Tanta conspiraci¨®n empieza a irritar al juez
El presidente del tribunal reconviene a un abogado y le conmina a no salirse de su papel de acusaci¨®n
Hay tres o cuatro abogados en el juicio que se comportan como esos ni?os zangolotinos que a base de hacer siempre la misma gracia terminan irritando al m¨¢s templado. El juez G¨®mez Berm¨²dez, que ya ha dado sobradas muestras de saber alternar la seda y el percal sin descomponer la figura, los viene manteniendo a raya. En cuanto se percata de que vuelven a las andadas rechaza sus preguntas por "capciosas" o "impertinentes". Ayer fue m¨¢s all¨¢. Uno de esos abogados, cuyo leg¨ªtimo objetivo como acusaci¨®n tendr¨ªa que ser la condena de los imputados, intent¨® formular al primer testigo -un inspector de polic¨ªa- una pregunta atravesada. El juez lo par¨® en seco y le ley¨® la cartilla.
La ma?ana ven¨ªa pintada de un color gris plomo. Para empezar, el primer testigo de la fiscal¨ªa era el jefe de la Unidad Central de Informaci¨®n Exterior (UCIE) en marzo de 2004. Esto es, el polic¨ªa que debi¨® oler lo que se estaba tramando y ni siquiera lo sospech¨®. En segundo lugar, y por motivos de seguridad, el declarante compareci¨® oculto tras una mampara, por lo que lo ¨²nico que se percib¨ªa de ¨¦l era su voz, una voz que se desplomaba cansada sobre el p¨²blico, la voz de un hombre que parec¨ªa preguntarse una y otra vez: ?cu¨¢ndo se acaba esto?
Para m¨¢s inri, tampoco estaba claro su papel all¨ª. El inspector de polic¨ªa, a preguntas de la fiscal, se iba continuamente por los cerros de ?beda. Se remontaba al a?o 1993 y al mism¨ªsimo Bin Laden para explicar lo que una d¨¦cada m¨¢s tarde ocurri¨® en Madrid. Su erudici¨®n -dio muestras de conocerse el ¨¢rbol geneal¨®gico de todos los imputados- contrastaba con su sonado fracaso. El juez le pidi¨® varias veces que se centrara, que fuera a lo concreto. Pero de sus respuestas se deduc¨ªa que el detalle no era su terreno. Sabido es que hay dos tipos de polic¨ªas. Unos salen a la calle y detienen a los malos. Otros hacen informes. El inspector de ayer era de los segundos, y de su declaraci¨®n larga y estrecha apenas pudieron extraerse dos certezas. Que la finca de Morata de Taju?a donde se prepararon los explosivos ya fue investigada en 2002 y que ning¨²n confidente alert¨® a su unidad de lo que se estaba tramando.
Fue precisamente al preguntar sobre las labores de un confidente -un ¨¢rabe apodado Cartagena- cuando el abogado de la Asociaci¨®n de Ayuda a las V¨ªctimas del 11-M, Jos¨¦ Mar¨ªa de Pablo Hermida, se llev¨® el revolc¨®n del juez. Llov¨ªa sobre mojado. No hay turno de preguntas que De Pablo no aproveche para introducir, aunque sea desde el c¨®rner y con efecto, la teor¨ªa de la conspiraci¨®n. La pregunta de ayer fue:
-?Desde cuando ten¨ªa contactos la Unidad Central de Inteligencia Exterior con el confidente Cartagena?
El juez G¨®mez Berm¨²dez le cort¨® en seco:
-El letrado explicar¨¢ cu¨¢l es la relaci¨®n de su postura como acusaci¨®n particular con esa pregunta y otras que est¨¢ formulando y que le he dejado formular porque pod¨ªan tener un sentido equ¨ªvoco. Le recuerdo que, a diferencia del Ministerio Fiscal, que en su condici¨®n de defensor de la legalidad puede llegar a pedir la absoluci¨®n, la ¨²nica posibilidad que le queda a las acusaciones particulares es retirar la acusaci¨®n o sostenerla. Por lo tanto, su interrogatorio e intervenci¨®n tiene que ir en defensa de sus conclusiones provisionales. Y en su escrito no hay ninguna referencia a eso que pregunta...
La situaci¨®n que provocan a diario estos tres o cuatro abogados no deja de ser curiosa. Todos los que acuden con regularidad al juicio ya saben que, en cuanto les llega el turno, se suelen desentender de los acusados para buscar la taleguilla del sistema. Al hundirse irremediablemente la pretendida implicaci¨®n de ETA, ahora sus esfuerzos se centran en demostrar una especie de nueva conspiraci¨®n judeomas¨®nica en la que polic¨ªas, guardias civiles, esp¨ªas y pol¨ªticos socialistas estuvieran de acuerdo para hacer la vista gorda, permitir la masacre del 11-M y echar al PP del poder. Lo que pasa es que, por ejemplo ayer, se olvidaron de hacer algunas preguntas clave. La primera ser¨ªa: ?cu¨¢ntos polic¨ªas estaban destinados a principios de 2004 a combatir el terrorismo islamista? La respuesta hubiera sido: 65. Otra pregunta: ?cu¨¢ntos de ellos se dedicaban a vigilar a los 200 sospechosos que entonces exist¨ªan? La respuesta: 15, para lo que ten¨ªan que alternar las vigilancias, a unos una temporada y a otros, otra. M¨¢s preguntas: ?cu¨¢ntos agentes en total -polic¨ªas, guardias civiles y agentes del CNI- se dedicaban en toda Espa?a a luchar contra el terrorismo integrista? 140. Otra m¨¢s. ?De los 300 agentes del CNI dedicado al terrorismo, cu¨¢ntos se dedicaban al islamista? Exactamente 30, el 10%. ?Qui¨¦n mandaba entonces en la polic¨ªa? El Gobierno del PP. ?Cu¨¢ntos a?os llevaba en el poder? Ocho, y los ¨²ltimos cuatro, con mayor¨ªa absoluta.
Ninguna de estas preguntas, sin duda muy esclarecedoras, fueron formuladas ayer al inspector de la voz cansada.
LA VISTA AL D?A
La investigaci¨®n policial de los atentados de los trenesLa vista oral del 11-M seguir¨¢ hoy con m¨¢s interrogatorios a mandos policiales que intervinieron en la investigaci¨®n del atentado y que aportar¨¢n nuevas pruebas del trabajo que les llev¨® hasta los terroristas islamistas.
UNA ACUSACI?N DESMONTADA
G¨®mez Berm¨²dez frena en seco las sospechas sobre la actuaci¨®n policialEl presidente del tribunal que juzga el 11-M fren¨® ayer en seco a un abogado de la acusaci¨®n particular que intentaba introducir a trav¨¦s de sus preguntas sospechas sobre la implicaci¨®n policial en los atentados.Las amenazas conocidas por el Gobierno del PPEl cargo policial que compareci¨® ayer en la vista oral relat¨® los informes existentes antes del atentado sobre la creciente amenaza del terrorismo islamista.El golpe sobre Espa?a por su alianza con BushEl apoyo del Gobierno espa?ol a la guerra de Irak decidida por George W. Bush fue determinante, seg¨²n la versi¨®n policial, para el atentado del 11-M.
LAS AMENAZAS QUE CONOCI? EL GOBIERNO DE AZNAR
Guardia Civil (12 de marzo de 2003): "Es probable que, en parte o en todo el territorio nacional, no puede descartarse la comisi¨®n de actos il¨ªcitos de diversa ¨ªndole, incluso de car¨¢cter terrorista"Guardia Civil (mediados de 2003): "El apoyo prestado a los Estados Unidos en su guerra contra Irak implica determinados riesgos. La imagen de nuestro pa¨ªs pasa de ser la de una entidad individual a la de un 'opresor occidental', a los ojos de determinadas naciones y grupos extremistas"Comisar¨ªa General de Informaci¨®n (28 de diciembre de 2003): "Se ha podido conocer de una serie de nuevos hechos que, por s¨ª mismos y por el grado de trascendencia que suponen, en este contexto, han dado lugar a una elevaci¨®n del grado de amenaza existente"Seg¨²n el informe de la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n, los servicios de informaci¨®n occidentales indicaron que la organizaci¨®n terrorista paquistan¨ª Lashkar-e-Jangvi podr¨ªa planear atentados suicidas contra objetivos occidentales en Pakist¨¢n. Las informaciones se?alan a Espa?a como uno de los objetivos de dichos ataquesDel mismo modo, los servicios occidentales tambi¨¦n alertaron sobre la actividad de Al Qaeda con un operativo de la organizaci¨®n Ansar al Islam que estar¨ªa reclutando extremistas isl¨¢micos en T¨²nez y Argelia, para trasladarlos a Alemania y Espa?a al objeto de planear atentados en Europa
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