Entre el martirio y la liberaci¨®n
Sobrino es uno de los m¨¢s cualificados te¨®logos latinoamericanos de la liberaci¨®n. Su principal aportaci¨®n radica en la historificaci¨®n de los contenidos teol¨®gicos, y su reubicaci¨®n y recategorizaci¨®n en el contexto de los oprimidos. Su influencia va m¨¢s all¨¢ de Am¨¦rica Latina. Sus investigaciones son una de las m¨¢s consistentes y mejor fundamentadas de la teolog¨ªa cat¨®lica posconciliar. Entre sus aportaciones m¨¢s relevantes cabe destacar: el m¨¦todo teol¨®gico, la cristolog¨ªa, la eclesiolog¨ªa, la espiritualidad y Dios.
La teolog¨ªa de Sobrino tiene una ubicaci¨®n definida: las mayor¨ªas populares de Am¨¦rica Latina, y muy especialmente de El Salvador, peque?o pa¨ªs desangrando por una guerra de casi 20 a?os con m¨¢s de 80.000 muertos y cientos de miles de desplazados y exiliados. El horizonte de su reflexi¨®n es la misericordia. La teolog¨ªa no puede limitarse a ser una fr¨ªa inteligencia de la fe que pase de largo ante el sufrimiento de los seres humanos, como el sacerdote y el levita de la Par¨¢bola del Buen Samaritano. Ha de entenderse como inteligencia del amor y de la misericordia, que se hace cargo del dolor de las v¨ªctimas desde la com-pasi¨®n, denuncia a quienes lo provocan y toma partido por los empobrecidos.
Junto con otros te¨®logos de la liberaci¨®n, como Leonardo Boff y Juan Luis Segundo, Sobrino ha contribuido de manera decisiva al desarrollo de una cristolog¨ªa latinoamericana elaborada desde el mundo de los pobres. Es una cristolog¨ªa guiada por la parcialidad a favor de los excluidos, la esperanza y la praxis. El objetivo es recuperar al Jes¨²s hist¨®rico y lo m¨¢s hist¨®rico de Jes¨²s de Nazaret: su pr¨¢ctica liberadora. Subraya el car¨¢cter relacional de Jes¨²s con respecto a Dios y su Reino. Pone el acento en la cruz y la resurrecci¨®n. Su reflexi¨®n sobre la resurrecci¨®n se centra en el Dios de Jes¨²s que hace justicia a las v¨ªctimas poni¨¦ndose de su lado y devolvi¨¦ndoles la vida.
Sobrino ha desarrollado una amplia producci¨®n eclesiol¨®gica, articulada en torno a los pobres, que constituyen el horizonte y la misi¨®n de la Iglesia. La nueva forma de ser comunidad es la Iglesia de los pobres. La espiritualidad es otro de los campos donde brilla Sobrino. El te¨®logo saca la espiritualidad cristiana del mundo de la asc¨¦tica. La espiritualidad no es una actividad aut¨®noma del sujeto. Es constitutiva del ser humano, y se convierte en una dimensi¨®n tan necesaria del ser cristiano como la liberaci¨®n. Sobrino destaca la conexi¨®n entre esp¨ªritu y pr¨¢ctica, liberaci¨®n y seguimiento de Jes¨²s. La santidad no puede quedarse en la esfera privada, sino que tiene que influir en el cambio de las estructuras. El encuentro entre espiritualidad y liberaci¨®n da como resultado la "santidad pol¨ªtica".
En su reflexi¨®n sobre Dios parte de la experiencia latinoamericana. En un continente donde la vida de las mayor¨ªas oprimidas se ve amenazada a diario, Dios aparece como generador, defensor y garante de la vida, y es experimentado como protesta ¨²ltima contra la muerte. La afirmaci¨®n del Dios de la vida lleva derechamente a optar por la vida de los pobres e incluso a dar la propia vida.
El asesinato de seis compa?eros jesuitas y de dos mujeres en 1989 a manos de miembros del Ej¨¦rcito salvadore?o, estableci¨® un antes y un despu¨¦s en la vida y obra de Sobrino, marcadas desde entonces por el sello del martirio. Seguro que la condena del Vaticano dejar¨¢ menos huella en su vida y en su trabajo intelectual que aquella tragedia.
Juan Jos¨¦ Tamayo es director de la C¨¢tedra de Teolog¨ªa y Ciencias de las Religiones Ignacio Ellacur¨ªa (Universidad Carlos III de Madrid).
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