Una pasi¨®n privada

Caravaca de la Cruz (Murcia), un lugar para muchos m¨¢gico, centro de cultos religiosos desde la Prehistoria y cuna de una de las reliquias m¨¢s veneradas desde la Edad Media, es la patria de Luis Leante (1963) ganador del X Premio Alfaguara de Novela por su obra Mira si yo te querr¨¦.

Luis Leante tiene la literatura metida de tal modo en su vida, que es imposible que pueda sobrevivir sin ella, y Caravaca de la Cruz quiz¨¢ sea para ¨¦l como Aracataca-Macondo para su admirado Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez: el lugar donde adentra sus ra¨ªces e intercambia minerales y fluidos para dar vida a sus fantas¨ªas.

Desde que naci¨®, Leante beb¨ªa las historias de su entorno como un poderoso nutriente. Su abuela, la comadrona Do?a Guillerma, ayud¨® a venir al mundo a varias generaciones (tan importante fue su contribuci¨®n que existe la Calle Do?a Guillerma, en homenaje del pueblo a su entrega) y Valent¨ªn, su padre, con memoria de elefante e instinto narrador, le contaba las historias de las gentes del pueblo como si fuera un cronista de la vida cotidiana.

Luis se inici¨® en la lectura desde muy peque?o con las historias de Los Cinco, de la escritora Enid Blyton. Cuando se enter¨® de que su autora favorita hab¨ªa muerto y que ya no podr¨ªa leer nuevas aventuras, decidi¨® ponerse a escribir y continuar la saga con sus propias manos, tratando de seguir el estilo de la Blyton. Ya no dej¨® de escribir ni de leer, y a ello ha dedicado su vida.

Profesor de lat¨ªn en un instituto de Alicante, s¨®lo hay algo para ¨¦l por encima de la narraci¨®n, y es la lengua en s¨ª misma, el cuidado por la gram¨¢tica y la sintaxis que le hace ser un escritor perfeccionista e impecable.

Su idea del oficio de escritor es rigor y perseverancia. Recoge de los poros de su piel la sinfon¨ªa de historias que armonizaron su infancia y del diccionario Pan-hisp¨¢nico de dudas o del Mar¨ªa Moliner la palabra cierta que transcienda por encima del autor. Para ¨¦l la literatura es una carrera de fondo, en la que hay que dosificar las fuerzas para poder llegar hasta el final.

Recuerda su hermano menor que cuando le ve¨ªa largas horas sentado escribiendo, le dec¨ªa: "Yo tambi¨¦n quiero escribir como t¨²". Luis, casi un ni?o, dejaba lo que estaba haciendo, comenzaba una frase en una libreta nueva y le dec¨ªa: "Toma, yo te la empiezo y t¨² sigue, que de eso se trata, de ponerse a escribir".

Luis Leante ha escrito, en su breve pero fecunda carrera literaria, relatos, teatro, guiones de cine, y hasta poes¨ªa (poca, dice), pero es en la novela donde ha dado rienda suelta a todo su bagaje narrativo.

Lo que Luis finalmente ha obtenido es una mirada tan propia como colectiva, y no importa ya que mire hacia sus ra¨ªces de la Caravaca templaria para escribir el exquisito thriller hist¨®rico El vuelo de las termitas o hacia los campamentos de refugiados saharauis, que ha visitado varias veces, porque como dec¨ªa Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, "no hay un lugar que sea m¨¢s real, o m¨¢gico que otro... todo puede intercambiarse y todo es parte de la misma realidad total". Esa es la pasi¨®n privada de Luis Leante, la realidad total, la literatura.

Javier Mar¨ªn Ceballos es editor y poeta.