?Qui¨¦n mueve esa c¨¢mara?
El presidente del tribunal, Javier G¨®mez Berm¨²dez, maneja tres botones blancos. En uno pone "acusado" y sirve para silenciar instant¨¢neamente el micr¨®fono al procesado o testigo que habla. G¨®mez Berm¨²dez s¨®lo lo ha empleado una vez, cuando declar¨® Raf¨¢ Zouhier, el verborreico confidente de la Guardia Civil acusado de servir de enlace entre los islamistas y Jos¨¦ Emilio Su¨¢rez Trashorras, el ex minero que les vendi¨® la dinamita. El presidente del tribunal, cansado de los rodeos atropellados de Zouhier, intent¨®, con una frase educada, que ¨¦ste dejara de hablar. No lo logr¨®. Luego le grit¨®: "?Quiere callarse de una pu?etera vez?" Tampoco. Despu¨¦s apret¨® el botoncito hasta que el otro se tranquiliz¨®.
En el segundo bot¨®n no pone nada y se usa para silenciar el micr¨®fono de la "jaula", el habit¨¢culo acristalado desde donde siguen el juicio los procesados. No se ha utilizado.
En el tercero pone "prensa" y pulsarlo equivale a conectar o desconectar la se?al televisiva del juicio que es retrasmitida en directo a las cadenas que lo solicitan.
Cuando empieza el juicio, el juez manda silencio y acto seguido conecta la retransmisi¨®n. Entonces comienza el trabajo de Roberto Gallego, el t¨¦cnico de Fujitsu encargado de manejar las cuatro c¨¢maras con que cuenta. Gallego opera desde un cuarto anexo a sala del juicio, separado de ¨¦sta por un falso espejo. El t¨¦cnico maneja las c¨¢maras seg¨²n su criterio pero siguiendo varias instrucciones del presidente del tribunal: no saca planos del p¨²blico para proteger la intimidad de las v¨ªctimas ni de los polic¨ªas que custodian a los procesados.
Ayer fue un d¨ªa dif¨ªcil desde el punto de vista televisivo: declar¨® un testigo protegido, un alto mando policial, que habl¨® desde una esquina, detr¨¢s de la fiscal, oculto a todos. No se le pod¨ªa enfocar. As¨ª que el operario de Fujitsu se vio obligado a ilustrar su relato -de por s¨ª pausado, lento y algo mon¨®tono- con tomas variadas o planos generales de los procesados, de los abogados o de los fiscales.
Si el testigo se refer¨ªa a alguno de los procesados, la c¨¢mara lo buscaba y lo enfocaba. El procesado se ve¨ªa proyectado en la televisi¨®n y, por lo general, cambiaba de postura y gesticulaba, o se ocultaba, o dejaba de tomar notas o de charlar con el de al lado. O segu¨ªa igual: Su¨¢rez Trashorras se pasa el d¨ªa roy¨¦ndose las u?as o hurg¨¢ndose la nariz. "M¨¢s de una vez le hemos quitado el plano porque no es muy agradable verle con el dedo dentro todo el tiempo", explica la empleada de la Audiencia Nacional.
La c¨¢mara juega malas pasadas a algunos protagonistas. Ayer, el abogado de Zouhier fue enfocado en plena sesi¨®n mientras le¨ªa el peri¨®dico. El presidente del tribunal lo vio y le llam¨® la atenci¨®n: "Les ruego que mantengan el decoro en la sala".
El abogado dobl¨® r¨¢pidamente el peri¨®dico y mir¨® para delante, observando de reojo a la c¨¢mara que lo observa todo.
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