Progres¨ªa y evoluci¨®n
La palabra m¨¢s usada en los blogs y foros de nuestra derecha extrema no figura en la Wikipedia y ni siquiera tiene asignada papeleta (216.000 entradas en Google para un t¨¦rmino exclusivamente espa?ol) en el Diccionario de la Real Academia. Se trata de la popular voz “progres¨ªa”, utilizada como insulto en primera y ¨²nica acepci¨®n y que recorre todas las p¨¢ginas de nuestro ya famoso universo ciberfacha. T¨² eliminas la palabra “progres¨ªa” de las bit¨¢coras ultras por purismo ling¨¹¨ªstico y wikip¨¦dico y te has cargado la mayor parte de las argumentaciones ideol¨®gicas de esa extrema derecha espa?ola cuya ¨²nica herramienta cr¨ªtica y te¨®rica consiste en repetir sin ton ni son la palabra como injuria suprema. Es m¨¢s, la famosa Libertad Digital de Federico Jim¨¦nez Losantos, de donde procede casi todo el ciberfacher¨ªo, quedar¨ªa vac¨ªa de contenidos si, como recomiendan la Wikipedia y el Diccionario de la Real (prohibidos los insultos), no pudiera utilizarse el comod¨ªn ling¨¹¨ªstico.
Perdonen el tonillo de abuelete, pero conozco muy bien c¨®mo, cu¨¢ndo, d¨®nde y por qu¨¦ se invent¨® la palabra “progres¨ªa”, y la mayor¨ªa de sus usuarios se llevar¨¢ una sorpresa Todo ocurri¨® una noche en el Bocaccio de Barcelona, a finales de los ochenta, en una reuni¨®n muy transversal en la que est¨¢bamos F¨¦lix de Az¨²a, Eugenio Tr¨ªas, Rosa y Oriol Reg¨¤s, Gonzalo Su¨¢rez y un servidor. And¨¢bamos divertidamente indignados por el uso y abuso que cierta izquierda espa?ola estaba haciendo entonces de algunos valores progresistas y que hab¨ªa elevado precipitada y paletamente a imperativo kantiano. De repente se nos ocurri¨® el palabro para nombrar y criticar de un plumazo a aquellas otras mitolog¨ªas que compet¨ªan con las de la burgues¨ªa desde el lado opuesto. Y encargamos a Gonzalo Su¨¢rez que divulgara nuestro alcoh¨®lico hallazgo ling¨¹¨ªstico en la revista de Haro Tecglen. As¨ª fue como exactamente naci¨® y se extendi¨® la dichosa palabra en los dos epicentros de la progres¨ªa (Bocaccio y Triunfo) hasta convertirse en el insulto dominante de la blogosfera, cuando resulta que precisamente naci¨® como divertida autocr¨ªtica.
Bien. Una vez establecida la g¨¦nesis, tambi¨¦n conviene aclarar un par de cosas de su evoluci¨®n porque esa desmemoria cr¨®nica de las nuevas generaciones blogueras empieza a ser de juzgado de guardia, secci¨®n copyright. Y ahora entramos de lleno en la filosof¨ªa darwinista porque dentro de la teor¨ªa (casera) de la evoluci¨®n hay dos grandes corrientes, hip¨®tesis, bifurcaciones o mutaciones. La que sostiene que el homo progre hispanicus evoluciona en l¨ªnea recta del antifranquismo minimalista al maximalismo antisistema y radical y no hay que distinguir ya el anticapitalismo fino, el antiamericanismo grosero, la antiglobalizaci¨®n matizada o el anticonsumismo tard¨®n, y los autores que sostienen que la evoluci¨®n natural de la progres¨ªa hispana, estilo Federico Jim¨¦nez Losantos, s¨®lo puede mutar hacia la Cope y sus obispos con el patri¨®tico fin de rearmar hasta los dientes a nuestra tradicional derecha sin ideas.
En cualquier caso, todo este berenjenal ultraideol¨®gico y maniqueo en el que estamos enfangados procede de aquella muy concreta evoluci¨®n dual y radical del tronco com¨²n que fue la progres¨ªa. Tan imposible es entender el evolucionismo barroco de Federico o P¨ªo Moa hacia la extrema derecha sin tener en cuenta su amplio pasado leninista, incluido el dogmatismo lacaniano, como no hay manera de explicar por pura l¨®gica evolucionista la pasi¨®n actual de aquella progres¨ªa antifranquista bastante moderada hacia los ¨²ltimos maximalismos radicales, incluidos los nacionalismos, los sarampiones identitarios y, sobre todo, ese furor antiglobal de aquella progres¨ªa muy local que en un principio, no lo olvidemos, s¨®lo pretend¨ªa incurrir en minimalismo pol¨ªtico tipo Benelux.
Pues bien, ¨¦sta es la gran aportaci¨®n de la voz “progres¨ªa” no s¨®lo al diccionario, sino a las leyes de la evoluci¨®n. En un caso, la progres¨ªa mut¨® radicalmente de las iniciales posiciones darwinistas hacia la teor¨ªa del Dise?o Inteligente, que actualmente s¨®lo defienden Bush, la Iglesia Evang¨¦lica y los propietarios de la Cope; y en el otro, cierto izquierdismo que se bifurc¨® como ¨¢rbol de Chomsky hacia ese radicalismo antisistema, pero, eso s¨ª, a la vez muy identitario, y que tanto llama la atenci¨®n a los observadores del Benelux. Un evolucionismo raro y que bien mirado suena mucho a aquel eterno retorno de Nietzsche: el regreso en pleno siglo XXI al mito cavernario de las dos Espa?as.
Por tanto, un respeto a la muy denigrada voz progres¨ªa que los peque?itos de la blogosfera de Federico pronuncian sin ton ni son e ignorando esos or¨ªgenes que incluyen a su l¨ªder m¨¢ximo. Todo esto y mucho m¨¢s me gustar¨ªa que se contara en la voz “progres¨ªa” cuando la Wikipedia levante la veda del palabro, deje de considerarla insulto, y el Diccionario de la Real por fin legalice el vocablo como uno de los t¨¦rminos m¨¢s populares del castellano actual, sobre todo en las discusiones del ciberespacio.
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