La dualidad ling¨¹¨ªstica, medi¨¢tica y pol¨ªtica catalana
Una constante en la vida pol¨ªtica de Catalu?a desde que existe democracia en este pa¨ªs ha sido que la poblaci¨®n catalana participa en porcentajes menores en las elecciones al Parlament de Catalunya que en las legislativas a las Cortes espa?olas. En las ¨²ltimas auton¨®micas catalanas, la abstenci¨®n alcanz¨® el 44% del electorado, una de las abstenciones auton¨®micas m¨¢s elevadas en Espa?a. Una encuesta sobre Participaci¨®n Pol¨ªtica en Catalu?a, publicada recientemente por la Generalitat, explica que esta abstenci¨®n es particularmente acentuada entre aquellos sectores de las clases populares que utilizan preferentemente el idioma castellano, y entre los j¨®venes. La mayor¨ªa son personas de clase trabajadora que tienen ingresos mensuales familiares netos inferiores a 2.000 euros al mes.
La mayor¨ªa de los an¨¢lisis efectuados para explicar esta abstenci¨®n electoral diferencial se han centrado en el estudio de las caracter¨ªsticas de los abstencionistas, lo cual es necesario pero insuficiente puesto que esta abstenci¨®n auton¨®mica es el s¨ªntoma de un problema m¨¢s profundo que suele ignorarse en aquellos estudios y en los medios de informaci¨®n, a saber, la existencia en Catalu?a de una polarizaci¨®n ling¨¹¨ªstica cultural y social. En general, la vida pol¨ªtica en Catalu?a (tanto su tem¨¢tica y narrativa como su lenguaje) se ha centrado en la cultura de habla catalana, y toma como medios preferenciales de su debate pol¨ªtico televisivo y radiof¨®nico (la televisi¨®n y la radio son las fuentes m¨¢s importantes de informaci¨®n para la poblaci¨®n) los medios p¨²blicos de la Generalitat, a saber TV-3 y Catalunya R¨¤dio. Ambas utilizan casi exclusivamente el catal¨¢n y hasta hace poco en su cultura tem¨¢tica predominaba (y, con notables excepciones, contin¨²a todav¨ªa predominando) una cultura identitaria y nacionalista. Es en tales medios donde se desarrollan los grandes debates pol¨ªticos del establishment pol¨ªtico-medi¨¢tico de Catalu?a y donde se da mayor visibilidad a la campa?a electoral auton¨®mica.
Aunque tales medios son los que dan mayor atenci¨®n a la pol¨ªtica catalana, su concepci¨®n de la pol¨ªtica reduce ¨¦sta al politiqueo -al dime y direte de los l¨ªderes pol¨ªticos-, con escasa atenci¨®n a las propuestas program¨¢ticas de los partidos pol¨ªticos excepto en los asuntos identitarios, dando poca visibilidad a las cuestiones de la vida cotidiana de las clases populares. Ello da pie a una falsa uniformidad program¨¢tica en que las diferencias entre los l¨ªderes pol¨ªticos se atribuyen a caracter¨ªsticas personales. Ello explica que incluso los programas de humor y s¨¢tira (como Pol¨°nia) se centren en estos l¨ªderes pol¨ªticos, confundiendo la pol¨ªtica con lo que dicen los dirigentes pol¨ªticos. Todo ello contribuye a un descr¨¦dito de lo que se ha llamado la clase pol¨ªtica, descr¨¦dito que queda confirmado por las encuestas que se?alan que los partidos pol¨ªticos est¨¢n entre las instituciones menos valoradas por la poblaci¨®n, descr¨¦dito incluso m¨¢s acentuado entre las clases populares.
Ahora bien, a pesar de la indudable importancia e influencia pol¨ªtica de tales medios (que se han convertido en el cuarto poder del Estado en Catalu?a, muy poco receptivos a la cr¨ªtica), tales medios no son utilizados por la mayor¨ªa de la poblaci¨®n en Catalu?a (s¨®lo el 33% de la poblaci¨®n recibe la informaci¨®n a trav¨¦s de Catalunya R¨¤dio, la supuesta radio nacional catalana) o por un poco m¨¢s de la mitad de la ciudadan¨ªa (TV-3 informativos no es seguida por el 45% de la poblaci¨®n). La gran mayor¨ªa de catalanes de habla castellana no escuchan regularmente tales medios. Esta otra Catalu?a de habla castellana ve televisiones con sede en Madrid, cuya tem¨¢tica no se centra en la realidad catalana y no cubre con detalle la situaci¨®n pol¨ªtica en Catalu?a. Este sector de la poblaci¨®n conoce la informaci¨®n sobre Catalu?a a partir de medios de habla castellana centrados en Madrid, que dan una visi¨®n de Catalu?a desde la perspectiva del resto de Espa?a. En estas televisiones y en estas radios, la realidad catalana es poco conocida, cuando no sesgada. La visibilidad de la pol¨ªtica catalana en tales medios es, adem¨¢s de escasa, espa?olizada. Los asuntos de la cotidianidad ciudadana apenas aparecen en tales medios. Viendo esas televisiones no es de extra?ar que grandes sectores populares ignoren incluso que la sanidad (entre otros servicios p¨²blicos) est¨¦ gestionada desde Catalu?a. Su reportaje pol¨ªtico adolece de las mismas (cuando no mayores) deficiencias que TV-3 y Catalunya R¨¤dio. La inexistencia de un canal televisivo basado en Catalu?a de habla castellana o biling¨¹e refuerza esta situaci¨®n.
De esta lectura se deriva el acierto de la propuesta que se hizo en su momento de que se celebraran debates electorales en las elecciones auton¨®micas en catal¨¢n y en castellano. En realidad, seg¨²n el Bar¨®metro de Opini¨®n Pol¨ªtica de la Generalitat, la mayor¨ªa de votantes socialistas no ven TV-3 ni escuchan Catalunya R¨¤dio. Los votantes del partido nacionalista Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) est¨¢n entre los que siguen TV-3 y Catalunya R¨¤dio con mayor asiduidad.
Las izquierdas debieran presionar para que tales medios p¨²blicos fueran aut¨¦nticamente plurales, expresando las diversas sensibilidades existentes en la poblaci¨®n (tratando los asuntos que afectan e importan m¨¢s a las clases populares), ya que la situaci¨®n actual que favorece esta polarizaci¨®n ling¨¹¨ªstica, cultural y medi¨¢tica les est¨¢ perjudicando electoralmente. Son las izquierdas las m¨¢s afectadas por la abstenci¨®n en las auton¨®micas. La falta de medios televisivos y radiof¨®nicos biling¨¹es en Catalu?a, el excesivo ¨¦nfasis identitario en los medios informativos p¨²blicos de la Generalitat y la falta de biling¨¹ismo en los medios televisivos y radiof¨®nicos espa?oles (con un uniformismo centralista) reproducen la polarizaci¨®n ling¨¹¨ªstica y cultural en Catalu?a, que favorece no s¨®lo la abstenci¨®n de las clases populares en las auton¨®micas (abstenci¨®n favorecida durante muchos a?os por el partido nacionalista gobernante), sino que tambi¨¦n estimula el establecimiento de posturas anticatalanas, como est¨¢ ocurriendo con el PP (la emisora ultraderechista COPE es la m¨¢s escuchada por los votantes del PP) y la aparici¨®n de nuevos partidos que intentan utilizar en beneficio propio tal polarizaci¨®n cultural.
Vicen? Navarro es catedr¨¢tico de Pol¨ªticas P¨²blicas de la UPF.
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