El patio
Dice el sentir popular que al acumular a?os uno va acumulando tambi¨¦n conocimientos: m¨¢s sabe el diablo por viejo que por diablo. Es una idea muy consoladora, sobre todo para los viejos diablos, pero no s¨¦ si es del todo cierta. No s¨¦ si, en general, la edad te madura y te hace m¨¢s sabio, o si al envejecer corres el riesgo de atontolinarte. ?Pueden los individuos deshacerse con el paso del tiempo, en vez de mejorar? Indudablemente; todos conocemos casos de personas que, con cada a?o que cumplen, parecen un poquito m¨¢s ceporras. M¨¢s r¨ªgidas mentalmente, m¨¢s dogm¨¢ticas y ensimismadas.
Pero hay algo a¨²n peor, y es que tambi¨¦n las colectividades pueden experimentar este proceso de envejecimiento calamitoso. Pongamos Espa?a, por ejemplo. Yo he visto a este pa¨ªs al principio de la Transici¨®n, cuando era como un adolescente zangolotino, lleno de ignorante pasi¨®n pero tambi¨¦n de generosidad. Y luego vi c¨®mo fue aprendiendo y se fue construyendo una madurez democr¨¢tica. Pero los a?os siguieron pasando y... ?a d¨®nde nos han llevado ahora? Hale hop, de nuevo para atr¨¢s, a la adolescencia m¨¢s cerril, a una especie de tumultuoso patio de colegio en donde la mitad de los ni?os se pega con la otra mitad y todos sacan pecho para ver qui¨¦n es m¨¢s chulo. Yo con ¨¦ste no me ajunto, si va ¨¦ste no voy yo, yo voy a ir a ponerles un moco en el asiento y a tirarles chinas.
Este ambiente vocinglero e insult¨®n est¨¢ originado por algo m¨¢s grave: por un exceso de pseudo-ideolog¨ªa, por una apoteosis de rimbombantes mentiras que sirven para disfrazar la lucha por el poder y los intereses personales. La psiquiatra Enriqueta Moreno tiene un estupendo trabajo sobre este tema (La perversi¨®n en la palabra: una forma especial de violencia) en el que dice: "La semilla del fanatismo brota al adoptar una actitud de superioridad moral, es la militancia ideol¨®gica como un gen del mal (...) siendo muy dif¨ªcil, casi imposible de desactivar por los beneficios que procura a la idealizaci¨®n del Yo". Tambi¨¦n yo siento a veces, como todos, la tentaci¨®n de creerme la m¨¢s pura y la m¨¢s lista, la reina del patio del colegio; pero entonces intento recordar que creerte moralmente superior te emparenta con los necios y los verdugos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.