Presi¨®n fiscal
Comentaba hace tres semanas el super¨¢vit con el que hab¨ªan cerrado sus cuentas las administraciones p¨²blicas el pasado a?o: 17.865 millones de euros, que suponen el 1,83% del PIB. En estos momentos, la Intervenci¨®n General de la Administraci¨®n del Estado (IGAE) ya ha publicado el desglose de los ingresos y gastos que dan lugar a ese saldo, lo que nos permite analizar c¨®mo se ha llegado a dicho super¨¢vit. Comenzando por los ingresos, lo primero que destaca es su fuerte crecimiento, un 10,3%, que se eleva al 10,7% para los de car¨¢cter tributario (el 90% de los mismos). Si tenemos en cuenta que el PIB nominal creci¨® un 7,8%, ello supone una elasticidad de los ingresos tributarios respecto al PIB de 1,37. A?o tras a?o esta elasticidad es superior a 1, lo que supone que sube la presi¨®n fiscal global (ratio ingresos tributarios/PIB). En 2006 ¨¦sta aument¨® casi un punto porcentual situ¨¢ndose en torno al 36,5% del PIB. Desde 1995, la presi¨®n fiscal mantiene una tendencia al alza, temporalmente interrumpida en los a?os de rebajas fiscales, que se ha intensificado en los tres ¨²ltimos. Seg¨²n los datos que ha publicado esta semana Eurostat, hasta 2005 esta tendencia ha seguido una evoluci¨®n contraria en la UEM desde el a?o 2000, por lo que la diferencia entre Espa?a y la media de nuestros socios monetarios ha disminuido de 7,8 puntos porcentuales (pp) del PIB en dicho a?o a 4,8 pp en 2005 (gr¨¢fico izquierdo). A pesar de ello, somos uno de los pa¨ªses de la UEM con menor presi¨®n fiscal.
La base de los impuestos indirectos viene creciendo notablemente m¨¢s que el PIB
Una explicaci¨®n de que la elasticidad de los impuestos respecto al PIB sea superior a la unidad es que la demanda interna, que es la base de los impuestos indirectos, viene creciendo notablemente m¨¢s que el PIB: 9% y 7,7%, respectivamente, como media de los tres ¨²ltimos a?os, en t¨¦rminos nominales. Por ello, no parece desmesurado el crecimiento de los impuestos indirectos: 9,4% en 2006 y 10,2% en los tres ¨²ltimos a?os. Sin embargo, sorprende la evoluci¨®n de los impuestos directos, ligados a las rentas y no al gasto, que por segundo a?o consecutivo aumentaron por encima del 15%. Esta cifra se desglosar¨ªa en tasas en torno al 14,5% y 17% para los impuestos soportados por las familias y las empresas, respectivamente. En el primer caso, y en alguna medida, el fuerte crecimiento podr¨ªa explicarse por la regularizaci¨®n de inmigrantes y la consiguiente afloraci¨®n de rentas ocultas anteriormente al fisco. Los impuestos pagados por las empresas reflejan el fuerte aumento de sus beneficios. La otra gran partida de los ingresos, las cotizaciones sociales efectivas, mantuvo en 2006 un crecimiento igual al del PIB (7,8%) y similar al de a?os anteriores, lo que no parece muy coherente con el fuerte aumento de los afiliados a la Seguridad Social debido en parte al efecto de la regularizaci¨®n comentado. En el gr¨¢fico central se observa c¨®mo el aumento de la presi¨®n fiscal en los cinco ¨²ltimos a?os descansa en los impuestos indirectos y, especialmente en los dos ¨²ltimos, en los directos.
En cuanto a los gastos, su crecimiento (8,4%) fue inferior en casi 2 pp al de los ingresos, pero superior al del PIB. Por encima de ¨¦ste aumentaron los salarios (8%) y los gastos de capital (12%), y por debajo, las prestaciones sociales (7,2%), mientras que, un a?o m¨¢s, disminuyeron los pagos por intereses (-1,8%). En resumen, la econom¨ªa espa?ola rinde muy buenos ingresos al fisco, que ¨¦ste le devuelve en forma de un gasto generoso, aunque sin derrochar.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (Funcas).
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