Parapol¨ªtica bogotana
El segundo mandato de ?lvaro Uribe comenzaba en agosto pasado auspiciado, a la vez que amenazado, por su mayor ¨¦xito aparente. La desmovilizaci¨®n de 30.000 paramilitares, a los que el presidente colombiano ofrec¨ªa la reinserci¨®n, tras una supervisi¨®n francamente suave de la justicia, reduc¨ªa significativamente los niveles de violencia, pero tambi¨¦n blanqueaba el poder econ¨®mico de los jefes para, ahora acogidos a la legalidad. Y el lunes dimit¨ªa la ministra de Exteriores, Mar¨ªa Consuelo Ara¨²jo, porque su hermano, el senador ?lvaro Ara¨²jo, tan uribista como ella, hab¨ªa sido detenido hace cinco d¨ªas por secuestro agravado y connivencia econ¨®mica con los paras, muchos de ellos distinguidos en la masacre y el narcotr¨¢fico.
Ocho congresistas nacionales est¨¢n detenidos por razones similares, a uno lo busca Interpol, cinco est¨¢n bajo investigaci¨®n, y a ellos hay que sumar al propio padre del senador y de la ministra, ?lvaro Ara¨²jo Noguera, ex ministro de Agricultura, as¨ª como numerosos diputados departamentales, ex gobernadores y funcionarios. Salvatore Mancuso, alt¨ªsimo depredador para, dijo, insultante y exultante, hace tres a?os que el 35% del Congreso estaba a sueldo del paramilitarismo.
A la ministra la sucede Fernando Ara¨²jo, sin parentesco, que hab¨ªa permanecido hasta el 31 de diciembre, cuando logr¨® escapar, en poder de los terroristas de las FARC nada menos que durante seis a?os, por lo que, quiz¨¢, haya tenido que hacer un cursillo acelerado sobre c¨®mo est¨¢ el mundo para asumir el cargo.
Mar¨ªa Consuelo Ara¨²jo dimite para librar al Gobierno de sospechas de presi¨®n o connivencia en desdoro de la justicia, pero lo decisivo en el ¨¢nimo de Uribe para aceptar la dimisi¨®n ha sido la necesidad de presentar un cuadro aseado ante Estados Unidos, cuyo Congreso ha de discutir la ayuda del Plan Colombia, y Washington reclama la extradici¨®n de algunos jefes paras a los que califica de capos del narcotr¨¢fico.
En ¨²ltimo t¨¦rmino, como insin¨²a Antonio Navarro, secretario general de la fuerza de izquierda Polo Democr¨¢tico Alternativo, todo ello proyecta una sombra sobre el propio presidente, que de 1995 a 1997, como gobernador de su natal Antioquia, cre¨® una organizaci¨®n de seguridad privada llamada Convivir que algunos consideran relacionada con el paramilitarismo.
La justicia, que hasta ahora ha obrado con reconfortante independencia, dir¨¢ la ¨²ltima palabra, pero aunque tengan algo de bravata las cifras de Mancuso, se impone, como ha se?alado el Polo, la convocatoria de elecciones. S¨®lo un Congreso y un Senado limpios de venalidad y fraude convencer¨¢n al pa¨ªs de que los paras que dejaron la violencia no practican hoy otra violencia mayor desde la impunidad m¨¢s absoluta.
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