De la cr¨®nica negra a la toma del Camp Nou
Bellamy, goleador ante el Bar?a, se ha peleado con compa?eros y t¨¦cnicos en todos sus clubes
A Craig Bellamy (Gales, 1979), autor del primer gol del Liverpool al Bar?a el mi¨¦rcoles, y que dio el pase del segundo, se le valora en las Islas Brit¨¢nicas tanto por su juego, el¨¦ctrico y vertical, como por ser una fuente inagotable de titulares en los tabloides sensacionalistas. Peleas, broncas en discotecas, encontronazos con futbolistas y entrenadores, y careos ante la justicia engalanan el curr¨ªculum del nuevo enfant terrible del f¨²tbol brit¨¢nico. Su ¨²ltima actuaci¨®n: celebrar imitando un swing de golf su tanto en el Camp Nou, donde tambi¨¦n marc¨® Riise, el mismo jugador al que el gal¨¦s hab¨ªa golpeado con un palo de golf durante la concentraci¨®n previa al partido.
El Algarve es una regi¨®n al sur de Portugal y el Valle del Lobo un enclave situado en plena reserva natural. Rafa Ben¨ªtez vio en el lugar el entorno perfecto para que sus jugadores se concentraran ante un partido de tanta importancia como el del Bar?a, sin tener en cuenta que sus jugadores decidir¨ªan hacer una escapada al bar Monty?s. All¨ª, tras alguna pinta de cerveza de m¨¢s, los ¨¢nimos se caldearon y la fiesta deriv¨® en un tumulto que tuvo que ser sofocado por la polic¨ªa. Bellamy se qued¨® con ganas de seguir la juerga y, a su llegada al hotel, entr¨® en la habitaci¨®n de Riise blandiendo un palo de golf con el que le golpe¨® en las piernas. Ben¨ªtez, que ha estudiado traspasar al gal¨¦s a final de temporada, aline¨® a los dos. El entrenador madrile?o, pragm¨¢tico donde los haya, explic¨® tras el partido, con un argumento irrefutable, por qu¨¦ decidi¨® utilizar a sus jugadores: "Contra el Bar?a s¨®lo pod¨ªan jugar los mejores". Y aprovech¨® para quitarle hierro al asunto: "La prensa ha exagerado todo lo que ocurri¨®. No fue para tanto".
Exageraci¨®n o no, lo cierto es que la fama de rebelde de Bellamy le precede all¨¢ donde va y se remonta a sus primeros a?os en el Newcastle. Al poco de su llegada, en febrero de 2002, los tribunales fallaron en su contra despu¨¦s de que una joven le denunciara por agresi¨®n a la salida de una discoteca. La sentencia se qued¨® en una mera amonestaci¨®n. Menos de un a?o despu¨¦s, el jugador volv¨ªa a sentarse en el banquillo, acusado de des¨®rdenes p¨²blicos en uno de los clubes nocturnos de Cardiff a los que era asiduo. Fue multado con 857, 46 euros. En 2004, durante un viaje con el Newcastle, Bellamy lleg¨® a lanzarle una silla al segundo entrenador, John Carver. Diez meses despu¨¦s, enfadado porque el nigeriano Ameobi le hab¨ªa quitado el puesto, fingi¨® una lesi¨®n y se neg¨® a jugar frente al Arsenal. Adem¨¢s, llam¨® "mentiroso" en p¨²blico a su entrenador, Graeme Souness. Fue cedido al Celtic de Glasgow.
En Escocia, la prensa se hizo eco del rumor que apuntaba a que Bellamy se pavoneaba ante sus compa?eros de las 35.000 libras semanales (52.238 euros) que cobraba, y que el jugador hac¨ªa ofertas de dudosa generosidad a sus rivales: ser su jardinero particular. De vuelta a Inglaterra, insultos v¨ªa sms a Shearer y, ya jugando con el Liverpool, alguna que otra bronca en el t¨²nel de vestuarios tras los partidos. Bellamy, de momento, se lo toma con humor, como demuestra la celebraci¨®n de su gol.
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