La factor¨ªa del arte

Dec¨ªa el estadounidense Jack Warner: "No la quiero buena, la quiero el martes". Afirma el espa?ol El¨ªas Querejeta: "Poco a poco he ido descubriendo que hay m¨¢s o menos un mill¨®n de personas que est¨¢n interesadas en las mismas historias que yo". Son dos ideas en principio radicalmente opuestas de c¨®mo hacer cine. Pero Warner y Querejeta comparten mucho m¨¢s de lo que en principio dan a entender sus lemas. Ambos son productores intervencionistas, ambos han dejado para la posteridad un cargamento de grandes pel¨ªculas, y ambos eran capaces de dar grandes pu?etazos sobre la mesa y dejar claro en situaciones l¨ªmite qui¨¦n era el verdadero jefe de la f¨¢brica, ya fuera la factor¨ªa de los sue?os, la factor¨ªa de los chorizos o la factor¨ªa de las obras de arte. Eso s¨ª, entre el intervencionismo art¨ªstico de Querejeta y el intervencionismo comercial de Warner hay una barrera: la que define al vasco como el m¨¢s claro ejemplo de productor-autor. Como se recalca en el documental de Fernando M¨¦ndez-Leite que hoy se estrena: "El m¨¢s influyente de la historia del cine espa?ol".

El productor, documental de la cadena especializada TCM en principio nacido para su emisi¨®n por televisi¨®n, llega a las salas con el car¨¢cter de inexcusable acontecimiento cin¨¦filo. Cierto que se trata, m¨¢s que de una pel¨ªcula, de un buen reportaje period¨ªstico que, gracias a la importancia del personaje protagonista, acaba en la gran pantalla, pero se impone su car¨¢cter did¨¢ctico, su dimensi¨®n de compendio de la obra completa de Querejeta. Narrada en orden temporal a trav¨¦s de una voz en off informativa en la que nada se da por sabido (como si se estuviese pensando en la emisi¨®n fuera de Espa?a) y punteada de espor¨¢dicos comentarios cr¨ªticos sobre su trabajo, El productor se alimenta de numerosas entrevistas con los directores, actores y t¨¦cnicos con los que trabaj¨® (algunas de archivo, como las del fallecido ?ngel Fern¨¢ndez-Santos o las de V¨ªctor Erice, quiz¨¢ cansado de explicar sus desavenencias en el rodaje de El Sur), adem¨¢s de fotograf¨ªas, recortes de prensa e im¨¢genes de sus hist¨®ricas producciones, precisamente las que terminan imperando sobre la convencionalidad del conjunto gracias a la incomparable garra visual de cintas como La caza, El esp¨ªritu de la colmena o El desencanto. As¨ª, el collage de secuencias final es no s¨®lo ejemplificador de la importancia de Querejeta sino absolutamente emocionante. Puede que Warner tuviese fama de exigente porque la quer¨ªa "el martes". Pero para exigencia, la de Querejeta, que las quiere a tiempo y, adem¨¢s, perfectas.