet y consejero del banco portugu¨¦s Espirito Santo.
En estos seis a?os, Villalonga s¨®lo ha visitado Espa?a para sus compromisos familiares, y ha evitado expresamente cualquier acto p¨²blico, salvo para solventar sus problemas con la justicia.
No le ocurre lo mismo en Reino Unido, donde tiene un amplia vida social de la mano de su esposa Adriana Abascal, ex Miss M¨¦xico y viuda del due?o del imperio Televisa, Emilio Azc¨¢rraga. Su ¨²ltimo salto a la fama fue su intento de comprar el hist¨®rico club de f¨²tbol Liverpool para convertirlo en un club moderno a imagen y semejanza del Chelsea del multimillonario ruso Roman Abramovich.
El problema judicial m¨¢s grave fue la investigaci¨®n abierta por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garz¨®n para dilucidar si Villalonga pag¨® un sobreprecio por Endemol, la productora de programas de televisi¨®n como Gran Hermano y Operaci¨®n Triunfo- adquirida en 2000 por el desorbitado precio de 5.000 millones de euros. Garz¨®n archiv¨® el caso en 2003.
El pol¨¦mico gestor hab¨ªa tenido que dar cuenta antes de un caso de presunta informaci¨®n privilegiada por la compra de opciones sobre acciones, en enero de 1998, en plena negociaci¨®n de la alianza con la compa?¨ªa estadounidense MCI-WorlCom. Pero tambi¨¦n sali¨® indemne. La Comisi¨®n Nacional de Valores no le hall¨® culpable.
Curiosamente WorldCom quebr¨®. Su presidente y entonces amigo personal de Villalonga, Bernard Ebbers, fue condenado en 2005 a veinticinco a?os de prisi¨®n tras ser declarado culpable de un fraude de 11.000 millones de d¨®lares. Pero Villalonga, que compart¨ªa con Ebbers el culto a la especulaci¨®n burs¨¢til y la afici¨®n por las macro-operaciones que financiaba con canje de acciones, ha tenido m¨¢s suerte con la justicia, ya que nunca ha sido condenado.
El pr¨®ximo d¨ªa 15 de febrero, Juan Villalonga tiene una nueva cita con los tribunales. La Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n ha remitido un escrito a la Audiencia Nacional para solicitar la declaraci¨®n como imputado en el caso Sintel, la filial de Telef¨®nica vendida en 1996 a la empresa Mas Tec International, propiedad de la familia de exiliados cubanos M¨¢s Canosa.
La Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n quiere que declare como imputado para dilucidar su responsabilidad en las operaciones que llevaron a la insolvencia de Sintel en 2001 y finalmente a su quiebra. La operaci¨®n fue cerrada por su antecesor en el cargo, C¨¢ndido Vel¨¢zquez, nombrado por el Gobierno del PSOE y tambi¨¦n imputado en la causa, pero la Fiscal¨ªa considera que Villalonga precipit¨® el vaciamiento patrimonial de Sintel desde su cargo.
Los 2.000 trabajadores de la empresa iniciaron una acampada -el campamento de la Esperanza- en el madrile?o Paseo de la Castellana que dur¨® 187 d¨ªas, hasta que el Gobierno busc¨® un comprador.
As¨ª que en dos semanas el ex presidente de Telef¨®nica tendr¨¢ que abandonar su propiedad de 4.000 metros cuadrados, -once dormitorios, cuatro ba?os, gimnasio y piscina interior- en pleno centro de Londres para declarar ante el juez Santiago Pedraz. Un duro trago para el glamour de un ejecutivo heterodoxo que sentaba en primera fila de las juntas de accionistas de Telef¨®nica a su suegra y a su esposa, y cerraba los conflictos laborales invitando a R¨ªo de Janeiro a los l¨ªderes sindicales de la empresa.
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