Galileo vuela bajo
El sistema europeo se enfrenta a un retraso que dificulta la competencia con el GPS
Galileo, adem¨¢s del padre de la astronom¨ªa moderna, es el nombre del sistema europeo de navegaci¨®n por sat¨¦lite. Se trata de una constelaci¨®n formada por 30 sat¨¦lites que permitir¨¢ saber d¨®nde est¨¢, a d¨®nde se dirige y a qu¨¦ velocidad circula cualquier persona u objeto en cualquier lugar del mundo. Lo mismo que ya hace el GPS norteamericano. Pero, seg¨²n los t¨¦cnicos, mejorado y con copyright europeo: Galileo ha sido en los ¨²ltimos a?os uno de los proyectos estrella de la UE, con una inversi¨®n millonaria -3.600 millones de euros- en la que participan tanto los Gobiernos como las principales multinacionales europeas de la aeron¨¢utica y el espacio. S¨®lo hay un problema. El proyecto est¨¢ bloqueado porque empresas y Gobiernos no acaban de ponerse de acuerdo y acumula fuertes retrasos que amenazan las posibilidades de competir con ¨¦xito con el GPS.
Bruselas ha dado un ultim¨¢tum hasta el 10 de mayo para desencallar el proyecto y exige un acuerdo "claro y cre¨ªble" en los costes y la financiaci¨®n
El proyecto inicial preve¨ªa las primeras aplicaciones para 2008 y posteriormente se se aplazaron a 2010. Fuentes oficiales barajan ahora como fecha m¨¢s probable 2013, aunque algunas de las empresas participantes hablan incluso de 2014. "Los aspectos financieros y el calendario est¨¢n a¨²n en el aire", admite Maurici Lucena, director general del Centro para el Desarrollo Tecnol¨®gico e Industrial.
Las razones hay que buscarlas en lo que podr¨ªa denominarse el s¨ªndrome Airbus. El constructor de aviones europeo atraviesa una crisis derivada de la preeminencia de los intereses de los Estados sobre las decisiones puramente industriales. Las rivalidades nacionales est¨¢n perjudicando a Airbus, ha admitido el comisario europeo de Transporte, Jacques Barrot. Y esa crisis del modelo de gesti¨®n se ha trasladado a Galileo, por las presiones de los gobiernos como por los intereses econ¨®micos de las ocho empresas encargadas de desarrollar y explotar el sistema.
En una primera fase, la Agencia Espacial Europea fue la encargada de desarrollar la infraestructura necesaria, con una inversi¨®n de 1.500 millones. Finalizado ese trabajo, le corresponde ponerlo en marcha a un partenariado p¨²blico-privado. Bruselas y el sector privado deben invertir en torno a 2.000 millones m¨¢s. Y ah¨ª han surgido los problemas.
Las empresas han bloqueado el proyecto en las ¨²ltimas semanas. En primer lugar, dudan de la viabilidad econ¨®mica de un sistema que debe competir con la tercera generaci¨®n del GPS y con otros como el Glonass ruso o el incipiente Compass chino.
Las empresas -entre las que figuran las espa?olas AENA e Hispasat- no ven claros los retornos de la inversi¨®n. Pero ha trascendido un segundo obst¨¢culo: Italia y Alemania acusan al Gobierno espa?ol y a Hispasat de ser los causantes del bloqueo. Por el contrario, Espa?a advierte de que se trata de una maniobra para deshacer un pacto de 2005 que otorgaba centros de control a Hispasat y AENA.
Bruselas ha dado un ultim¨¢tum hasta el 10 de mayo para desencallar el proyecto. Exige un acuerdo "claro y cre¨ªble" en relaci¨®n a los costes y al reparto de la financiaci¨®n. Las compa?¨ªas del consorcio han tomado nota y se han comprometido a cerrar un acuerdo antes de junio sobre el reparto de la carga de trabajo adem¨¢s de a presentar un calendario realista y definitivo sobre el proyecto.
Ya han creado la empresa concesionaria, con sede en Toulouse (Francia) y han llegado a un cierto consenso acerca de la viabilidad del centro de AENA, pese a que persisten las dudas respecto al de Hispasat.
La UE puso en marcha Galileo hace unos 10 a?os (la leyenda dice que tras fracasar en su intento de participar en el GPS). "Europa necesita su propio sistema porque no hay que olvidar que el GPS es de uso militar", advierte Lucena. "En proyectos de este alcance, la cooperaci¨®n internacional es una gran ventaja. A cambio hay que considerar un gran n¨²mero de actores e intereses, que en algunos casos no est¨¢n alineados como ser¨ªa deseable", remacha Jorge Lomba, del CDTI, ante las luces y sombras que tiene ante s¨ª Galileo.
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