El bal¨®n como medicina

La historia de Hollis Price dejar¨ªa sin trabajo a m¨¢s de un guionista. Sobra la ficci¨®n cuando se descubre la vida del base estadounidense del Caja San Fernando. Las ha vivido de todos los colores. Desire (Deseo) es el nombre del barrio de 20 edificios en el que se cri¨®, un lugar peligroso. Con una tasa de desempleo del 70%, la droga, la prostituci¨®n y la violencia formaban parte de la vida cotidiana de esa zona de Nueva Orleans hasta que las autoridades la demolieron en 1999. Su madre luch¨® contra la drogadicci¨®n y alguna vez estuvo en prisi¨®n. La educaci¨®n de Hollis dependi¨® de sus abuelos. De peque?o, le gustaba el b¨¦isbol, pero pronto se decant¨® por el baloncesto.

Price empez¨® a estudiar en el instituto St. Augustine, uno de los m¨¢s duros de Estados Unidos, en el que los padres ten¨ªan que firmar un permiso por el que aceptaban la imposici¨®n de castigos f¨ªsicos a sus hijos. Destac¨® y logr¨® ganar el t¨ªtulo de campe¨®n del estado de Luisiana. Ello le vali¨® para ser reclutado por la universidad de Oklahoma, con la que lleg¨® a la final four de 2002. Un a?o antes sufri¨® una lesi¨®n que estuvo a punto de truncar su carrera.

"Todas mis posesiones quedaron bajo el agua. Esto me da una nueva perspectiva de la vida"

No se le olvidar¨¢ aquel 16 de marzo. Durante un partido contra Indiana State, su brazo derecho choc¨® contra la boca de Kevin Block. Uno de los tres dientes que perdi¨® Block en la acci¨®n se le qued¨® incrustado a Price, que no se dio cuenta de ello. Continu¨® jugando. Volvi¨® a chocar contra otro rival. Se le dobl¨® de nuevo el brazo y se le rompi¨® un tend¨®n. Fue entonces cuando se descubri¨® el diente de Block en su codo.

?l mismo explica la historia: "Jam¨¢s hab¨ªa pasado por el quir¨®fano y en una semana tuvieron que operarme tres veces. Las dos primeras sirvieron para drenar la herida y asegurar que no hab¨ªa infecci¨®n y la tercera para recomponer el tend¨®n. Estuve enyesado durante un mes. Varias semanas despu¨¦s de que me quitaran el yeso todav¨ªa no era capaz de tirar desde lejos. Segu¨ª un programa de musculaci¨®n. Cuando empec¨¦, levantaba 30 kilos con el brazo izquierdo y nueve con el derecho. Estuve tres meses sin poder jugar y, cuando volv¨ª, tuve una reca¨ªda. Mi abuelo, que es el que m¨¢s me critica, me mantuvo la moral habl¨¢ndome de lo mucho que esperaba de m¨ª el equipo". Los m¨¦dicos le confesaron que tuvo suerte: se arriesg¨® a una amputaci¨®n.

Despu¨¦s trat¨® en vano de triunfar en la NBA y jug¨® varias Ligas de verano con Cleveland, Los ?ngeles Clippers y Houston, pero tuvo que ganarse la vida en el baloncesto europeo. Recal¨® en Le Mans, franc¨¦s, y la pasada temporada en el Alba Berl¨ªn. Con ambos gan¨® la Copa nacional.

Su grave lesi¨®n en el brazo no fue la ¨²ltima de las contrariedades que tuvo que superar. A finales de agosto de 2005, el hurac¨¢n Katrina devast¨® Nueva Orleans. La familia de Price fue evacuada a Houston pocas horas antes del desastre. El jugador, que se encontraba en Atlanta preparando su incorporaci¨®n al Alba Berl¨ªn, vio c¨®mo en cuesti¨®n de pocas horas su gente y ¨¦l perdieron sus casas y la mayor parte de sus bienes. Bajo la iniciativa de su ex entrenador Kelvin Sampson, la universidad de Oklahoma logr¨® hacer llegar a la familia de Price un cami¨®n de m¨¢s de 15 metros de longitud cargado con ropa y muebles.

A su llegada a Berl¨ªn, a principios de septiembre, Price coment¨®: "Tuve la fortuna de no estar en Nueva Orleans y de que los m¨ªos pudieran escapar sanos y salvos. Est¨¢n bien, pero la ciudad est¨¢ destruida y todas mis posesiones quedaron bajo el agua. Esto me da una nueva perspectiva de la vida. Estoy feliz de ver que estamos vivos y de que a¨²n puedo jugar al baloncesto. Ser¨¢ mi medicina".

Un a?o despu¨¦s, de la mano de Manel Comas, Price, de 1,86 metros, rapid¨ªsimo y buen tirador, fich¨® por el Caja San Fernando, en el que, a sus 27 a?os, ya es uno de los jugadores m¨¢s destacados y carism¨¢ticos de la ACB.