La batalla por la T-4, a la catalana

A?o 2003. Imaginemos a la patronal CEIM, a la C¨¢mara de Comercio de Madrid, al C¨ªrculo de Empresarios, al RACE, a Ifema. Todos, sentados en el auditorio del Instituto de Empresa, donde expertos en infraestructuras analizan el futuro de Barajas, a las puertas de la adjudicaci¨®n de la T-4. Imaginemos que tercian sobre el reparto entre Iberia y Spanair decidido por AENA en la ¨¦poca de Francisco ?lvarez-Cascos en Fomento, una decisi¨®n que ser¨ªa revocada en 2004 por la ministra Magdalena ?lvarez, en favor de Iberia y Oneworld, con informes t¨¦cnicos en la mano.

A?o 2007. El 22 de marzo, en Barcelona, las patronales catalanas Fomento, Fepime, Pimec, Cecot; la C¨¢mara de Comercio de Barcelona, el RACC, la Fira, el C¨ªrculo de Econom¨ªa y varios catedr¨¢ticos se sentar¨¢n en el auditorio de la escuela de negocios IESE. S¨®lo falta el Bar?a (y no descarta asistir si le invitan). Los reunidos escuchar¨¢n a tres prestigiosos acad¨¦micos: Germ¨¤ Bel, Andreu Mas Colell y Pedro Nueno.

El debate ha logrado unir a todos los partidos catalanes, incluido el PSC, contra el PSOE

Los empresarios temen que El Prat se convierta en un mero aeropuerto para vuelos baratos

El objetivo del acto -est¨¢ en viva discusi¨®n si habr¨¢ o no un manifiesto final al que adherirse, pero en todo caso no se recuerda un acto unitario semejante- es analizar la situaci¨®n del aeropuerto de El Prat y pedir, en palabras del secretario de la patronal Fomento, Joan Pujol, "un aeropuerto de primera divisi¨®n". Eso pasa por hacer de El Prat un hub o centro de distribuci¨®n de vuelos internacionales. Spanair y la alianza Star Alliance ha prometido hacer del aeropuerto un hub; eso s¨ª, siempre que se les d¨¦ un lugar preeminente en la nueva terminal, la T-Sur.

El reparto de esta terminal ha desatado tensiones varias: entre Spanair y el t¨¢ndem Iberia-Clickair; entre los partidos catalanes, incluidos los socialistas del PSC, y el PSOE en el Senado; entre los empresarios catalanes y el Gobierno; y entre la Generalitat y una AENA que quieren descentralizar.

El aeropuerto de Barcelona est¨¢ en fase de ampliaci¨®n, con unas obras que, seg¨²n AENA, costar¨¢n 3.500 millones, el doble de lo previsto.

La nueva T-Sur aumentar¨¢ a partir de 2008 la capacidad de El Prat de los actuales 30 millones de viajeros a 55. Pero no todo es cuesti¨®n de ganar espacio. Est¨¢ en juego el futuro modelo de aeropuerto: ?un hub o el reino del bajo coste? Los ¨²ltimos datos de Industria consolidan a Barcelona como destino tur¨ªstico y base de compa?¨ªas de vuelos baratos.

"No s¨®lo queremos ser destino de ocio. Existe un v¨ªnculo entre aeropuerto y desarrollo econ¨®mico", reflexiona Antoni Abad, presidente de Cecot, partidario de un acto reivindicativo en toda regla. Lo rechaza, por contra, el presidente de la C¨¢mara de Comercio, Miquel Valls, "para evitar cualquier politizaci¨®n, porque se trata de crear las condiciones para que El Prat sea un hub, pero es algo que s¨®lo el mercado debe decidir".

"Es bueno que la sociedad civil se mueva por un aeropuerto potente", afirma el portavoz del presidente Jos¨¦ Montilla. Eso, en un contexto intermitentemente agitado por los agravios comparativos. Seg¨²n un estudio de la Generalitat, la inversi¨®n estatal en aeropuertos en Madrid entre 1991 y 2004 se tradujo en 1.228 euros por habitante, frente a los 267 euros en Catalu?a. La T-4, con su coste superior a los 6.200 millones, levant¨® ampollas. El independentista consejero de Innovaci¨®n, Industria y Universidades, Josep Huguet, llega a hablar de "colonialismo pol¨ªtico".

Pese a saludar la movilizaci¨®n empresarial, Montilla advierte de que "no quiere estar sujeto a la presi¨®n de las empresas". AENA decidir¨¢ el reparto en unos meses. Magdalena ?lvarez dijo que se adjudicar¨ªa cuando se tuviera que adjudicar. Y punto.

Llegado este punto, estalla la guerra sorda, de nuevo, entre Iberia y Spanair, igual que en la T-4. La primera ha sulfurado al empresariado y al Gobierno catal¨¢n al suprimir vuelos desde El Prat, aunque globalmente diga que aumentar¨¢ su presencia a trav¨¦s de su nueva aerol¨ªnea de bajo coste, Clickair. ?sta acaba de anunciar 25 nuevas rutas desde Barcelona (14 de ellas nuevas y 10 heredadas de Iberia). La antigua aerol¨ªnea de bandera, que pesa un 30% en el tr¨¢fico de El Prat, defiende su derecho a estar en la T-Sur y hace n¨²meros sobre si le sale rentable trasladar a ella el puente a¨¦reo. Clickair ya ha pedido ubicarse en la nueva terminal.

Los empresarios, que temen que la T-Sur vaya s¨®lo a Iberia-Clickair o que vaya a medias a Iberia y a Spanair, est¨¢n obnubilados con la promesa de Spanair y Star Alliance, por su prometido hub. El Gobierno catal¨¢n ha mantenido un discurso similar. Sin embargo, en los ¨²ltimos d¨ªas, Montilla ha modulado su posici¨®n para "leer la letra grande y leer la letra peque?a". Exige garant¨ªas. Pol¨ªtica Territorial, cuyo titular es Joaquim Nadal, dice que "no nos podemos casar con nadie" y exige contratos programa a las aerol¨ªneas. Expertos como el profesor Germ¨¤ Bel abominan del reparto de una terminal entre dos alianzas. Los t¨¦cnicos tambi¨¦n lo rechazaron en el caso de la T-4. "Ser¨ªa una tomadura de pelo", sostiene Huguet.

El ambiente est¨¢ tan caldeado que el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, se plantar¨¢ en Barcelona el 1 de marzo, para "demostrar su compromiso con El Prat", seg¨²n La Moncloa. Seg¨²n la Generalitat, tambi¨¦n le dar¨¢ voz a Catalu?a en el reparto.Pero nadie se acaba de fiar. En el Senado, esta semana se ha vivido una bronca in¨¦dita: el tripartito catal¨¢n (PSC, ERC e ICV) que gobierna en Catalu?a se ha unido a CiU en sendas mociones contra Iberia. Contra el PSOE, que las tumb¨®. Lo que sobrevuela el debate es la reclamaci¨®n de que la Generalitat participe en la gesti¨®n de El Prat, que tras la discusi¨®n del Estatuto ha quedado en el aire.