G¨¦nesis de la verdadera conspiraci¨®n
El juicio oral ya es toda una cantera informativa. La de ayer fue una sesi¨®n altamente reveladora. La verdad judicial nutre la verdad, por as¨ª decir, pol¨ªtica, esto es, lo que pas¨® en las horas que siguieron a la masacre. El inspector de los expertos en explosivos, los Tedax, a cargo del grupo de la Brigada de Madrid narr¨® los hechos del 11 de marzo de 2004, una vez que lleg¨® a la estaci¨®n de Atocha a las ocho y quince minutos, poco despu¨¦s de las tres explosiones. Pregunt¨® si hab¨ªan inspeccionado todos los trenes, le dijeron que no y decidi¨® que deb¨ªan formarse dos grupos. Les orden¨® que revisaran todos los trenes de cabeza a cola y de cola a la cabecera. Dos veces. Sus subordinados los revisaron cuatro veces.
?De d¨®nde sac¨® el comisario Cuadro la Tytadin? ?Acaso no oy¨® a sus colaboradores?
En el vag¨®n n¨²mero 1 del tren de las bombas se encontr¨® una bolsa -s¨ª, bolsa de deportes, no una mochila- y se intent¨® desactivar. Sin ¨¦xito. A la vista de lo ocurrido, el inspector, que declar¨® ayer como testigo protegido, comenz¨® a intercambiar ideas con sus colaboradores. El explosivo que hab¨ªa producido todo aquello deb¨ªa tener una velocidad de detonaci¨®n de 6.000 metros. Por la forma limpia de los destrozos, los cortes de las chapas en los vagones, entre otras cosas.
Nuestro inspector pens¨® que no pod¨ªa tratarse de la Goma 2 EC ni de Tytadin. ?Por qu¨¦? Porque no son altos explosivos. Ambas llevan nitroglicerina, son m¨¢s inestables y presentan otros componentes que se degradan con el paso del tiempo. "Es por ello que desde un primer momento comentamos que no pod¨ªa tratarse de estas dinamitas. En cambio, la Goma 2 ECO lleva nitronicol y la l¨ªnea de detonaci¨®n no baja", explic¨®. Otro hecho reforzaba esta hip¨®tesis que su ojo cl¨ªnico captaba: el color del humo. Si eran los otros explosivos deb¨ªa ser color negro; en cambio, era, seg¨²n dijo, gris¨¢ceo.
Mientras se desarrollaba esta situaci¨®n, ?qui¨¦nes estaban junto al jefe de los Tedax de Madrid en Atocha? Seg¨²n declar¨® este inspector, a pie de obra, mientras se comentaba si el humo era negro o gris¨¢ceo, por ejemplo, estaban el Comisario Jefe de los Tedax, Juan Jes¨²s S¨¢nchez Manzano, y su superior, el Comisario General de Seguridad Ciudadana, Santiago Cuadro. Aquello que se estaba hablando, pues, ambos lo supieron en tiempo real.
Retenga el lector la escena que ha narrado nuestro inspector a primera hora en Atocha; sobre las 8.30 de la ma?ana. Y ahora es necesario trasladarse a otra escena que se desarrolla fuera de este juicio y que no est¨¢ en el sumario. Pero que es muy relevante.
A las doce de la ma?ana de ese d¨ªa 11-M el entonces secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Astarloa, reune a los principales jefes policiales: al director de la Polic¨ªa, al subdirector operativo, los dos subdirectores, de la Guardia Civil y de la Polic¨ªa, los dos responsables de las ¨¢reas de informaci¨®n de dichas instituciones y el Comisario General de Informaci¨®n. "?Sab¨¦is algo del explosivo?" pregunta Astarloa, tras recibir informaci¨®n sobre las explosiones. No hab¨ªa datos. "Si te parece llamo al responsable", sugiere el subdirector general operativo, Pedro D¨ªaz-Pintado. Eso hace mientras sigue la reuni¨®n. Marca el tel¨¦fono de comisario Santiago Cuadro, de quien depend¨ªa jer¨¢rquicamente S¨¢nchez Manzano, jefe de los Tedax. Pero Cuadro le responde que no tiene informaci¨®n y protestando contra las prisas se ve abocado a averiguar.
Astarloa sigue la reuni¨®n. A la una suena el m¨®vil de D¨ªaz-Pintado. "Es Titadyn con cord¨®n detonante", se?ala Cuadro. "?Seguro?", inquiere D¨ªaz-Pintado. "Seguro", dice Cuadro. D¨ªaz-Pintado, tras colgar, informa: "Me ha dicho el Comisario General de Seguridad Ciudadana que es Titadyn con cord¨®n detonante. El ministro ?ngel Acebes dijo,poco despu¨¦s, que se hab¨ªa usado la dinamita habitual de ETA. Y la agencia Efe, inform¨® de que se trataba de Titadyn.
Esta historia sepultada, resucita a ra¨ªz de la declaraci¨®n del inspector de los Tedax de Madrid. ?De d¨®nde sac¨® Cuadro la Titadyn? ?Acaso no escuch¨® a sus colaboradores en Atocha, y m¨¢s tarde en El Pozo?
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