Morosidad
Las generalizadas ca¨ªdas burs¨¢tiles de las ¨²ltimas semanas tienen como detonante fundamental el creciente temor a un aterrizaje brusco de la econom¨ªa estadounidense, al hilo del fuerte incremento que se ha producido en las tasas de morosidad de su sistema financiero y, especialmente, en las vinculadas a la financiaci¨®n hipotecaria tras varios trimestres de intensa correcci¨®n de actividad y precio en el mercado de la vivienda. El hecho de que, en paralelo, hayamos conocido que la tasa de morosidad en Espa?a, que lleva cayendo sistem¨¢ticamente desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, pr¨¢cticamente se haya estancado, ha dado pie a algunas interpretaciones del tipo "cuando las barbas del vecino veas cortar..." que en absoluto encuentran justificaci¨®n.
Nada mejor que comparar las cifras. La tasa de morosidad hipotecaria residencial en Estados Unidos se sit¨²a cercana al 5%, cuando en Espa?a apenas alcanza el 1%. Pero adem¨¢s, y ¨¦sta es la gran paradoja del mercado americano, la morosidad es similar en la financiaci¨®n hipotecaria y en el credito al consumo. Esto lleva a una reflexi¨®n: en aquel pa¨ªs se est¨¢ utilizando de forma masiva la hipoteca como cobertura de financiaci¨®n de consumo y, por tanto, es l¨®gica una mayor propensi¨®n a incurrir en mora que cuando mayoritariamente se destina al pago de la vivienda principal.
As¨ª es como en Espa?a la morosidad hipotecaria escasamente alcanza el 0,4%, es decir, menos de la d¨¦cima parte de su nivel en el sistema bancario estadounidense. Pero es que ¨¦ste, a su vez, se halla sensiblemente contaminado por la generalizada pr¨¢ctica de las hipotecas sub-prime o de alto riesgo, es decir, aquellas concedidas sin cumplir los est¨¢ndares m¨ªnimos de calidad crediticia por parte del prestatario. Es en esta categor¨ªa de pr¨¦stamos, que en los ¨²ltimos tres a?os han representado m¨¢s de un tercio de las hipotecas, donde la morosidad alcanza niveles realmente preocupantes, cercanos al 14%. Comparar la situaci¨®n de Estados Unidos con la de nuestro pa¨ªs, por tanto, resulta poco acertada.
Jos¨¦ Manuel Amor y ?ngel Berges son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Grupo Analistas)
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