Juan Diego Fl¨®rez, el n¨²mero 1 en la Scala
El tenor peruano repiti¨® un aria, algo que no ocurr¨ªa en Mil¨¢n desde 1933
No existe un campeonato mundial de tenores. Pero Juan Diego Fl¨®rez (Lima, 1973) puede presumir desde el martes de un t¨ªtulo excepcional, que no posee ning¨²n otro cantante vivo: el teatro milan¨¦s de la Scala se rindi¨® a sus pies y le permiti¨® bisar un aria. La cosa no es banal, porque no ocurr¨ªa desde 1933. Y parec¨ªa imposible que se repitiera la proeza alcanzada 74 a?os atr¨¢s por el bajo ruso Fiodor Ivanovich Shaliapin (1873-1938), con El barbero de Sevilla, porque el gran Arturo Toscanini impuso una prohibici¨®n eterna sobre tales actos de adoraci¨®n mel¨®mana.
Toscanini (1867-1957), el m¨¢s c¨¦lebre director en la historia de la Scala, no ten¨ªa una gran opini¨®n sobre los int¨¦rpretes oper¨ªsticos. Para ¨¦l, hab¨ªa tres categor¨ªas humanas despreciables: los tontos, los muy tontos y los tenores. Su prohibici¨®n de los bises en el templo milan¨¦s no se basaba, sin embargo, en man¨ªas personales, sino en la convicci¨®n de que la m¨²sica estaba por encima de las voces, de los instrumentos y del p¨²blico, y no deb¨ªa verse alterada por arrebatos de entusiasmo o egolatr¨ªa.
El non possumus de Arturo Toscanini rigi¨® de forma indiscutida hasta que el peruano Juan Diego Fl¨®rez, con la arrogancia que le permit¨ªan su juventud, 34 a?os reci¨¦n cumplidos, y sus apabullantes dotes naturales, anunci¨® que aspiraba al bis en el estreno scal¨ªfero de La fille du r¨¦giment, de Gaetano Donizetti. Fue todo un desaf¨ªo al p¨²blico y, sobre todo, a Stephan Lissner, el superintendente del teatro. Fl¨®rez ya hab¨ªa obtenido en Londres un gran triunfo con La fille du r¨¦giment. ?Iba a rendirse Mil¨¢n ante ¨¦l?
La respuesta lleg¨® el martes, noche de estreno, con el aria Ah, mes amis. En cuanto Juan Diego Fl¨®rez termin¨® de cantarla, el p¨²blico se alz¨® en pie y aplaudi¨® durante cinco minutos. Lissner, que quiz¨¢ hab¨ªa tomado previamente la decisi¨®n, dio orden de que la orquesta de que reatacara las notas de Ah, mes amis. Y Fl¨®rez consigui¨® el bis, el triunfo excepcional y la victoria sobre la ley de Toscanini.
No todo fue excelso en la velada. El cr¨ªtico del Corriere della Sera, otra gran instituci¨®n milanesa, calific¨® de "sopor¨ªfero y superficial" al director de la ¨®pera, el canadiense Yves Abel. Para el mismo cr¨ªtico, el montaje y los trajes, realizados en 1959 por Filippo Crivelli y Franco Zeffirelli, eran tan antiguos que parec¨ªan "una caricatura". Juan Diego Fl¨®rez, eso s¨ª, le pareci¨® "un superclase absoluto", dotado de "timbre pastoso, homogeneidad de emisi¨®n y un fraseo perfecto". Una vez reconocidos los m¨¦ritos del tenor, el cr¨ªtico se aline¨® con Toscanini y pidi¨® que lo del bis no volviera a ocurrir.
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