Intereses permanentes
La vocaci¨®n de mi aportaci¨®n a este espacio de debate es la de agregar algunas ideas que puedan contribuir a construir una pol¨ªtica exterior que quede al abrigo de la confrontaci¨®n pol¨ªtica y de los vaivenes del p¨¦ndulo electoral.
Benjamin Disraeli sosten¨ªa que "un pa¨ªs no tiene amigos ni enemigos permanentes, sino intereses permanentes". Nuestros intereses son hoy globales y global debe ser nuestra pol¨ªtica exterior. M¨¢s que nunca es necesario establecer una hoja de ruta que priorice objetivos. La flexibilidad, la agilidad y la anticipaci¨®n son fundamentales para la acci¨®n exterior. Nada resulta tan negativo como actuar con improvisaci¨®n y a golpe de reacci¨®n.
De entrada, creo importante superar las simplificaciones que se arrastran en el disenso que campa en la pol¨ªtica exterior espa?ola. Se?alo dos de las m¨¢s corrientes: el anterior Gobierno cometi¨® un grave error al implicar a Espa?a en Irak, pero si se persigue el consenso no creo necesario record¨¢rselo continuamente al PP. De igual modo si la oposici¨®n quiere garantizar una pol¨ªtica de Estado no puede, por ejemplo, caer en el reduccionismo de centrar s¨®lo en Cuba y en Venezuela la pol¨ªtica exterior del actual Ejecutivo.
Europa debe ser el principal inter¨¦s de Espa?a. Europa es la historia de un ¨¦xito
Una vez sentadas estas bases se?alo un objetivo fundamental: conseguir para Espa?a un peso pol¨ªtico equivalente al econ¨®mico. Espa?a es la octava econom¨ªa del mundo. Sin embargo, nuestro peso pol¨ªtico no corre parejo al econ¨®mico. A reflexionar sobre ello voy a dedicar las pr¨®ximas l¨ªneas.
Europa debe ser el principal inter¨¦s de Espa?a. El 50? aniversario del Tratado de Roma nos recuerda que Europa es la historia de un ¨¦xito. Hay necesidad de Europa, dentro y fuera de ella, y es el ¨¢mbito de su pol¨ªtica exterior la que est¨¢ todav¨ªa a medio hacer. Es decir, el objetivo principal de la pol¨ªtica exterior espa?ola es hacer posible que sea Europa quien tenga su propia y ¨²nica pol¨ªtica exterior. Si Europa es nuestro principal inter¨¦s permanente, Espa?a debe implicarse m¨¢s a fondo en el debate europeo. Entre los grandes, ha sido el primer y ¨²nico pa¨ªs que ha aprobado el proyecto de Tratado Constitucional mediante refer¨¦ndum y, sin embargo, no ha sido capaz de ejercer el liderazgo que brindaba, y sigue brindando, el actual escenario europeo.
La ampliaci¨®n de la Uni¨®n Europea hacia el centro y el este, la contaminaci¨®n que irradia el conflicto palestino-israel¨ª y las complejidades del desarrollo del Proceso de Barcelona, amputan seriamente la credibilidad de la pol¨ªtica europea en el ¨¢rea mediterr¨¢nea. Desde el liderazgo europeo, Espa?a deber¨ªa destacar como gran valedora de la pol¨ªtica euromediterr¨¢nea. En este contexto es donde adquiere relevancia la relaci¨®n estrat¨¦gica con Turqu¨ªa. Espa?a y Turqu¨ªa definen los confines f¨ªsicos del Mediterr¨¢neo. Turqu¨ªa tiene fronteras con Ir¨¢n, Siria e Irak, participa en la FINUL en L¨ªbano y mantiene buenas relaciones con Israel. Su situaci¨®n geogr¨¢fica la convierte en un corredor energ¨¦tico de vital importancia. Es tambi¨¦n un aliado estrat¨¦gico para el ¨¢rea del C¨¢ucaso y supone una de las v¨ªas de di¨¢logo con Ir¨¢n, pa¨ªs que centra algunos de los principales retos del mundo: proliferaci¨®n nuclear, apoyo al terrorismo, recursos energ¨¦ticos e integrismo isl¨¢mico.
Pero nuestros intereses permanentes en Europa y en el Mediterr¨¢neo no son excluyentes de los que Espa?a tiene m¨¢s all¨¢ del Atl¨¢ntico. Una pol¨ªtica exterior inteligente deber¨ªa conjugar equilibradamente nuestra vocaci¨®n europea, con las relaciones trasatl¨¢nticas, para afrontar retos genuinos del siglo XXI, como son el refuerzo de la multilateralidad, el terrorismo internacional, la pobreza, las pandemias, los recursos energ¨¦ticos, o la relaci¨®n con el emergente Este asi¨¢tico, con China e India como referentes de futuro.
As¨ª como en el seno de la UE Espa?a debe potenciar la agenda trasatl¨¢ntica, tambi¨¦n debe progresar adecuadamente en la relaci¨®n bilateral con Estados Unidos y liderar al mismo tiempo las relaciones pol¨ªticas, econ¨®micas y culturales con Iberoam¨¦rica. Revitalizando la presencia all¨ª, sin excluir a nadie del di¨¢logo, ni a Cuba, ni a Venezuela. Pero debe priorizarlo claramente con pa¨ªses como Argentina, Brasil, Chile y M¨¦xico.
Sin embargo deben hacerse dos acotaciones respecto a Iberoam¨¦rica: de un lado, hay que evitar que las conductas de nuestra presencia econ¨®mica puedan interpretarse como una segunda colonizaci¨®n; por otro, no puede ignorarse que a Iberoam¨¦rica le cuesta cada vez m¨¢s cruzar el Atl¨¢ntico y, en cambio, navega mejor que nunca por el Pac¨ªfico. Si se comparan las agendas de las Cumbres Iberoamericanas o UE-Am¨¦rica Latina con las de la APEC (Cooperaci¨®n Econ¨®mica Asia-Pac¨ªfico) se hallar¨¢ el sentido que quiero dar a esta reflexi¨®n. La Corona es el principal activo de nuestra pol¨ªtica exterior pero el Gobierno debe implicar no s¨®lo al ministerio de Exteriores sino desde el presidente hasta el ¨²ltimo de sus ministros.
El espacio de este debate no da m¨¢s de s¨ª: queda pendiente hablar de Oriente Pr¨®ximo (donde habr¨ªa que recuperar nuestro equilibrio); de Asia-Pac¨ªfico; de nuestra relaci¨®n con Marruecos (mucho mejor ahora que antes); de nuestro vecino Portugal (consider¨¢ndolo de inter¨¦s permanente). Del continente africano, especialmente del ?frica subsahariana.
Am¨¦rica Latina no es el continente de la pobreza, sino de la desigualdad. El aut¨¦ntico continente de la pobreza es ?frica y esta es nuestra asignatura pendiente. Por su pasado colonial, otros pa¨ªses deber¨ªan sentir mayor responsabilidad; sin embargo, el presente y el futuro obliga tambi¨¦n a Espa?a.
Y acabo. No hay eficacia en la defensa de intereses si no se dispone de los recursos humanos necesarios y de una buena gesti¨®n. Es el gran capital de nuestra pol¨ªtica exterior y como toda buena pol¨ªtica de recursos humanos requiere formaci¨®n y est¨ªmulo. Nuevos tiempos, nuevos retos, y con ellos nuevas e ilusionantes pautas para nuestro servicio exterior.
Josep Antoni Duran i Lleida es presidente del Grupo Parlamentario de CiU y presidente de la Comisi¨®n de Asuntos Exteriores del Congreso.
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