Entre mitos

?Qu¨¦ ser¨ªa del cine de ciencia-ficci¨®n si antes no hubiera existido la prosa de Philip K. Dick? Pues que muchos grandes creadores deambular¨ªan faltos de referencias. Y no hablamos s¨®lo de las adaptaciones de sus novelas y cuentos a la pantalla (Blade runner, A scanner darkly, Minority report, Asesinos cibern¨¦ticos, Paychek o esta Desaf¨ªo total), sino de c¨®mo su estilo y su tem¨¢tica han acabado fagocitados por Hollywood. ?Qu¨¦ ser¨ªa del cine de ciencia-ficci¨®n si no hubiera aterrizado en Los ?ngeles el austriaco Arnold Schwarzenegger? Aun a riesgo de molestar al que podr¨ªa ser pr¨®ximo presidente de EE UU -si cambiaran la Constituci¨®n de su pa¨ªs de adopci¨®n-, la industria del entretenimiento habr¨ªa encontrado f¨¢cilmente un sustituto a Arnie. Y eso que posee sus virtudes: t¨ªtulos como Desaf¨ªo total o la serie Terminator demuestran que tras esos m¨²sculos cincelados a la piedra y ese ingl¨¦s de "el idioma en mil palabras" se esconde un actor inteligente, m¨¢s sabio por viejo que por talento y un hombre a la b¨²squeda de desaf¨ªos interpretativos... que en realidad no lo fueran tanto. Cuando en 1989 Paul Verhoeven se puso detr¨¢s de las c¨¢maras para dirigir Desaf¨ªo total, adaptaci¨®n del cuento de Philip K. Dick, usted lo recordar¨¢ perfectamente, que un holand¨¦s manejara el hasta ese momento el presupuesto m¨¢s alto de la historia de Hollywood (65 millones de d¨®lares de aquellos a?os) parec¨ªa todo un reto. Era un salto mortal... aunque con red: Verhoeven ven¨ªa del ¨¦xito de Robocop; Schwarzenegger, de Danko: calor rojo y del taquillazo Los gemelos golpean dos veces, y el dinero se fue en los efectos especiales, tan espectaculares que en la edici¨®n de los Oscar de 1990 no hubo competici¨®n en esa categor¨ªa y se otorg¨® a este filme un galard¨®n especial.

Desaf¨ªo total contiene acci¨®n en Marte, drogas, terroristas, dictadorzuelos, vacaciones virtuales, dos mujeres guerreras (una de ellas, Sharon Stone, justo antes de su legendario cruce de piernas), l¨ªderes rebeldes escondidos en sitios intrincados y con curiosos parecidos a ex presidentes auton¨®mi-cos... David Cronenberg y Bruce Beresford estuvieron a punto de dirigirla, y Jeff Bridges, Richard Dreyfuss y Patrick Swayze, de protagonizarla. El gui¨®n lleg¨® a ser reescrito 40 veces. Y entonces quebr¨® la empresa del magnate del cine Dino de Laurentiis. Schwarzenegger ley¨® uno de aquellos libretos y achuch¨® a la productora Carolco para que comprara y resucitara el proyecto. El actor tambi¨¦n estuvo detr¨¢s de las decisiones de contratar a Verhoeven y de rodar, para abaratar los costes, en M¨¦xico. Cumplidas las expectativas, 17 a?os m¨¢s tarde Desaf¨ªo total est¨¢ grabada en el imaginario com¨²n de los espa?oles por su capacidad de entretener y por su m¨²sica: la melod¨ªa de Jerry Goldsmith fue usada durante muchas temporadas por Canal Plus para arrancar sus retransmisiones futboleras.

Y el domingo, saltamos del mito de un Marte habitado al mito de la Mesa Redonda. Del a?o 2048 a una Edad Media brumosa y m¨¢gica, en la que viven los habitantes de Camelot. Pasamos a El primer caballero, en la que Lanzarote se gana la vida como mercenario, al rey Arturo le cansa su solter¨ªa, y en la que Ginebra acabar¨¢ enredada entre dos hombres y dos amores. El primer caballero huye de la fantas¨ªa para zambullirse en el culebr¨®n y la sangre (la que brota a borbotones en las batallas a espada y a ballesta): se apega a la carne en todas sus acepciones y transita r¨¢pidamente por el chocante momento de ver a Richard Gere -con el pelo te?ido y con en ese momento 46 agostos a sus espaldas- transmutado en un joven y d¨ªscolo caballero para recrearse en la majestuosidad de un Sean Connery impecable como rey Arturo y en el talento y la belleza de Julia Ormond en el papel de Ginebra. Hay mitos que aguantan el devenir del tiempo.