Las nuevas tecnolog¨ªas y la salud de la mujer
El D¨ªa Internacional de la Mujer sirve para hacer inventario de los avances, o de la ausencia de los mismos, en cuanto a derechos de la mujer se refiere. Esta evaluaci¨®n se lleva a cabo en todo el mundo, por parte de hombres y mujeres, y revela que ha habido avances. Tristemente, tambi¨¦n nos indica que nos queda mucho camino por recorrer. Ni?as y mujeres todav¨ªa no tienen el acceso necesario a recursos sanitarios, educativos y financieros. Las disparidades, tan socialmente injustas, entre mujeres de pa¨ªses ricos y mujeres de pa¨ªses pobres son un l¨²gubre recordatorio de cu¨¢nto queda a¨²n por hacer.
Cada vez tenemos a nuestra disposici¨®n un mayor n¨²mero de herramientas para tener un impacto ¨²til y positivo, ya que las nuevas tecnolog¨ªas sanitarias ofrecen prometedoras posibilidades para mejorar la salud de la mujer. En primer lugar, la comunidad cient¨ªfica est¨¢ trabajando duro para desarrollar estas nuevas tecnolog¨ªas. Adem¨¢s, los investigadores ya han desarrollado t¨¦cnicas, como la mamograf¨ªa o la prueba de Papanicolaou, que forman parte de los chequeos m¨¦dicos rutinarios en los pa¨ªses desarrollados. Por ¨²ltimo, tambi¨¦n tenemos ya la primera vacuna dise?ada espec¨ªficamente para mujeres, la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), que causa la mayor¨ªa del medio mill¨®n anual de casos de c¨¢ncer de cuello de ¨²tero. La primera de las dos vacunas contra el VPH ya ha sido autorizada en 38 pa¨ªses. Esta vacuna se debe poner a disposici¨®n de mujeres y ni?as, sobre todo las que viven en los pa¨ªses m¨¢s desfavorecidos.
Los pa¨ªses pobres sufren el 85% de las 270.000 muertes anuales por c¨¢ncer de cuello de ¨²tero
Hay estudios que demuestran que invertir en prevenci¨®n presenta una mejor relaci¨®n calidad-precio que invertir en tratamiento. Algunas enfermedades, como el c¨¢ncer, no pueden ser curadas una vez que progresan m¨¢s all¨¢ de ciertas fases de la enfermedad. Por lo tanto, prevenir es especialmente importante. Los indicadores de salud de la mujer muestran que no se han realizado los avances suficientes en pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. Tambi¨¦n sabemos que no se ha avanzado mucho para reconocer el derecho de la mujer a gozar de buena salud sexual y reproductiva. Esto se debe en parte a que las mujeres no tienen medios para protegerse a s¨ª mismas.
Los sistemas sanitarios de los pa¨ªses desarrollados ofrecen realizar pruebas de Papanicolaou, que sirven para detectar el VPH con suficiente prontitud para evitar que se desarrolle c¨¢ncer de cuello de ¨²tero. Sin embargo, esta prueba est¨¢ m¨¢s all¨¢ de las posibilidades de las mujeres de los pa¨ªses m¨¢s desfavorecidos, e incluso puede no estar disponible en absoluto. Las consecuencias para la salud de la mujer son tremendas, sobre todo teniendo en cuenta la incidencia pand¨¦mica del sida. Por lo tanto, el c¨¢ncer de cuello de ¨²tero tiene una mayor incidencia en pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo: de las 270.000 muertes anuales por c¨¢ncer de cuello de ¨²tero a nivel mundial, el 85% tiene lugar en pa¨ªses desfavorecidos.
Las nuevas tecnolog¨ªas, tales como la vacuna contra el VPH, deber¨ªan seguir par¨¢metros de disponibilidad, accesibilidad y asequibilidad en lo que al mundo en v¨ªas de desarrollo se refiere. No debemos permitir que se repita el ejemplo de la vacuna contra la hepatitis B. Esta vacuna se introdujo en los pa¨ªses m¨¢s pobres (que tambi¨¦n ten¨ªan los mayores ¨ªndices de incidencia de c¨¢ncer de h¨ªgado) cuando ya llevaba m¨¢s de 18 a?os ampliamente disponible en el mundo desarrollado. La reciente experiencia de organizaciones para la salud global, como la Alianza GAVI, indica que el uso de nuevos e innovadores modelos de financiaci¨®n puede facilitar la introducci¨®n a precios asequibles de nuevas vacunas y tecnolog¨ªas que ofrecer¨¢n un rendimiento espectacular en cuanto al n¨²mero de muertes evitadas.
La Alianza GAVI puede tener un papel de similar importancia para financiar la introducci¨®n de la vacuna contra el VPH. Si no se realiza este esfuerzo conjunto y se mantienen las actuales tendencias de salud de la mujer, se espera que, en el a?o 2050, se alcance el mill¨®n de casos anuales de infecci¨®n por HPV.
La comunidad internacional debe enfrentarse a estas graves desigualdades entre las mujeres que viven en pa¨ªses m¨¢s desfavorecidos y las que viven en los pa¨ªses desarrollados. Sabemos que las mamograf¨ªas y las pruebas de Papanicolaou han salvado vidas de mujeres en los pa¨ªses desarrollados. Sabemos que un esfuerzo global para que la nueva y vital vacuna contra el VPH est¨¦ disponible a gran escala y a precios asequibles podr¨ªa tambi¨¦n tener un papel similar para evitar millones de muertes innecesarias de mujeres y ni?as en los pa¨ªses m¨¢s pobres. Estos son argumentos irresistibles para actuar, y necesitamos que las mujeres lo hagan entender.
Gra?a Machel es presidenta de Foundation for Community Development, y Mary Robinson es presidenta de Realizing Rights: The Ethical Globalization Initiative.
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