La energ¨ªa del constructor
Jos¨¦ Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, quiere dar el gran salto de la familia empresarial con la toma de control de Endesa
La madrugada de ayer, Jos¨¦ Manuel Entrecanales, lleg¨® a casa cansado despu¨¦s de un d¨ªa lleno de reuniones. Apenas durmi¨®. A primera hora de la ma?ana ya estaba en pie de guerra en el despacho de la presidencia de Acciona, en el cercano parque empresarial de La Moraleja. Pidi¨® un caf¨¦ con leche y oje¨® la prensa, en la que era uno de los protagonistas: Acciona y la el¨¦ctrica italiana Enel preparaban una oferta sobre Endesa para quit¨¢rsela a la alemana E.ON. Un nuevo cap¨ªtulo de la larga pelea por el control del primer grupo el¨¦ctrico espa?ol, a la que Acciona se incorpor¨® en oto?o con intenci¨®n de mandar. Ahora, se ha metido en un atolladero de imprevisible salida tras decidir la CNMV aplazar cualquier oferta competidora seis meses para igualarla a E.ON.
Se lleva bien con el Gobierno socialista, pero sabe guardar las distancias con el poder
Jos¨¦ Manuel Entrecanales Domecq, madrile?o de 44 a?os, pertenece a la tercera generaci¨®n de la familia empresarial, ese temido tercer escal¨®n en el que muchos imperios se rompen. Los Entrecanales parecen mantener la unidad y si sus ascendientes crearon una gran constructora, a ¨¦l le toca demostrar que puede dar el gran salto hist¨®rico con la toma de control de Endesa. De momento, en los tres a?os que lleva de presidente, ha multiplicado por cuatro el valor en Bolsa hasta los 10.300 millones.
En el asalto a Endesa, le cost¨® lanzarse, pero cuando se decidi¨® lo hizo para ganar. Prefiere el poder, aunque si no, ser¨¢ dinero. Pero, Jos¨¦ Manuel Entrecanales se trabaj¨® su ascenso a presidente del grupo en el que su familia posee el 60% y ¨¦sta es su oportunidad.
De buena presencia, tiene hechuras de gentleman, proveniente seguramente de su educaci¨®n en un colegio ingl¨¦s. Nada amigo de radicalismos, apenas muestra las emociones, aunque sus cercanos aseguran que es muy cari?oso y leal, y que el cargo le ha hecho m¨¢s responsable y sensato. Marca un ritmo de trabajo enorme. Casado con la santanderina Mar¨ªa Carri¨®n, tiene cuatro hijos que tambi¨¦n han seguido el camino de Inglaterra para sus estudios. Es asiduo de Sotogrande, donde practica el golf (es handicap 6, lo que da mucho respeto) y el polo (el apellido Domecq impone aficiones) y, en menor medida, a Cantabria. Se le vincul¨® al intento de Carlos Sainz de presidir el Real Madrid, aunque apenas le gusta pisar el palco del Bernab¨¦u. Prefiere su box.
Viene de una familia ilustrada y empresarial por varios costados. Su bisabuelo era un m¨¦dico c¨¢ntabro casado con una bilba¨ªna de apellido Ibarra, cuyo hijo, Jos¨¦, se cas¨® con una descendiente de Gumersindo Azc¨¢rate, lo que les ha dado esa casta de intelectual liberal heredada de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza. Jos¨¦ Entrecanales Ibarra, catedr¨¢tico de cimientos y puentes, fund¨®, con Manuel T¨¢vora, la constructora que fue el inicio del grupo actual en 1931. Durante la Guerra Civil fue detenido por el bando franquista junto a su cu?ado Justino Azc¨¢rate, pero al contrario de ¨¦ste, fue puesto en libertad a los cinco d¨ªas. "Es que yo estoy en el fondo de la caverna a mano derecha", le dijo Entrecanales, que nunca se hab¨ªa metido en pol¨ªtica, pero que, evidentemente, ten¨ªa sus influencias.
Fue una declaraci¨®n de principios que ha marcado la trayectoria de los Entrecanales y que vale para la clase empresarial si se quiere llegar a la ¨¦lite. Aquel Entrecanales dej¨® paso a sus hijos al frente de la compa?¨ªa al final de la dictadura. Jos¨¦ Mar¨ªa, como presidente, y Juan, como vicepresidente, formaron un t¨¢ndem bien avenido con la pr¨¦dica de ser pol¨ªticamente correctos, alejados de los primeros planos, aunque se les lig¨® a la denominada beautiful people que floreci¨® en la ¨¦poca de Felipe Gonz¨¢lez.
Cuando a Jos¨¦ Mar¨ªa Entrecanales le preguntaron qu¨¦ le parec¨ªa el ministro de Fomento del PP, Francisco ?lvarez-Cascos, respondi¨® con una sabidur¨ªa proverbial: "Me parece el mejor hasta que llegue el pr¨®ximo". Es la filosof¨ªa del grupo, y del sector, estar bien con el poder, que da las obras p¨²blicas.
El actual jefe de los Entrecanales, que sustituy¨® a su padre tras un accidente de caballer¨ªa, ha aprendido bien la lecci¨®n de sus mayores. La etapa que le ha tocado hacerse fuerte coincide con el Gobierno socialista, lo que no le ha granjeado buen cartel en la derecha, que le tacha de haber cedido a las presiones del Ejecutivo para hacer frente a E.ON. Es verdad que mantiene una relaci¨®n muy cercana a La Moncloa, comenzada con Miguel Sebasti¨¢n. Pero sabe guardar las distancias y si tiene que echar una mano al alcalde de Madrid para terminar las obras de la M-30 antes de las elecciones, pues ah¨ª est¨¢ cumpliendo los compromisos.
Es ac¨¦rrimo del desarrollo sostenible (promocion¨® en Espa?a el documental de Al Gore Una verdad inc¨®moda) y ha basado gran parte de su propaganda en ello. En 2005, tir¨® la casa por la ventana con una campa?a de imagen en la que compr¨® la publicidad de casi todos los medios. Pero antes de entrar en energ¨ªa lo hizo en telecomunicaciones (particip¨® en la creaci¨®n de Airtel, de la que fue presidente y cuya venta a Vodafone gener¨® unas plusval¨ªas de 2.500 millones). Con el pelotazo de Airtel, la venta del 10% que ten¨ªa en FCC, empresa que su padre quiso controlar, y el dinero que le prest¨® el Banco Santander ha podido respaldar la entrada en Endesa. Precisamente, se lleva muy bien con Emilio Bot¨ªn, pero no as¨ª con Francisco Gonz¨¢lez, presidente del BBVA. Los Entrecanales no olvidan que FG provoc¨® la salida de Juan Entrecanales del consejo del banco al no eximirle de las cuentas secretas.
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