Sarkozy responde a los franceses por televisi¨®n
Casi nueve millones de telespectadores siguieron el programa de TF1 Tengo una pregunta que hacerle, dedicado al candidato de la derecha gubernamental a la presidencia francesa, Nicolas Sarkozy. El hombre que propugna una "ruptura tranquila" y llama a una "revalorizaci¨®n" del trabajo sali¨® bien parado del envite, aunque con alg¨²n encontronazo.
Organizado como plataforma para que los ciudadanos planteen sus preguntas a los aspirantes al palacio del El¨ªseo y les hagan llegar sus preocupaciones, el programa lo protagonizan 100 personas elegidas por un instituto de opini¨®n como representativas de la sociedad francesa. El modelo funcion¨® bien y el presentador se limit¨® a dar entrada a los invitados en el plat¨®.
La ¨²nica salida de tono del candidato fue cuando se defendi¨® de que se sirve de "argumentos racistas" para atraer a los votantes de la extrema derecha. "Uno ama a Francia o se marcha", dijo Sarkozy, y eso incluye respetar las reglas de convivencia del pa¨ªs que uno escoge para vivir. "No se es pol¨ªgamo, no se practica la mutilaci¨®n genital a las hijas", puso como ejemplo. Y a?adi¨®: "Ni se deg¨¹ella un cordero en el apartamento". Tambi¨¦n defendi¨® su derecho a dirigirse a los electores del ultraderechista Frente Nacional. La menci¨®n a la decapitaci¨®n del animal, en clara referencia a los ritos musulmanes, levant¨® encendidas protestas en la sala, si bien Sarkozy hizo como si no se enterara. No volvi¨® a mencionar el tema, ni siquiera cuando una joven se lo recrimin¨®. La frase tampoco fue reproducida en los res¨²menes del programa que emiti¨® TF1, ni en otros canales del grupo, lo que levant¨® un alud de cr¨ªticas desde la izquierda, que considera que TF1, la cadena privada del grupo Bouygues, est¨¢ rendida a los pies del candidato de la Uni¨®n por un Movimiento Popular.
A excepci¨®n de otro enfrentamiento sobre su rechazo del matrimonio entre homosexuales, que le vali¨® la acusaci¨®n de "hom¨®fobo", pero del que sali¨® relativamente airoso recordando que ¨¦l fue el primer pol¨ªtico conservador que propuso un contrato de uni¨®n civil firmado en el Ayuntamiento, el resto del programa transcurri¨® casi sin incidentes, lo que le permiti¨® insistir en sus temas favoritos: sobre las 35 horas de trabajo semanal, apost¨® porque sean "un m¨ªnimo y, en ning¨²n caso, un m¨¢ximo", de modo que las horas suplementarias est¨¦n libres de impuestos y cargos sociales. Y aprovech¨® para insistir en que el problema de la econom¨ªa francesa es que "el trabajo no paga lo suficiente".
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