La virtud de la cadena de favores
Torrej¨®n de Ardoz pone en marcha un servicio que fomenta el trueque de habilidades entre los vecinos
Otra forma de relacionarse, de organizarse, de mirar al vecino... En definitiva, de convivir. Torrej¨®n de Ardoz se acaba de sumar a una iniciativa denominada banco de tiempo que consiste en que los vecinos intercambien habilidades. "Aqu¨ª cobra lo mismo el que ense?a ingl¨¦s que el que plancha la ropa", explican desde el Ayuntamiento. La moneda de cambio es el tiempo. Concretamente, una hora.
Marina Rubio tiene 32 a?os y es mediadora intercultural. Ella forma parte de una asociaci¨®n que ayuda a integrar a los chavales inmigrantes en la escuela. "Tenemos problemas con la gesti¨®n administrativa, ya que los procedimientos son muy complicados. Me enter¨¦ del funcionamiento de este servicio y me ofrec¨ª a ense?ar mis conocimientos en ofim¨¢tica (Word, Excel, PowerPoint) a cambio de que nos solventasen el asunto", asegura en el centro de desarrollo comunitario San Jos¨¦, lugar donde trabaja. Joaqu¨ªn Corcobado tambi¨¦n tiene 32 a?os y es mediador social y abogado. ?l es el encargado de solventar las dificultades administrativas que tiene Marina. Despu¨¦s de contactar, han acordado un lugar y una hora para verse.
Los servicios ofrecidos van desde el cuidado de ni?os o mayores a las clases de ingl¨¦s
"Esto es justicia social: rellena los huecos que deja el sistema", dice un participante
La secretar¨ªa del banco de tiempo se encuentra en la Concejal¨ªa de la Mujer. All¨ª han de apuntarse los que quieran sumarse a la iniciativa de intercambios. El ¨²nico requisito que se ha de cumplir es estar empadronado en la localidad. Quien recibe un servicio de un vecino no tiene por qu¨¦ corresponder con el mismo vecino, sino que puede poner sus conocimientos o habilidades a disposici¨®n de un tercero. Las reglas son sencillas: la iniciativa carece de ¨¢nimo de lucro y los servicios valen lo mismo unos que otros: una hora por actividad. Los usuarios tienen la obligaci¨®n de pasar por la secretar¨ªa una vez al mes a rendir cuentas.
Los servicios que se ofrecen son muy variados y van desde el cuidado de ni?os o personas discapacitadas al riego de plantas y cualquier trabajo en el hogar. Tambi¨¦n hay quien ofrece su tiempo para el apoyo al estudio, para hacer talleres de conversaci¨®n en ingl¨¦s, filosof¨ªa, traducci¨®n de documentos... Es decir, que todo tiene valor.
Joaqu¨ªn es el ¨²nico hombre que se ha sumado a la iniciativa, que ech¨® a andar el pasado d¨ªa 22. Hasta el momento se han adherido 12 mujeres. El motivo es que la iniciativa -que busca, entre otras cosas, eliminar las diferencias entre sexos- se ha divulgado primero entre las asociaciones que agrupan a las f¨¦minas. El demandante medio es una persona de entre 30 y 40 a?os, con trabajo y que necesita ayuda.
Para Joaqu¨ªn, este asunto es "algo de justicia social, que rellena ese espacio, esos huecos que deja el sistema", explica. "El beneficio redunda en la propia comunidad. Recibes y das. Es as¨ª".
Marina escucha y mueve la cabeza asintiendo. En cualquiera de los casos, pese a lo id¨ªlico que pueda parecer este sistema, tambi¨¦n presenta algunas dudas. "Yo ofrec¨ªa mis conocimientos en ofim¨¢tica, esencialmente para ense?ar a personas mayores, pero ten¨ªa dudas de cu¨¢ndo recibir¨ªa la asesor¨ªa jur¨ªdica", comenta con una media sonrisa. Y es que, como es l¨®gico, hay algunos servicios que son m¨¢s demandados que otros. Para ella, lo bueno de esta iniciativa hubiese sido que "surgiese desde la propia ciudadan¨ªa y que se alejase de la Administraci¨®n", aunque, en cualquier caso, cree que es bueno que las administraciones se impliquen. Joaqu¨ªn le sale al paso y aclara que el trueque "no es que sea un sistema novedoso", pero s¨ª supone "recuperar lo cercano, lo de barrio, la ciudad". Una de las "cuestiones interesantes" que resalta Marina es la traslaci¨®n de este tipo de pr¨¢cticas de sociedades m¨¢s deprimidas a la europea. Los dos coinciden en que tendr¨¢ ¨¦xito y que la principal v¨ªa de transmisi¨®n es el boca a boca.
Adem¨¢s, creen que es una buena forma de dar con un lugar de encuentro intercultural. "Hay un enriquecimiento de la sociedad, ya que puedes aprender costumbres de c¨®mo hacen las cosas gentes de otros pa¨ªses". Ambos consideran que los j¨®venes de su generaci¨®n y la poblaci¨®n inmigrante ser¨¢n los que m¨¢s se beneficien y demanden este tipo de servicio. Ponen especial ¨¦nfasis en las mujeres con cargas familiares y laborales a las que no les da el tiempo para todo.
"Todos podemos aprender de todos", sentencia Joaqu¨ªn mientras habla de que el servicio favorecer¨¢ a derribar las barreras de sexo. "Es una forma de difundir los conocimientos", dice Marina, y tira de ejemplo para ilustrarlo: "T¨² puedes ense?ar lo que has aprendido de otro que ha acudido a tu casa a solucionar un problema".
Desde el Ayuntamiento se dice que los servicios que m¨¢s se han dado han sido los del cuidado de personas y las tareas del hogar. Tambi¨¦n se ha demandado la asistencia del transporte. Es decir, alguien que necesita de otro para que le lleve a hacer alguna gesti¨®n. La oficina del banco de tiempo est¨¢ en la Concejal¨ªa de la Mujer -en la sede del Ayuntamiento de Torrej¨®n- y tiene un horario de lunes a viernes de 16.00 a 20.00. El tel¨¦fono de atenci¨®n es el 91 678 38 63 o el m¨®vil 667 567 869. All¨ª se tomar¨¢n los datos de aquellos que est¨¦n interesados en emprender una nueva forma de relacionarse con su pr¨®jimo. Se concertar¨¢ una cita en donde se les explicar¨¢ en qu¨¦ consiste esta iniciativa.
La medida no parece que disguste a las administraciones, ya que otros ayuntamientos ya la han puesto en marcha. El ¨²ltimo ha sido el Ayuntamiento de Alcal¨¢ de Henares, que ha dado luz verde a una iniciativa similar, en marcha desde el pasado 1 de febrero.
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