Cuesti¨®n de confianza

Siempre que alguien llega al Aula de Compensaci¨®n Educativa de Tetu¨¢n (Madrid), uno de los alumnos se lo ense?a. Sonia (15 a?os) lo ha hecho ya un par de veces. El gimnasio, los talleres de peluquer¨ªa, marroquiner¨ªa, carpinter¨ªa (parte del mobiliario lo han hecho los chicos), la sala de la asamblea. En esta ¨²ltima, los viernes se re¨²nen alumnos, profesores, bedeles, todos, para tomar cualquier decisi¨®n sobre la vida del centro.

Las bromas entre docentes y alumnos son continuas y la relaci¨®n, muy cercana. Pero no es una situaci¨®n id¨ªlica, advierte ?lvaro Hernando, el director. Se producen a veces situaciones muy tensas y las normas se dejan claras desde el principio: ir a clase, ser puntual, no se puede fumar "nada" en el centro.

El trabajo personal, en tutor¨ªas, con los 37 chicos que atienden, es continuo. Pero Hernando insiste en que hay que ir m¨¢s all¨¢ del horario escolar. "Si no vienen, les llamamos. Si no cogen el tel¨¦fono, vamos a buscarles a su casa". La interacci¨®n con asociaciones, centros de planificaci¨®n familiar, de ayuda contra la drogodependencia es fundamental. Y darles opciones. Sonia va tres tardes a la semana a entrenar con un equipo de atletismo. El centro le da una beca. "Los chicos limpian las clases, cuidan las cosas. Saben que lo que ahorremos en eso ir¨¢ a excursiones, una clase de guitarra...", dice Hernando. "Si una chica pide un euro para ir al cine con su novio y me voy con ellos, es s¨®lo un euro, pero yo podr¨¦ conocer su entorno, y estaremos m¨¢s cerca de conseguir algo". Una cuesti¨®n de confianza.