"Lo ¨²nico real es siempre la incertidumbre"
Sybilla ha creado un estilo inconfundible, pero esta creadora de trazo delicado siempre ha elegido mantenerse fuera de los focos. Dej¨® pasarelas y proyecci¨®n internacional para quedarse con el gigante de confecci¨®n japon¨¦s Itokin y ahora ha optado por la entrada en la firma de nuevos socios mientras desarrolla en Mallorca proyectos sociales y agr¨ªcolas.
"Quisiera poder dedicarme a otros temas. Estoy empezando a hacer esculturas y espero exponer pronto"
"No queda mucho sitio para el juego y la extravagancia, hay que seguir muchas reglas..."
"Estamos en un momento demasiado importante para quedarse parado"
"La empresa ya hab¨ªa empezado a tener un tama?o y una actividad que me superaba"
Sybilla (Nueva York, 1963) ha dado un nuevo giro en su carrera. La entrada de nuevos socios en la firma, el fichaje de Arnaud Maillard, como director creativo de la empresa, y la vuelta a la pasarela con presentaci¨®n de una colecci¨®n en Par¨ªs el pr¨®ximo 4 de marzo suponen un nuevo reto para su empresa. La dise?adora ha encontrado en Mallorca una nueva pasi¨®n, impulsando nuevas alternativas y propiciando encuentros entre personajes de diferentes ¨¢mbitos en la b¨²squeda de respuestas y puesta en marcha de acciones que mejoren el entorno.
Pregunta. Otras veces se ha bajado del tren. ?Se trata de un tr¨¢nsito o el fin de un camino?
Respuesta. Quiero pensar que voy para adelante. Otras veces he hecho cambios buscando conservar el placer de trabajar y el sentido de lo que hac¨ªa. Con los a?os me doy cuenta de que cada trayecto tuvo sentido. A partir de la exposici¨®n 20 a?os no es nada... y feliz en la mirada, cuando vi toda mi carrera expuesta en una sola habitaci¨®n, entend¨ª que otro ciclo se acababa y me atrev¨ª a saltar.
P. Triunf¨® a los 20 a?os y anunci¨® que a los 30 se retirar¨ªa. ?C¨®mo se vence la tentaci¨®n?
R. A los 25 me sent¨ªa prisionera, a los 30 me prepar¨¦ para retirarme. Sospechaba que en algo me hab¨ªa equivocado; cuanto m¨¢s ¨¦xito ten¨ªa m¨¢s infeliz me sent¨ªa; se supon¨ªa que ten¨ªa todo lo que se pod¨ªa desear como dise?adora. Cre¨ª al principio que el error estaba en que nunca hab¨ªa estudiado para hacer lo que hac¨ªa. Despu¨¦s conoc¨ª a otros dise?adores, otras personas que trabajaban en la moda y me di cuenta de que casi siempre era as¨ª, una carrera dando importancia a cosas bastante banales, y me sent¨ª atrapada por los compromisos, por mi necesidad de no decepcionar, por mi perfeccionismo. Lo mejor fue siempre la gente con la que he trabajado, fue la mayor motivaci¨®n, pero pronto entend¨ª que no quer¨ªa seguir viviendo as¨ª mucho tiempo. Durante un tiempo tuve una vida paralela, el proyecto de Mallorca, la agricultura, el estudio... A los 30 a?os hice un cambio, tuve a mi hijo mayor, cerr¨¦ las oficinas de Par¨ªs y Mil¨¢n y dej¨¦ de ser una dise?adora internacional dedic¨¢ndome s¨®lo a Jap¨®n y empezaron unos a?os tranquilos y productivos.
P. ?C¨®mo se dice basta al v¨¦rtigo del poder?
R. Ganas de vivir y, en mi caso, valor para enfrentarme al miedo al cambio y aceptar que mi b¨²squeda de la seguridad es realmente una ilusi¨®n; lo ¨²nico real es siempre la incertidumbre... No puedo hipotecar mi vida por un espejismo de seguridad, lleg¨® un momento en que mi necesidad de ser amada y de no decepcionar a nadie sal¨ªa demasiado caro. No necesit¨¦ ser demasiado valiente; cuando lleg¨® el momento mi cuerpo ya se hab¨ªa enfermado de darle tanta ca?a, y eso lo hizo m¨¢s f¨¢cil.
P. Una dise?adora de proyecci¨®n internacional que de pronto quiere dejar de serlo. ?Qu¨¦ hay m¨¢s atractivo?
R. Me he dado cuenta de que la esencia no siempre se queda en la forma que hemos creado; el sentido a veces se mueve m¨¢s all¨¢ y has de crear otra cosa para mantenerte fiel a lo que buscabas. Intento seguir mi pasi¨®n y mi entusiasmo, son la mejor gu¨ªa, busco un prop¨®sito a lo que hago.
P. ?C¨®mo alguien sobre una monta?a aislada es capaz de no quedar sumida en la quietud de un desierto, fuera del sistema?
R. A veces hay que subirse a una monta?a o irse al desierto para recuperar la cordura, para despertar. El sistema no es mucho m¨¢s que un gran sue?o colectivo que nos da una sensaci¨®n falsa de seguridad. Queremos pensar que alguien se ocupar¨¢ de los desastres, que alguien nos protege y protege a nuestros hijos y al futuro que les espera, pero realmente creo que no es as¨ª; depende de nosotros. Vivimos un momento muy excitante, vamos a ver grandes cambios de los que formaremos parte, y pienso que la actitud de cada persona va a ser importante en ese proceso.
P. Dicen que en Mallorca se dedica a hacer de celestina suscitando encuentros entre fil¨®sofos, artistas, agricultores...
R. Debemos trabajar en equipos multidisciplinares, formar redes. Llevamos tiempo trayendo personas inspiradoras, y alrededor de estos encuentros surgen debates, nacen proyectos y amistades. Es excitante ver lo que ocurre cuando gente distinta se junta y encuentra puntos en com¨²n; estamos en un momento demasiado importante para quedarse parado.
P. ?La marca, el icono, puede predominar sobre el autor?
R. Resulta extra?o que un nombre o unas letras tengan capacidad de evocar mas all¨¢ del contenido real. Parece una caracter¨ªstica de estos tiempos; una marca y su capacidad de sugerir es lo que realmente vende. Forma parte de la hipnosis colectiva que vivimos; la realidad es que se vende cualquier cosa por mala, perjudicial o absurda que sea si se hace de la manera adecuada. Mi nombre y mi firma ahora son una marca... Durante a?os trabaj¨¦ para que la ropa se vendiera por s¨ª misma, no por la publicidad, ni por mis entrevistas, ni por impulsar el logo sobre el producto. Quer¨ªa que las cosas se vendieran por s¨ª solas, porque eran buenas, porque emocionaban, porque el pantal¨®n hac¨ªa buen culo, porque un vestido te hac¨ªa que te sintieras de una manera especial. Dediqu¨¦ mucho esfuerzo a esto.
P. ?Qu¨¦ motiv¨® la entrada en la la firma Sybilla de los inversores Martin Varsavki y Miguel Sal¨ªs?
R. Llevaba un tiempo queriendo hacer las cosas de otra manera. Buscaba inversores para poder hacer cambios, proyectos m¨¢s arriesgados y revolucionarios. Adem¨¢s, la empresa ya hab¨ªa empezado a tener un tama?o y una actividad que nos superaba. Miguel y Martin son amigos. Me ayudaron, entraron en la empresa y aceptaron el desaf¨ªo de asumir la gesti¨®n.
P. Su segunda marca, Jocomomola, contaba con un equipo creativo de dise?adores, pero la entrada de Arnaud Maillard como director art¨ªstico supone un paso nuevo.
R. Me gusta trabajar en equipo. Jocomomola empez¨® con esa idea, como un equipo de chicas que hac¨ªa ropa para chicas, donde se mezclaban gustos e influencias. Espero que Arnaud imprima nuevas energ¨ªas a la casa.
P. ?La llegada de Arnaud la alejar¨¢ a¨²n m¨¢s de la moda?
R. Quisiera poder dedicarme a otros temas. Estoy empezando a hacer esculturas y espero tener una exposici¨®n pronto. Sigo muy interesada en trabajar con artesanos y colaborar con empresas que desarrollen productos innovadores y limpios, y estoy feliz de hacerlo an¨®nimamente. Hemos montado una escuela en Mallorca desde donde, entre otras cosas, espero compartir mis sensaciones e ideas sobre el trabajo creativo, el arte, el dise?o y la artesan¨ªa. No voy a dejar de hacer ropa, pero los tiempos cambian y mi manera de trabajar siempre ha sido cara, necesita de mucho equipo en talleres, esfuerzo y pasi¨®n.
P. Los cambios modificar¨¢n la estructura de la empresa o seguir¨¢n fabricando en Asia con Jap¨®n como base.
R. Imagino que habr¨¢ muchos cambios que yo no hubiera sido capaz de hacer. Me cost¨® aceptar que se van a aplicar sistemas y maneras de hacer propios de las empresas del sector de lo que siempre hab¨ªa huido y que van a seguir caminos un poco m¨¢s convencionales en la manera de hacer las cosas, pero s¨¦ que es con la intenci¨®n de hacer la empresa m¨¢s fuerte. Yo ya no era capaz de seguir las reglas del mundo de la moda.
P. ?Qu¨¦ siente que ha cambiado en este tiempo?
R. La moda se ha convertido en un gran negocio sin demasiado lugar para apuestas arriesgadas o romanticismos. Antes todo era m¨¢s personal y cercano: la peque?a f¨¢brica de Italia donde nos conoc¨ªamos por el nombre, el fabricante-dise?ador de tejidos que te contaba sus ideas, trabajaba con amigos... Pero siento que, sobre todo, soy yo la que he cambiado, tengo otra edad y otras pasiones. Todo va r¨¢pido y no queda mucho sitio para el juego y la extravagancia; hay que seguir muchas reglas... Me pregunto si todo esto es necesario hoy. S¨¦ demasiado ya sobre sistemas de producci¨®n, materiales y tintes t¨®xicos o condiciones laborales, para poder seguir en este sistema sin m¨¢s. Hace falta un concepto m¨¢s amplio de lo que es un buen dise?o, buscar otra manera de hacer las cosas. Me gustar¨ªa poder dedicar m¨¢s tiempo a esto y que se produjeran cosas teniendo en cuenta realmente las consecuencias humanas y medioambientales de los procesos de fabricaci¨®n y los materiales. ?Para qu¨¦ nos sirve nuestra inteligencia y nuestro talento?
Babelia
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