Modelo positivo, efecto perverso
Las pel¨ªculas pierden audiencia en las televisiones en Francia, principales inversoras en la industria cinematogr¨¢fica
El cine franc¨¦s, su industria, pasa por ser la m¨¢s potente de Europa. Algunos datos parecen darles la raz¨®n a quienes eso dicen: en 2005 produjo 240 largometrajes, y en 2006, con cinco menos, el 45% de las entradas compradas en su mercado interior lo fueron por espectadores que acudieron a ver una pel¨ªcula de producci¨®n francesa. Ese 45% supone unos 82 millones de entradas. La variedad del conjunto de la producci¨®n es notable, como lo prueba que una comedia popular como Les bronz¨¦s 3 haya podido atraer a m¨¢s de 10 millones de espectadores, pero que cinco premios C¨¦sar hayan sido para Lady Chatterley, una cinta de Pascale Ferran que no ha superado la barrera de las 200.000 entradas vendidas.
En ello radica el truco del buen funcionamiento de la industria gala: en una combinaci¨®n de ayuda autom¨¢tica y de ayuda selectiva, de ¨¦xito de p¨²blico y de ambici¨®n cultural. El Fondo de Respaldo a la Cinematograf¨ªa, que el a?o pasado reparti¨® entre los proyectos 157 millones de forma autom¨¢tica y 97 de forma selectiva, es la gran arma con la que el Centro Nacional de Cinematograf¨ªa (CNC) asegura el progreso del sector. Ese fondo se alimenta, en un 25%, de una tasa que proviene de las entradas vendidas -es decir, del 11% de todo el cine comercializado, incluido el extranjero-, mientras que el resto lo aportan tasas que gravan la publicidad televisiva o la venta de DVD v¨ªrgenes.
El fondo da dinero a las productoras que lo reclaman en funci¨®n de sus ¨¦xitos anteriores o, tras estudio de comisi¨®n, a partir de estimar el proyecto especialmente interesante desde un punto de vista art¨ªstico-cultural. Pero los principales financieros directos del cine franc¨¦s no son el fondo, los propios productores o las SOFICAS -sociedades que canalizan el pago de impuestos hacia la industria del cine-, sino las televisiones, p¨²blicas o privadas. Entre los distintos canales aportan el 32,65 del volumen de dinero invertido en Francia en la industria de la ficci¨®n visual.
Las televisiones -al margen del 36% de una tasa del 5,5% sobre sus ingresos que ya va autom¨¢ticamente al citado fondo- han de invertir un 3,2% de su cifra de negocio en ficci¨®n europea. Ese porcentaje sube hasta un 12% en el caso de Canal +. Y han de gastar otro porcentaje -distinto para la privada TF1 o las p¨²blicas France2 o France3, as¨ª como para la cultural Arte o la musical y privada M6- que oscila entre el 12% y el 30% de sus inversiones de producci¨®n, en programas televisuales de ficci¨®n.
Los l¨ªmites del sistema, sus efectos perversos, se han ido dibujando a lo largo de los a?os. El sistema es m¨¢s y m¨¢s complejo y requiere m¨¢s y m¨¢s funcionarios para administrarlo. El coste organizativo del mismo es desconocido. Pero no es ¨¦se su principal defecto sino el de facilitar la existencia de pel¨ªculas que no buscan su p¨²blico. Un total de 240 largometrajes anuales son demasiados para un mercado en el que se estrenan m¨¢s de 600 t¨ªtulos al a?o y m¨¢s de 12 a la semana y en el que es muy dif¨ªcil reclamar la atenci¨®n del espectador.
Pel¨ªculas en las que el riesgo del productor es muy escaso abundan. El aumento del n¨²mero de t¨ªtulos no lleva parejo una mayor inversi¨®n en cada uno de ellos. Y la realidad es que en 2004, de las 50 mejores audiencias televisivas, s¨®lo ocho eran obtenidas por pel¨ªculas de cine, y en 2005 la cifra se reduc¨ªa a cinco. Al mismo tiempo que el cine pierde atractivo en la peque?a pantalla, lo ganan las ficciones televisuales. Eso significa que se desvanece la principal raz¨®n por la que la televisi¨®n ten¨ªa la obligaci¨®n de financiar el cine: la de ser su producto m¨¢s atractivo, su mejor reclamo.
Las televisiones, p¨²blicas o privadas, obligadas a invertir en ficci¨®n, lo est¨¢n tambi¨¦n a hacerlo, en un 75% del volumen del montante, en sociedades externas a su propia sociedad. Se trata de evitar la creaci¨®n de monopolios y de mantener un tejido industrial complejo. Y una parte de la inversi¨®n ha de estar destinada a obras de menos de cuatro millones de euros de presupuesto, manera de evitar que todo se lo lleven unos pocos. Adem¨¢s, el peso de las televisiones en la financiaci¨®n hace que ¨¦stas intervengan m¨¢s y m¨¢s a la hora de decidir qu¨¦ temas, directores, y actores son interesantes y aceptables para el telespectador y cu¨¢les deben ser relegados a la marginalidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.