Multado por un rumor

Las tarjetas de aparcamiento para personas con disminuci¨®n f¨ªsica son v¨¢lidas en cualquier ciudad de la UE. Lo mismo en Par¨ªs que en Atenas o Lisboa. Se pueden usar hasta en Granollers. Basta con colocar el documento en la parte delantera del veh¨ªculo para que el discapacitado disponga de ciertas ventajas a la hora de encontrar aparcamiento. Entre otras prerrogativas, la tarjeta permite a los minusv¨¢lidos aparcar sin limitaci¨®n de tiempo y sin obtener ning¨²n comprobante, en los estacionamientos con horario limitado y en las zonas de carga y descarga.

Lo sabe bien Khalid Zerguini, de 36 a?os y vecino de Vilanova del Vall¨¨s. Khalid se mueve en silla de ruedas. Para ir a trabajar opta habitualmente por el coche, un Renault Megane de color azul, con el volante y los mandos adaptados. Khalid es de origen magreb¨ª, pero parece jamaicano. Por las rastas. Y porque no para de re¨ªr. Trabaja en un puesto de la ONCE de la Travessera de Gr¨¤cia de Barcelona. Hace unos meses sufri¨® una contusi¨®n en un hombro y cogi¨® la baja. Para recuperarse acudi¨® a un local que la mutua Fremap tiene en Granollers. En concreto, en el n¨²mero 35 de la avenida de Sant Esteve.

El 23 de noviembre de 2006, Khalid ech¨® mano de su Megane para acudir, puntual, a la cita con los terapeutas. Como dispone de la tarjeta de aparcamiento para minusv¨¢lidos, opt¨® por estacionar el coche en una zona de carga y descarga situada en el n¨²mero 79 de la misma calle. "Justo enfrente de un supermercado Mercadona", recuerda.

Los chicos del 's¨²per'

A las 13.30 horas, Khalid sali¨® de la sesi¨®n de rehabilitaci¨®n. Su sorpresa fue may¨²scula al comprobar que el Megane no estaba donde lo hab¨ªa dejado: la gr¨²a municipal lo hab¨ªa trasladado al dep¨®sito. El hombre acudi¨® entonces a las dependencias de la polic¨ªa local. "Al principio me dijeron que la tarjeta era ilegal y que en Granollers no serv¨ªa. Luego vieron que eso no era cierto".

El agente le impuso la multa por "estacionar el veh¨ªculo en zona se?alizada como carga y descarga en horas de utilizaci¨®n", seg¨²n consta en el bolet¨ªn de la denuncia. Cabe pensar, pues, que el polic¨ªa o desconoc¨ªa la normativa o tuvo un despiste. Pero no. En realidad, pens¨® que el coche lo ocupaba alguien que no era Khalid, alguien que no era minusv¨¢lido. Una mujer. Eso le dijeron los chicos del 's¨²per'. Seg¨²n el informe de denuncia, firmado por el propio polic¨ªa, algunos trabajadores de Mercadona le manifestaron "que el veh¨ªculo lo utiliza una se?ora que no sufre ninguna minusval¨ªa". Es decir: que seg¨²n dice el agente que dicen los trabajadores, se hab¨ªa producido un fraude en el uso de la tarjeta.

El guardia no vio por sus propios ojos que eso ocurriera pero concedi¨®, sin m¨¢s, plena credibilidad a sus testimonios. "La retirada del veh¨ªculo se hizo por un error del polic¨ªa, que no tuvo en cuenta la presunci¨®n de veracidad del afectado", explica Llu¨ªs Colomer, inspector jefe de la polic¨ªa local de Granollers. Seg¨²n Colomer, el consistorio admite el error y por ello devolver¨¢ a Khalid los 95 euros que tuvo que abonar para sacar su Renault del dep¨®sito municipal.

"He pedido que anulen el procedimiento y que se le devuelva enseguida la cantidad asignada", insiste el inspector. Colomer matiza que la actuaci¨®n del agente, aun err¨®nea, es comprensible por la "cantidad de estafas" que existen sobre utilizaci¨®n indebida de tarjetas para minusv¨¢lidos.

Para conseguir su objetivo, Khalid ha tenido que luchar duro: present¨® dos recursos -que se desestimaron- y mantuvo una reuni¨®n con el propio inspector jefe. "Lo importante para m¨ª no es el dinero. Pero yo estoy casado. Y de vez en cuando mi esposa, para chincharme, me pregunta: ?Qui¨¦n es la mujer que estaba contigo aquel d¨ªa?", bromea.