El FBI investiga el asesinato de los tres diputados en Guatemala
Agentes del FBI trabajan de lleno en la investigaci¨®n del brutal asesinato de tres diputados salvadore?os y de su ch¨®fer, ocurrido el martes 20 en Guatemala, y agravado por la matanza, cinco d¨ªas despu¨¦s, de los supuestos autores materiales, cuatro polic¨ªas de ¨¦lite que hab¨ªan sido recluidos en una c¨¢rcel de alta seguridad.
La participaci¨®n de los investigadores estadounidenses fue solicitada por el Gobierno guatemalteco no s¨®lo por las carencias tecnol¨®gicas de su propia polic¨ªa, sino para garantizar la seriedad en un caso que ha enfurecido a las autoridades de El Salvador. De hecho, tras el asesinato de los cuatro agentes, ocurrido en oscuras circunstancias durante un mot¨ªn, los responsables de seguridad de ambos pa¨ªses han integrado una comisi¨®n conjunta para dar seguimiento a las investigaciones.
El caso ha llegado hasta la Casa Blanca, donde el presidente estadounidense, George W. Bush, recibi¨® el martes a su hom¨®logo salvadore?o, Antonio El¨ªas Saca. Bush le ofreci¨® ayuda para investigar los ocho asesinatos.
El FBI trabaja con los agentes de la fiscal¨ªa guatemalteca y ha realizado ya el peritaje del veh¨ªculo en el que fueron tiroteados y quemados los diputados. La polic¨ªa, de momento, queda en un segundo plano, sobre todo porque el caso ha puesto de manifiesto la infiltraci¨®n del crimen organizado en esa instituci¨®n.
Los tres diputados salvadore?os, pertenecientes a la gubernamental Alianza Republicana Nacionalista (ARENA, derecha) se dirig¨ªan a Guatemala para participar en la sesi¨®n plenaria del Parlamento Centroamericano. Al llegar a la capital fueron secuestrados por siete agentes (los cuatro asesinados y otros tres pr¨®fugos) quienes, al cabo de tres horas, los asesinaron en las afueras de la ciudad.
Ayer se entreg¨® uno de los fugados, Marvin Contreras Natareno, para el que el juez ha dictado la orden de prisi¨®n, informa Jos¨¦ Elias desde Guatemala, aunque se baraja que podr¨ªa ser llevado fuera del pa¨ªs para tratar de garantizar su seguridad.
Las autoridades creen que el crimen pudo deberse a un error y que los asesinos estaban convencidos de que los diputados eran narcotraficantes colombianos que transportaban dinero o droga.
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